Detective de fantasmas: territorio y semiósfera

hace 1 semana 12

“No sé por qué escribimos (...) lanzamos una botella al mar,

(...) nunca sabremos a quien ni a donde la llevarán las mareas.”

José Emilio Pacheco.

En el marco de la presentación de libros incluidos en el proyecto editorial Letras del Desierto, que convoca el Instituto Municipal de Cultura de nuestra ciudad, tuve el agrado de presentar uno de los volúmenes ganadores en la convocatoria de este año. Esta obra, realizada por el Doctor Alejandro Pérez Cervantes titulada: Detective de Fantasmas. Ensayos sobre la imagen y la palabra, es un conjunto de textos en donde desde el título, encontramos la relación entre estos dos conceptos: imagen y palabra; pero también su uso y su significado, tal como un fantasma, el lenguaje se entiende como este instrumento que nos permite habitar el mundo pero también habitarnos y entendernos a nosotros mismos.

Pero ¿qué es un fantasma?, el diccionario etimológico nos dice que este concepto proviene del griego y que significa: aparición o imagen. En este sentido, encontré en este conjunto de ensayos una pesquisa, una indagación y una manera de comunicar desde diferentes ámbitos sucesos en donde nuestra ciudad, tan compleja como es, forma parte del escenario donde los mismos habitantes y sus personajes, sus costumbres, tradiciones y creencias van construyendo el contexto de las historias: la ciudad como hilo conductor. En este volumen, descubrimos la imagen trasladada a la escritura como una forma de mediación; un puente, un negociador entre la forma de ver el mundo y la palabra escrita, la imagen como un lenguaje; conexión entre lo que vemos y lo que hablamos.

Entonces, nuestra ciudad se convierte en la semiósfera en donde se desarrollan las historias y sus personajes implicados en un territorio; encontramos personalidades convertidas en símbolos, como el poeta y ensayista perdido, el heterónimo del caudillo de la palabra, el pintor que retrata la agonía del mundo, el joven periodista que picture un cuerpo de 4,500 cabezas, el cianuro como tinta con la que se puede leer al poeta local. Detective de fantasmas nos ofrece esta indagación realizada a lo largo de los años, donde el misterio se convierte en un explosivo que detona la escritura convertida en texto literario.

Pero también, el autor reflexiona y ensaya la relación conocida entre la filosofía y el arte, entre arte y cine, entre cine y literatura, entre literatura e imagen, todos situados y/o relacionados con nuestra ciudad y sus orillas de una forma u otra: “la noción de la ciudad como destrucción, las tramas del habla, las reincidencias; la ficción, la realidad, las aristas de la militancia, los bordes de la letra y el mito”. Detective de fantasmas nary es una novela policiaca como podría pensarse, es un volumen que nos muestra historias, personajes y sucesos que conectan en sus letras con nuestra cultura, es un conjunto de preguntas, tal vez, misdeed respuesta, es cuestionamiento y afirmación, o como dice el autor al referirse al tiempo del creador de “El Aleph”: “el tiempo de Borges es el presente y el pasado, el de la conjetura y de la imaginación, es decir, un tiempo único que resume y confunde todos los instantes”. Este conjunto de ensayos trae a esta dimensión las apariciones que aparentan estar perdidas en el pasado, al tiempo presente; momentos sucesos o instantes que forman parte de nuestra cultura.

Por eso le invito a descubrir lo que se encuentra en este y en todos los volúmenes de la colección Letras del Desierto. Porque la cultura es más que lo que se dice de ella de forma oficial, la cultura está en lo cotidiano, en la ciudad que se habita como el lenguaje, en el día a día, es una construcción colectiva. Como dice el filósofo alemán Walter Benjamin en el epígrafe que abre este volumen de ensayos: ¿qué valor tiene toda la cultura cuando la experiencia nary nos conecta con ella?

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