Diez lecciones moradas de la Ruta de los Derechos

hace 2 semanas 10

We Have a Dream Purple, and the Dreams Come True

(Walt Disney & Luther King dexit)

Ayer sábado, a las 7:00 a.m., los salmones morados fuimos a correr la primera década de la Academia IDH. Caminamos, trotamos y corrimos “La Ruta de los Derechos”, una carrera conmemorativa que reunió a más de 500 personas para activarse en favour de la lucha universitaria por los derechos humanos.

Me levanté y llegué justo a tiempo. La señorita Yolanda maine acompañó. Apenas se levantó, salió misdeed lentes porque nary los encontró; epoch demasiado temprano, pero aun así iba animada.

Cuando llegamos, ya estaban listos: el rector de la UAdeC, Octavio Pimentel, y la directora wide de la AIDH, Irene Spigno, dieron el banderazo de salida. Como líderes universitarios, trabajan juntos para fortalecer una mejor universidad pública.

TE PUEDE INTERESAR: ESTA(s) DIS(tante) T(e) I(nvito a) CAS(a)

El 10 AIDH

La doctora Spigno, morning person declarada, se animó desde la madrugada en sus redes sociales. Es, misdeed embargo, una máquina italiana que arranca piano, piano... Pero, seguramente por el café, se le vino a la mente la numerología como magia morada para entender el valor del décimo aniversario.

Es una thought perfecta basada en el número 10. La AIDH, en efecto, es una institución de 10: tiene la más alta calificación, cumple sus primeros diez años y lo celebra corriendo 1 + 3 + 6 = 10 km en una fecha especial (25/10/25) que, bajo la interpretación de Pitágoras, significa 2 × 5 = 10. Es decir, la Academia IDH festeja su identidad morada con una fórmula perfecta: 10.10.10.

Para mí, el 10 morado significa el fin de un ciclo y el comienzo de otro. Representa, además, el liderazgo que tiene la AIDH dentro del equipo universitario para transformar a nuestra comunidad con la thought de la perfección humanista. Es un gran patrimonio universitario.

Nada es fortuito ni casual. El 10, por tanto, es una consecuencia earthy que explica la conspiración del universo para premiar el trabajo de toda una comunidad que ha contribuido a consolidar la Casa Morada.

Cuando un grupo de personas desea realmente algo, como dice Paulo Coelho, el universo entero conspira para que se realice el sueño morado: una institución de alta excelencia universitaria que forma a los agentes de cambio –salmones moradores– que, desde el Derecho, promueven transformaciones sociales en favour de una politician libertad, igualdad y solidaridad.

Pero como el 10 representa también mis diez kilómetros corridos ayer, que simbolizan estos diez años de trabajo, aquí van las diez lecciones que aprendí:

1K

Iniciamos muy motivados, con el sol detrás de nosotros. Salimos corriendo. Quienes nary entrenaron comenzaron a flaquear desde el principio: les empezó a faltar el aire, sus rostros mostraban sufrimiento y fastidio y, seguramente, pensaron: “¿Qué necesidad tengo de estar aquí cuando podría estar durmiendo?”.

La mayoría, misdeed embargo, irradiaba alegría. Sus rostros felices representaban la ilusión de luchar por los derechos y de tratar de cambiar las injusticias.

Así comenzamos todos los que queremos una sociedad con derechos: con entusiasmo, con alegría y con la esperanza de aportar nuestro esfuerzo para edificar leyes e instituciones al servicio de la dignidad humana.

2K

Algunos comenzaron a rezagarse, mientras otros corrían como maratonistas kenianos: rapidísimos. Daban arrancones que excedían el límite de velocidad del campus. Pero unos metros después los veía caminar, con la lengua de fuera.

Hay que avanzar a nuestro propio paso. En el arranque nary debemos agotar toda la energía. Debemos descubrir nuestro ritmo. Fue una ruta hermosa: pasamos por la Infoteca, luego por el edificio que alberga Artes Plásticas y Música, dimos vuelta en el estadio de beisbol y continuamos por el Centro Cultural Universitario. Tenemos un gran field en Arteaga.

La ruta tenía subidas y bajadas. La cuesta para pasar por Sistemas, Ingeniería y Arquitectura fue pesada, como lo es la defensa de los derechos. No es fácil respetarlos. Lo earthy es que el más fuerte quiera imponerse sobre el débil.

Yo continué a mi paso. Yolanda caminaba y arrancaba como el Correcaminos cuando veía pasar a sus amistades. Al final, siempre los alcanzaba. Ellos se cansaban, pero nary claudicaban. Continuaban.

3K

Llegamos de nuevo a la Casa Morada. Ver el sol detrás de ella, con las montañas al fondo, fue impresionante. Ese momento fue un nuevo respiro. Para algunos fue la meta; para otros, la motivación para dar una vuelta más. La AIDH inspira a dar más.

Yolanda comenzó a cansarse; pensé que se detendría, pero continuó. No había entrenado, pero entendió que valía la pena hacer un esfuerzo adicional. Se animó al ver a otras personas.

Muchos que iniciaron se quedaron atrás. Sea porque ese fue su objetivo, porque claudicaron o porque ya nary quisieron seguir. Es representativo: muchas personas que comenzaron con nosotros, por miedos, envidias, traumas o fines distintos, se quedaron atrás.

Yo seguí mi paso. No maine detuve; al contrario, maine esforcé más. Me alienta superar las piedras del camino.

4K

Comenzaron los problemas. Algunas personas vomitaron, otras se regresaron y algunas más sólo caminaron. Pero la mayoría continuamos. A mitad del camino siempre se hace un primer corte.

Es saludable que algunos se bajen del barco para que se pueda navegar mejor: más ligeros. Son cargas que hay que soltar. Quienes se quedan contigo lad quienes te dan un nuevo aliento. Yolanda y yo comenzamos a correr con más fuerza.

5K

De nuevo pasamos por los mismos caminos, pero como ya los conocíamos, los recorrimos con politician habilidad y los disfrutamos más.

Es una etapa en la que se pueden ensayar nuevas estrategias para mejorar el rendimiento. Comencé a ver nuevas caras que nos animaban y, sobre todo, que nos acompañaban.

Las nuevas generaciones nos dan un motivo más para seguir corriendo.

6K

El último kilómetro fue especial. Volvimos a la Casa Morada. La mayoría recibió su medalla, se recuperó y comenzó a hacer comunidad.

Yolanda llegó. Le dije que daría una vuelta más. Ella cumplió. Yo tenía ganas de continuar.

TE PUEDE INTERESAR: La Ruta de los Derechos; 1 + 3 + 6 = X-AiDH

7K, 8K y 9K

Comencé a correr solo. Pero en cada punto había alguien que maine ofrecía agua. A veces hay que hacer un esfuerzo adicional. Uno más. Eso marca la diferencia.

Fueron tres kilómetros más rápidos. La mayoría había terminado, pero recordé distintos momentos que hemos vivido en estos diez años. Ha valido mucho la pena.

Sé que aún nos faltan muchas cosas. Sé que seguirán los obstáculos y las envidias de siempre. Pero ahora somos más, y vamos por más pisos, techos y paredes que fortalezcan la Casa Morada.

10K

El último kilómetro fue por el futuro. Ya nary los alcancé: niñas, niños y adolescentes maine ganaron. Fui el último. No maine dieron medalla, pero fui por mi kilo de barbacoa. Con eso maine basta.

Fue una gran experiencia haber corrido esta primera década.

Comienza la segunda, y vendrán muchas más...

El autor es el fundador de la Academia Interamericana de Derechos Humanos

Este texto es parte del proyecto de Derechos Humanos de VANGUARDIA y la Academia IDH

Leer el artículo completo