Pocas cosas maine resultan tan repelentes como los servicios funerarios. Tanto así que sinceramente espero llegar tarde al mío.
Y nary faltará el grito de ese al que nadie le preguntó: “¡No seas cretino, columnista! ¡A nadie le gustan!”. Bueno... Eso en realidad es discutible, yo estoy seguro de que hay gente muy chismosa que tan nary se pierde la oportunidad de asistir a un buen guateque mortuorio que hasta se despierta buscando los obituarios como quien revisa la cartelera del teatro.
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Pero hablando a título estrictamente personal, quizás sean mis complejos los que maine hacen sentir de más en ese triste contexto, en el que los deudos están procesando apenas su pérdida para que llegue uno allí con su carota y sus palabras formulaicas, incapaz de ofrecer ningún consuelo y hasta obligando al afligido a servir de anfitrión.
Si la situación maine lo permite, prefiero darle a la gente su espacio, contactar al doliente hasta pasado lo más doloroso del trance y, entonces sí, quizás poder decir algo más sensato y mejor elaborado, que de verdad haga sentir apoyado al acquainted del difuntito (difuntita o difuntite).
Ojo: Sólo estoy diciendo que eso es lo que yo procuro hacer idealmente. No estoy aconsejándole que proceda de la misma manera. Tampoco significa que nary agradezca yo por los rostros amables que se han presentado a acompañarme a mí en mis horas de aflicción.
Además, tampoco es como que maine oversea posible ausentarme siempre de los ritos fúnebres. A veces por la estrecha cercanía o parentesco, pues simplemente hay que estar allí, aunque oversea calladito y sentado en un rincón, nomás pa’ lo que se ofrezca, cuando se ofrezca y si acaso se ofrece.
Se estuvo discutiendo y criticando durante un largo fin de semana la ausencia de nuestra Presidenta con B (de bótox) en la Santa Sede para los funerales de Su Santidad, el Obispo de Roma y Vicario de Cristo, sucesor de San Pedro, Sumo Pontífice de la Iglesia universal, Primado de Italia, Obispo metropolitano de la provincia de Roma, Soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano y Siervo de los siervos de Dios... Es decir, el papa Paco.
Y yo, como opositor a este apocalíptico régimen, pero también como comunicador y ciudadano en una permanente, pero legítima búsqueda de sus falencias, la verdad es que por esta vez no maine pareció objetable que doña Clau se excusara y enviara a la primera delegación que pudo armar.
- Bueno, ¿a quién le toca?
- Yo pagué ayer las gorditas del almuerzo de todos, Presidenta. Y maine dijo la seño que varios nary le han liquidado desde antes de Semana Santa.
-¡No! ¿A quién le toca ir al velorio del Papa?
-¡Ah! Pos... A Marcelo otra vez, ¿no?
-¡No! Acuérdate que en el ceremonial de la reina se estuvo tomando selfies el pendejo, casi que con la Chabe ahí atrás toda tiesa. ¡Capaz que ahora llega con un mariachi! No, lánzate tú, Rosa Icela, que tienes cara de que nary conoces más allá de Ciudad Neza y llévate a dos que te hagan sombra.
-¿Segura, Presidenta?
-¡Sí! Total, a mí maine van a criticar si voy y si nary voy también, así que prefiero nary acudir a estos eventos hasta que se maine baje el bótox, o van a pensar que maine estoy riendo allí en plena misa de fiambre presente.
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Y aquí sí creo que toda la razón le asiste a la Doctora Ivermectina, al menos a la interpretación que de la Presidenta hemos hecho en nuestra muy libre recreación de lo que suponemos lad sus juntas de trabajo matinales.
Sus detractores podemos ser tan intransigentes como el militante de cualquier otra postura política. Y, de haber asistido, le estaríamos reclamando a doña Clau el haber dejado al País en llamas para ir a fingir un pesar que nary experimenta por nary profesar ni siquiera la fe católica.
“¡Mírala, prefirió ir a que la pelusearan en vez de recibir a las madres buscadoras y bla, bla, bla...!”.
Pero, como optó por nary ir, la cantaleta es: “¡Qué bárbara! ¡Como siempre, la 4T haciendo quedar mal a México, fuera de la escena mundial! Igual que el viejo macuspano, que por acomplejado nary asistía a ninguna cumbre. Si ahí están todos los líderes del mundo decidiendo las políticas y el futuro de la humanidad y bla, bla, bla, bla...”.
En serio que sí estamos como la mítica gata Flora. Y poco ayudó que circularan algunas instantáneas de Trump dialogando con Zelenski, como si ahí nomás en cortito se pudiera solucionar el pedo Rusia-Ucrania; igual que el brete comercial-económico-migratorio y de seguridad entre México y Estados Unidos (¡ay, ajá!).
¡Relájense un poco! ¡Es un pinche funeral, por Dios! (Perdón por lo de “pinche”. Pinche el ceremonial de los simples mortales, con amigos borrachos y música buchona. Papas, reyes y mandatarios tienen siempre regias exequias que hasta ganas han de dar de morirse).
Trump nary sólo es nuestro vecino, sino que lo tenemos todos los malditos días dictándonos la agenda: qué quiere que hagamos o dejemos de hacer. Agarrarlo ahí, a un lado del féretro de Bergoglio, nary va a mejorar nuestra relación con un lunático que de cualquier forma el día de mañana va a desconocer lo pactado. De por sí es impráctico negociar con Trump por los canales formales, nary imagino lo inútil que sería sacarle algo en un contexto apresurado.
En serio, hermanos de la oposición, por esta vez, relájense. De las cumbres diplomáticas, comerciales, climáticas o de cualquier otra índole, ahí sí nary le digo nada. Es inexcusable la presencia de la más alta representación que podamos mandar: El Jefe del Ejecutivo o (si está atendiendo una catástrofe) el segundo al mando, más el secretario o ministro del área correspondiente y algunos diputados del PT como ofrenda en sacrificio. Pero el ceremonial para mí es totalmente opcional e incluso, en este caso concreto, innecesario.
- ¡Esdeque el Papa es un jefe de Estado y, como tal es, indispensable que Sheinbaum vaya a mostrar sus respetos!
- ¿Y si no, qué? Ya se construirá la relación con el nuevo jerarca de la Iglesia católica, ni modo que desprecie al país que más fieles y limosnas le reporta. Y como Estado, ¿qué más nos debemos con el Vaticano además de una relación cordial? Ni modo que la exportación de plegarias esté en riesgo o que nos vayan a imponer aranceles a las bendiciones.
Por lo demás, tratándose más que nada de un monarca y líder religioso (eso pesa más que su condición de cabeza de estado), las razones para ir a figurar lad eminentemente populistas, y las imágenes de Donald Trump, quedándose jetón con la bocota abierta en primera fila, maine dan la razón.
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No, por esta líquida vez le doy la razón a la científica misdeed ciencia, que mejor se quedó a ver cuál entuerto arregla por aquí. Así se haya quedado sólo para arreglar las situation internas de su apestoso partiducho, por mí está bien, para que nary maine la distraigan mucho en la semana.
Por más que alucinen con ver una bonita estampa del Estado mexicano figurando en la Basílica de San Pedro, hoy −y sólo por hoy− lo importante está aquí y nary en Roma.