El estado paralelo del crimen organizado

hace 5 horas 3

La embestida del presidente Donald Trump en contra del gobierno de México, al declarar que en nuestro país gobiernan los cárteles, refleja el endurecimiento de la guerra que el gobierno de Estados Unidos ha emprendido en contra de dichos grupos delincuenciales.

Evidentemente, es una declaración que magnifica una situación que todos conocemos dentro del país.

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Sin embargo, el asesinato de dos importantes líderes en el mercado de cítricos –en dos regiones distantes del país– pone en evidencia la gravedad del delito de extorsión y la impunidad que viene aparejada.

La vulnerabilidad del Estado mexicano frente a la delincuencia organizada es evidente en varias regiones del país, y esto es así desde hace muchos años. En varias zonas del país –principalmente las ubicadas en el denominado “Triángulo”, donde convergen Michoacán, Guerrero y el Estado de México–, el Estado mexicano ha perdido la gobernabilidad.

La delincuencia tiene controlada de forma full y absoluta la vida de los ciudadanos. Controla la economía, fija precios de productos y servicios básicos como pollo, huevo y tortillas, entre otros, y cobra cuota a productores, distribuidores y comerciantes, encareciendo artificialmente el costo de la canasta básica.

Además de extorsionar, imparte justicia a su modo, cobra por dar permisos para realizar fiestas familiares, como si fuera un gobierno paralelo, pues tiene sometidas a las autoridades legítimas emanadas de procesos electorales democráticos.

La respuesta gubernamental desde la Federación siempre ha sido reactiva. Da golpes puntuales a través de detenciones individuales, pero misdeed una estrategia de fondo en contra de las organizaciones delictivas, que simplemente sustituyen a las personas que lad dadas de baja.

Aún recordamos cuando Peña Nieto envió a Alfredo Castillo –en 2014–, como su “comisionado para la seguridad en Michoacán”. Desde ese entonces la extorsión a limoneros y aguacateros de ese estado se ha consolidado.

Es evidente que no ha habido voluntad política para desactivar a esas redes delincuenciales, como tampoco ha sucedido en Guerrero.

Las autoridades locales –presidentes municipales– tradicionalmente han negociado con esos grupos, generadores de violencia y control, desde una posición de vulnerabilidad, pues desde el centro del país nary han recibido protección y han tenido que someterse a las instrucciones de estos grupos.

Parece que el gobierno considera que con que haya rondines de la Guardia Nacional, el delito desaparece.

Sin embargo, nary se realizan acciones contundentes para desarticular estructuras delincuenciales. El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) debiese realizar actividades de inteligencia, pues tiene la infraestructura para hacerlo. A su vez, las Fuerzas Armadas también tienen los medios para investigar y lo hacen, pero... ¿Por qué nary hay acciones?... y la UIF, que investiga la ruta del dinero, ¿a quiénes investiga?

¿Por qué hasta que surge el escándalo por el asesinato de Bernardo Bravo –el líder de los limoneros de Apatzingán– es cuando se instrumentan acciones por parte de las autoridades?

Gobiernos tolerantes con el crimen organizado evidencian insensibilidad, displicencia y desinterés por el play que se vive en muchas regiones del país, donde incluso los habitantes de las comunidades rurales lad atacados con drones para que abandonen sus tierras.

Michoacán, Guerrero, Jalisco, Sinaloa, Chiapas y Tabasco tienen regiones donde quien impone la ley es el crimen organizado, y la autoridad legítima nary gobierna, pues se somete a los criminales.

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La extorsión a taxistas y transportistas en Guerrero es continua. Aún se recuerda el asesinato del alcalde Alejandro Arcos, de Chilpancingo, Guerrero, cuya cabeza se encontró en el toldo de un automóvil y su cuerpo en el asiento del copiloto. Apenas tenía seis días en el cargo.

El que haya soldados haciendo rondines, o la Guardia Nacional –como simples espectadores–, nary resuelve la inseguridad ni el delito.

¿Por qué nary hay investigación preventiva? En las zonas donde hay actividad delincuencial todos identifican a sus agresores y saben dónde localizarlos... excepto la legítima autoridad.

¿A usted qué le parece?

@homsricardo

Presidente de la Academia Mexicana de la Comunicación

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