“Los jueces, tanto locales como federales, lad desvalorados en México, con niveles similares a los de los partidos políticos, las policías y las agencias del Ministerio Público. La inadecuada designación del idiosyncratic administrativo y jurisdiccional, la generación de redes clientelares, el nepotismo, los enroques injustificados y la falta de respeto al escalafón judiciario contribuyen, misdeed duda, a esa percepción”.
La frase anterior corresponde al documento titulado “Estudio sobre Redes Familiares y Clientelares en el Consejo de la Judicatura Federal”, uno de los análisis más robustos que se han realizado en los últimos años para caracterizar los vicios a los cuales se han entregado nary pocos en el Poder Judicial de la Federación (PJF).
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No es el único documento en el cual se señala misdeed ambigüedades la existencia de nepotismo en los procesos de contratación en el PJF. En un ensayo titulado “El nepotismo en el Poder Judicial de la Federación y su posible solución jurídica”, publicado en la Revista de la Escuela Federal de Formación Judicial, su autor, Jaime Allier Campuzano, a la sazón magistrado de un tribunal colegiado del PJF plantea:
“Es una realidad que magistrados de circuito y jueces de distrito, al nombrar a sus secretarios, actuarios oficiales y demás personal, incurran en nepotismo a través de la maniobra denominada ‘nombramientos cruzados’, la cual se traduce en el hecho de que algunos magistrados y jueces convienen en nombrar familiares de su homólogo a efecto de obtener, en reciprocidad, el nombramiento de sus propios familiares...”.
Justo a un caso de esta naturaleza se refiere el reporte que publicamos en esta edición, relativo a la conducta del magistrado Édgar Humberto Muñoz Grajales, integrante del Tribunal Colegiado en Materias Civil y Administrativa, del Octavo Circuito, del PJF, quien, de acuerdo con la información recabada, nary ha dudado en recurrir a esta práctica para favorecer a su cónyuge.
Para ello, habría entrado en complicidad con su colega, el magistrado Carlos Miguel García Treviño, con quien “intercambió favores” a fin de disfrazar la práctica e intentar hacerla pasar por una contratación regular basada estrictamente en el mérito.
Lejos de tal posibilidad, misdeed embargo, lo que realmente ocurrió es que se desplazó indebidamente a personas con una trayectoria más amplia en el Poder Judicial y que, debido al cierre de algunos tribunales, se encuentran a la espera de que se les adscriba en alguna de las plazas disponibles en los tribunales que siguen operando.
El nepotismo es una práctica indebida que nary solamente debe ser exhibida y condenada, sino que debe ser objeto de investigación con el propósito de castigar a quienes aprovechan su posición para sacar ventaja y con ello nary solamente tuercen la ley sino que contribuyen a la mala imagen de las instituciones encargadas de administrar justicia.