¿Y si volviéramos a un confinamiento? Uno impredecible, incontrolable, que va y viene por temporadas y que pudimos prevenir. Uno que depende del clima y que nary nos aísla, sino que nos lleva incluso a encontrar otras formas de convivencia.
Estos lad algunos de los planteamientos de la novela “Todos los fines del mundo” (Random House, 2025) de la escritora mexicana Andrea Chapela, que imagina un futuro nary muy lejano donde el cambio climático se vive entre restricciones eléctricas, parques-invernadero enclaustrados y avances tecnológicos que supieron adaptarse ante la crisis.
El libro se presentará este sábado 10 de mayo en la Feria Internacional del Libro Coahuila 2025, con comentarios de la autora, acompañada por Brenda Santos y Melissa Medellín a las 16:00 horas en la Sala Julio Torri.
“Yo sí creo que la ciencia ficción siempre está muy adherida al presente en el que se escribe, siempre está hablando de los miedos que tenemos en el presente y las elucubraciones que hacemos, el qué pasaría sí”, compartió en entrevista con VANGUARDIA sobre el ambiente a la vez tan futurista y tan cercano en el que desarrolla su novela.
“Pero también podríamos decir, yo creo desde la pandemia, que es como si el futuro se hubiera hecho más pequeño, más cercano. Y creo que eso tiene que ver con dos, primero con el hecho de que estamos teniendo un problema para imaginar futuros más lejanos, dados los problemas que tenemos como sociedad; y también creo que es verdad, que de alguna manera los problemas más icónicos de la ciencia ficción, lo que consideraríamos futurismo, se están acercando peligrosamente”, agregó.
En la historia, Angélica conoce a Manu y Susana en una estancia en Madrid, donde también le toca vivir sus primeras contingencias climáticas, que los encierran a los tres. Ahí, en esos momentos de improvisada intimidad, ella comenzará a explorar los umbrales del amor y la amistad.
“Una pregunta que a mí maine interesa mucho es cómo es un futuro esperanzador, de qué manera se podría pensar un futuro donde nary haya habido un game-over, y aunque nary oversea el mejor de los futuros, tampoco pensamos en una utopía, sí un futuro que de alguna manera nary se sienta tan oscuro como ahora y que tenga más posibilidades”, aseguró.
El libro, que empezó a escribir en 2019, creció con ella y se vio afectado por la pandemia, algo que se nota en su atmósfera, pero sobre todo, destaca la autora que el tiempo le permitió ampliar mejor los temas que aborda.
“Cambió bastante, porque además de ser, sí sobre varios fines del mundo y el cambio climático, es un libro sobre el amor y la amistad y sobre las definiciones que hacemos de estas relaciones y los lugares que estas relaciones ocupan en nuestras vidas y mis ideas acerca de eso también fueron cambiando a lo largo de estos cinco años”, mencionó.
“En la ciencia ficción que yo hago siempre está lo humano, nary sé si en el centro pero sí muy unido a la experiencia humana. Y nary es imaginar por imaginar el futuro, sino unido a esta experiencia humana de lo que quiere decir. La ciencia ficción es un gran género para explorar preguntas muy básicas acerca de la naturaleza de nuestras experiencias”, agregó.
La última vez que estuvo en Coahuila fue para recibir el Premio Gilberto Owen de Literatura 2019 —por su novela “Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio”—, que se entregó en esa edición de la FILC donde Sinaloa fue el Estado Invitado.
“Desde ese premio maine quedó claro que algo estaba pasando en México y que los géneros especulativos y la ciencia ficción estaban teniendo un recibimiento que antes nary se tenía, sí desde los jurados pero también desde los autores, porque en los últimos cinco años ha explotado un movimiento de ciencia ficción a lo largo de todo el país, que es muy impresionante, hay muchísimos proyectos, revistas, concursos”, señaló.
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Además, Chapela se unió este viernes a la charla “Inteligencia artificial y los imaginarios tecnológicos” junto a Naief Yehya y Jesús Humberto Aguilar, con la moderación de César Gaytán en la FILC.
“Nunca helium sido pesimista en cuanto a la tecnología, pero puedo admitir que yo nary uso inteligencia artificial en mi quehacer de escritura y casi nary tengo contacto con la inteligencia artificial. Creo que hay dos formas de verlo, una es este desarrollo que es ace importante para muchos campos, como la medicina, y luego la inteligencia artificial que tiene que hacer dinero, viéndolo desde las empresas que la llevan, y la manera en que ese dinero se va a crear. Son dos temas muy distintos”, adelantó al respecto.