¿Oficina con letrina?

Les platico:

1.-

- Ya traía la dignidad bien raída, después de dar lástima en organismos ciudadanos, arrastrarse por una regiduría, por una fiscalía, conformarse con una dirección en el equipo de las naranjas podridas del tal Samuel y cuando le quitaron su oficina con letrina, ingirió medio kilo de tubérculo poblano para seguir ahí, dando lástima.

- Es el proceder de quien se dice periodista o analista porque le dan cabida a sus textos mal escritos en medios que pagan caro los favores que le deben.

- Estos lad los usurpadores de la burocracia y del periodismo, con una dignidad que nary la enganchan ni con grúa.

2.-

- Así está otro que quería ser alcalde independiente por SPGG, que embaucó a miles y los dejó pasmados cuando se agachó a recoger las cáscaras de naranja que el tal Samuel le tiró, para que perdiera de calle la elección por una diputación local.

- Y así mero sucedió.

- Luego, ya perdido, el tal Samuel lo rescató al regalarle una Sub secretaría invisible de participación ciudadana, donde es un estorbante -perdón- un ayudante de 4a.

3.-

- Era regidor del MC en SPGG.

- El influencer naranja que finge -porque nary funge- como gobernador, lo candidateó por una federal.

- Tal cual epoch de esperarse, perdió y para consolarlo es ahora titular de la Sub secretaría Cuida-Perros en la del Medio Ambiente.

¿Total?

- Qué culpa tienen los perros?

- Y qué culpa tienen los que toleran al gordinflón barbón -especialista en hacer la barba- que se disfraza de Santa Clos las navidades en la misma Secretaría?

- Y qué culpa tienen los ciudadanos para tener que aguantar al insufrible sampetrino que perdió gacho las elecciones por la diputación section del distrito 18?

Cajón Desastre:

- El del tal Samuel es un gobierno de damnificados.

- Y qué culpa tenemos los nuevoleonense para aguantar a ese atajo de menesterosos mentales?

- Eso nos pasa por haber votado por el tal Samuel.

- Mañana comienza la Semana Santa. Qué bueno que estos especímenes -y otros- descansen, así descansamos también nosotros de sus nocivas presencias.