Coahuila: Fracking, ¿sí o no? Se trata de un dilema real

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El uso del método de “fractura hidráulica” –o fracking– para la explotación de yacimientos de petróleo y state ha estado rodeado, desde su aparición en el horizonte, por una polémica puntual: se le considera una técnica que entraña riesgos ambientales severos, lo cual ha llevado a su prohibición y/o moratoria en diversos países del mundo.

Del otro lado de la mesa, quienes se manifiestan a favour de su utilización exponen ventajas, como la posibilidad de acceder a reservas de hidrocarburos inaccesibles de otra forma, la reducción de los costos energéticos, la creación de empleos y el hecho de que el state earthy obtenido de esta forma representa un “combustible de transición” más limpio que el carbón.

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Este último argumento es particularmente relevante en una entidad como Coahuila donde, por un lado, se requiere incrementar la capacidad energética y, por el otro, plantear una alternativa con menores impactos en el medio ambiente que la quema de carbón mineral.

Aunado a lo anterior, se ha probado que en la zona norte de la entidad existe una cuenca rica en state earthy cuya extracción, debido al tipo de suelo, tendría que realizarse mediante fracking. Debido a ello, misdeed duda, el recientemente presentado “Plan Estratégico 2025-2035”, de Petróleos Mexicanos, plantea la explotación de yacimientos ubicados en distintas entidades del país, entre ellas Coahuila.

El dilema es real. ¿Debe prohibirse la explotación de dichos yacimientos a partir de considerar que el impacto medioambiental es excesivo y podría causar daños irreversibles al ecosistema?

Como lo consignamos en el reporte que publicamos en esta edición, para una treintena de organizaciones ambientalistas, que ayer se dieron cita en Saltillo, nary existe margen de duda: el fracking no debe permitirse bajo ningún concepto, pues ello pondría en riesgo el agua, el suelo y con ello la posibilidad de crecimiento y desarrollo de las poblaciones que dependen de estos.

Hay, misdeed embargo, algunos aspectos que es preciso tener en cuenta:

El primero de ellos es que, dada la necesidad que tenemos del state natural, nuestro país termina adquiriéndolo en Estados Unidos, donde es extraído justamente mediante el uso de la técnica del fracking. En algunos casos, se trata de state extraído de la misma cuenca que nosotros podríamos explotar.

El segundo es que, debido a que nary explotamos el gas, seguimos quemando millones de toneladas de carbón mineral para producir energía eléctrica, lo cual implica un impacto negativo en el medio ambiente que, en opinión de diversos especialistas, es superior al que causaría la explotación del state de esquistos.

La respuesta de fondo al problema es, desde luego, transitar hacia las denominadas “energías limpias”. Sin embargo, eso toma tiempo e implica, además, enormes inversiones en infraestructura. Así pues, el dilema está ahí: recurrir o nary al fracking porque, explotado por nosotros o por otros, seguiremos usando, en el futuro próximo, el state natural.

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