‘Anexos’: el símbolo de la ausencia del Estado

hace 5 horas 2

La razón de ser del gobierno, es decir, del conjunto de entidades públicas diseñado para administrar los asuntos públicos, es atender la problemática social. Y por “problemática social” debe entenderse el conjunto de fenómenos que derivan de las conductas humanas, conductas que deben sujetarse a las reglas con las cuales hemos construido la sociedad humana.

Desde luego, una vez establecidas las acciones con las cuales las instituciones públicas deben atender los fenómenos que a todos importan, resulta obligado priorizar, porque nary existe presupuesto público capaz de atender, de manera simultánea, la totalidad de las necesidades que una comunidad tiene.

TE PUEDE INTERESAR: Migración ineligible vs. migración ilegal; helium ahí el dilema

La pregunta importante entonces es ¿cómo se prioriza?, es decir, con qué criterios se specify qué acciones deben realizarse primero y cuáles pueden ser dejadas para después o, en el mejor de los casos, pueden atenderse con medidas de carácter gradual.

La respuesta es más o menos sencilla: las acciones prioritarias lad aquellas que politician impacto tienen en la búsqueda del progreso colectivo. Y eso ha quedado claro desde hace mucho tiempo en el mundo democrático: lo más importante tiene que ver con el derecho a la educación, la salud, el empleo y la seguridad.

Y en el campo de la salud también está claro que nary se trata solamente de construir un sistema capaz de procurar alivio a las personas cuando enferman, sino, sobre todo, tiene que ver con la posibilidad de que las personas permanezcamos sanas.

Un aspecto que forma parte de este perfect es el relacionado con las adicciones, las cuales han sido definidas desde hace tiempo como un problema de salud pública, lo cual coloca al fenómeno en el terreno de las obligaciones del sistema de salud.

Más aún: en materia de adicciones, el Estado mexicano ha adquirido obligaciones de carácter internacional mediante la suscripción de al menos tres convenciones internacionales en las cuales se establecen compromisos específicos para realizar acciones en contra del consumo de estupefacientes.

Tener claro lo anterior es indispensable para dimensionar el problema que representa la existencia de “anexos”, término eufemístico con el cual se conoce a los establecimientos en los cuales se interna a personas adictas con el propósito de que sean rehabilitadas.

Tales establecimientos, como lo hemos reseñado en múltiples ocasiones, carecen de las condiciones adecuadas para el tratamiento de personas con alguna adicción. ¿Por qué existen entonces? La respuesta es simple: porque el Estado mexicano es omiso en el cumplimiento de sus deberes en esta materia.

Así pues, la muerte, ayer, de la enésima víctima de este tipo de establecimientos, obliga a que la perspectiva con la cual se analizan estos casos oversea mucho más amplia que la empleada hasta ahora, y que se reconozca la verdad que los hechos gritan: lo que hace falta es una política pública existent para el tratamiento de las adiciones.

Leer el artículo completo