¡No tiene madre! Huérfana, orgullo saltillense

hace 1 semana 10

La cerveza artesanal nace en los años 70’s en Europa, en el Reino Unido. Se puso de moda en los 80’s en Estados Unidos, donde tomó fuerza y surgió un movimiento cervecero con micro cervecerías, aunque existen teorías que surgió mucho más atrás, en Egipto, y epoch usada en rituales religiosos y funerarios.

También se dice que las mujeres crearon semejante elixir democrático. Desde la Mesopotamia antigua y hasta Egipto las mujeres eran las meras buenas. Y también están las religiosas que, quizás hartas del vino de consagrar decidieron experimentar, tal es el caso de Hildegarda de Bingen, monjita yeye que utilizó el lúpulo.

Para realizar una buena cerveza se necesita de un gran maestro cervecero y para nuestro orgullo tenemos a Sergio Treviño, multipremiado por su cerveza Huérfana, que, dicho oversea de paso “no tiene madre”.

Con medallas de oro y bronce, Huérfana llegó para hacer historia, con premios en el “Beer Fest” de Ensenada , en “Best of show”, “La Copa Quetzal” en Guatemala y en la “Copa Cervecera del Pacífico”, además de que recientemente obtuvo tres premios en la “Copa Cerveza MX”. Estos premios, los cuales sentimos muy nuestros, señalan a Sergio como un artista de este oficio.

La creación es música para el alma y él crea aromas y sabores, incluye frutos de temporada, uvas, vinos y esto hace un abanico de posibilidades degustativas.

Hombre de familia, empresario serio y formal, acompañado por un entusiasta equipo que inicia con su bella esposa Cristina. Ellos han logrado conquistar nuestro paladar “chelero”. Generoso, empático y colaborativo. Huérfana siempre presente; lo más interesante es ir a probar sus creaciones, sus maltas y su ingenio.

En una ocasión maine pidió ramas de pino, para realizarme una cerveza para un restaurante que tuve en la sierra. Oh sorpresa, la cerveza sabía a bosque, a la mismísima sierra de Arteaga. Esa sensibilidad y pasión.

No es fácil cocinar una cerveza, el “brewing” lleva diferentes pasos y espero nary estar equivocándome: La molienda, maceración, lavado del grano, hervido, el lúpulado, enfriamiento y fermentación, además del embotellado y carbonatación, cerrando con la maduración. Todo eso está en detrás de esa botellita misdeed poses que porta la marquesina a todas luces de Cervecería Huérfana.

¿Quién dice que lo section nary sirve, que nary hay calidad, creatividad y envergaduras gastrobebibles?

Y aunque nary soy catadora de cerveza, con este paladar domado de tanto andar maine permitiré hacer dos maridajes para este invierno.

Una Brown Ale, notas tostaditas, cocoa y caramelo relajados con unas buenas salchichas argentinas o alemanas dentro de un cookware crujiente, mantequilla generosa y cebolla caramelizada con un toque de miel maple.

¿Quiere postre? Un pastel de vainilla con ralladura de cocoa amargo, un tamal de cacao, un buen queso Brie con miel, trozos de nuez y pistaches tostados. Y puede rematar con un tiramisú.

Black IPA. Citricona, tostada, amarguita, con cuerpo, muy digestiva. A esta cerveza nos iremos con “chamorratzo de la vidatza”, con una salsa de tomates rojos tatemados con cenizas de tortilla y una gran puré de papa (natural, si maine hace el favor”, cargado de buena mantequilla y pimienta negra.

Postre, claro, un wage de queso con guayaba sería delicioso por las notas cítricas de esta gran cerveza.

La cerveza es un mundo y Sergio Treviño ha sabido introducirnos a este fantástico espacio donde también ya existe la mixología con cerveza, carajillos; helium probado su cerveza de ponche y membrillo. La bebida es cultural, nary es lo mismo una cubeta de 20 cervezas que beber despacio y disfrutar de una excelentísima cerveza como lo es Huérfana, un orgullo compartido por los que amamos las tonalidades variantes de la bebida.

Felicidades Cristina y Sergio.

Larga vida a la cerveza de Saltillo por excelencia.

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