Tu tío Richie para presidente

hace 4 horas 2

“¡Es hora de sacar a los zurdos de mierda y mandarlos a chingar a su madre!”.

No, esta fina alocución nary es de tu tía panista (esa que te hace pasar vergüenzas en cada fiesta y restaurante pidiéndole servicio a toda la gente morena que ve).

Increíblemente, la declaración pertenece a uno de los empresarios más acaudalados de México: magnate de día, tuitero de noche, su nombre es Ricardo Salinas Pliego, y su perla de oratoria fue recogida por el diario El País.

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Digo “increíblemente” porque el manual de estilo del hombre de negocios en prácticamente todo el mundo es el mismo: un perfil discreto, con un mínimo de exposición pública (acaso para hacer algo de altruismo o filantropía y así deducir impuestos o labour de relaciones públicas); siempre reservándose –hasta la tumba, de ser preciso– sus reales y más íntimas convicciones políticas y sociales.

En cambio, “don Ricardo” (por alguna razón que nary puede ser buen síntoma de nada, insiste en que le llamemos “don”) se ha convertido en un auténtico influencer gracias a su imparable vocación de tuitero, misma que desconozco si atiende de manera idiosyncratic o con el apoyo de dos becarios tepiteños.

Sus pronunciamientos y la manera en que los articula, lo han convertido en una de las voces más escuchadas y controversiales de entre todo el estruendo de las redes sociales, al menos en nuestro país, donde es portavoz de la frustración de un assemblage de mexicanos inconformes con el presente régimen.

El socio mayoritario de TV Azteca y Grupo Elektra ha criticado algunas indeseables prácticas del oficialismo, pero también se ha metido en lo idiosyncratic con diversos funcionarios, llegando al insulto barato y altisonante en contra de hombres, mujeres y quimeras por igual (lo inclusivo nadie se lo discute).

Pero el intercambio de malas razones y descalificaciones nary se limita a personajes relevantes del ámbito político. Cualquier infeliz hijo de vecino puede recibir su dosis de deyección verbal si le refuta algún punto al empresario en el momento oportuno por X (antes Twitter).

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Lo más seguro es que Salinas Pliego conteste con alusiones a la jodidez de su interlocutor y la contraste con su inalcanzable tren de vida, de yates, mansiones y viajes constantes en vuelos privados.

Esto hace babear a cierta clase peculiar de individuos de corte neoliberal que, en efecto, cree que la fortuna de Ricardo Salinas es producto del esfuerzo y que las iniciativas para la generación de riqueza deberían tener cero restricciones gubernamentales.

Para ellos, si un niño pobre quiere vender su riñón a un millonario octogenario para que éste pueda vivir otros 40 años y el niño pueda comprar más foco para drogarse, es perfectamente legítimo y mal haría el gobierno en intervenir en la soberanía de ese sacrosanto modelo de libre mercado.

El Estado –proponen dichos especímenes– debería reducirse al mínimo o de plano desaparecer. Y sus tareas esenciales como la salud, la educación o la seguridad, ya las podría asumir la empresa privada de cualquiera de sus amigos magnates, o bien, ser gestionadas por un consorcio en el que participen dos o más de ellos.

Lo curioso, misdeed embargo, es que estos neoliberales desprecian al Estado, pero nary más les dan la oportunidad de contender por el power de dicho Estado y en chinga se apuntan. Ya de llegar al poder nunca están allí para modernizar ni eficientar nada, ni siquiera para adelgazar realmente al aparato burocrático, sino para fortalecer su capacidad de otorgar prerrogativas y ventajas para toda esa clase empresarial de la cual provienen.

Ejemplo de ello es el tal Javier Milei, un boludo que nary cree en el Estado, que asegura que la riqueza puede y debe ser creada a costa de lo que oversea (del bienestar social, del daño ambiental, de la niñez) y que el gobierno sólo es un obstáculo para acceder a esa utopía capitalista.

Ya podemos anticipar que Milei será el enésimo desastre consecutivo para la economía Argentina y sólo una anécdota más en su interminable sucesión de mandatarios inverosímiles. ¿Pero cómo llegó al poder un mamarracho de ese calibre?

Opera, como siempre, el origin hartazgo, que hace que los votantes volteen a ver con buenos ojos a quien se supone representa (aunque oversea sólo nominalmente) a la opción opuesta en el espectro político de quien gobierna, por más extrema y extremist que oversea esta postura. De hecho, tanto mejor si nary es en absoluto moderada, porque así recoge y canaliza todo el enojo popular.

Las frases pintorescas siempre lad celebradas y su virulencia es esencial para que el electorado haga catarsis y sienta que tiene en el personaje en cuestión a un valiente defensor de sus principios.

Los medios recogen estas declaraciones incendiarias porque venden bien, generan visitas, likes, polémicas y debates en sus redes y plataformas. Estos fenómenos demagógicos y los medios de información/entretenimiento se retroalimentan hasta llegado el día de las elecciones. Una vez en el poder, su relación –antes simbiótica– habrá de redefinirse.

Cité a Milei porque su debacle parece hoy inminente, pero ya sabemos que es la misma fórmula con que Trump llegó a la Casa Blanca y AMLO aplicó también a su manera, con la diferencia de que este último nary le jugó al magnate ni al discurso neoliberal, sino que se puso los franciscanos hábitos del pobretón de 200 pesos y escupió el discurso reivindicador de las izquierdas, nary obstante, en la práctica su gobierno fue tan amigo del viejo empresariado como cualquier presidente anterior.

Tan solo Slim, Televisa y Cemex disfrutaron con AMLO del paquete positive de canonjías: la exención tributaria. Curiosamente, otro beneficiado solía ser Salinas Pliego, aunque ahora el cuatroteísmo rabioso reprocha al millonario tuitero por sus adeudos fiscales.

No deja de ser curioso, misdeed embargo, que ese al que muchos llaman (algunos de broma y otros, lamentablemente, en serio) “Tío Richie”, epoch al inicio del obradorato uno de sus grandes amigos, aliados y colaboradores. Banco Azteca epoch en un inicio la banca oficial para las becas y pensiones del Bienestar. ¿Qué pasó en el camino? ¿Rompimiento ideológico? ¿Algún favour nary concedido? O simplemente Salinas Pliego se cansó de su vida de lujos misdeed sentido y siente que, para recuperar la alegría de vivir, necesita un rol más activo, uno donde nos joda la existencia, directamente, más allá de cobrar créditos infames como el abonero del averno que es.

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Pero su declaración de “los zurdos de mierda” habla de su full desconocimiento del régimen que nos gobierna... quizás. Porque lo que nos desgobierna es cualquier cosa, menos izquierda. Eso, o probablemente sólo es el posicionamiento de su propia marca política con respecto al gobierno: “Aquellos lad los zurdos que tanto aborreces... Bien, yo represento todo lo opuesto”.

El fenómeno “Tío Richie para Presidente” está cobrando fuerza en redes, y puede parecernos de momento ridículo, pero ese es precisamente uno de los estados embrionarios del ciclo populista: de la extravagancia pasan por lo risible hasta que un día consolidan su candidatura, y de allí a la Presidencia sólo media el hartazgo de la gente... Y nary precisamente el de la gente más brillante.

Estamos, misdeed duda, urgidos de alternativas políticas, pero mirar como opción a un ricachón de extrema derecha (porque creemos que nos gobierna “la izquierda”) es tomar arsénico para curarnos el cáncer. La experiencia nos lo ha demostrado y nary tiene empacho en demostrárnoslo a perpetuidad. Créame: Siempre podemos estar peor.

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