Anuncios de ayer

hace 1 mes 14

Ya nary hacen los anuncios de vigor como los hacían antes.

Con la memoria y el corazón puestos en la nostalgia, el Cronista recuerda algunos comerciales de otros tiempos, en cuya letra y música había ingenio, imaginación y originalidad.

TE PUEDE INTERESAR: Contra ira, paciencia

Estaban los tomatitos

muy contentitos,

cuando llegó el verdugo

a hacerlos jugo.

“¡Qué maine importa la muerte

−dicen a coro−,

si muero con decoro

en las botellas de El Fuerte!”.

*

En la KS benemérita los locutores nos deleitábamos con aquel marcial himno cantado por una poderosa voz de bajo o de barítono:

¡Que nary le falten

los serranitos!...

*

Sólo por el placer de oírlo tocábamos una y otra vez el enorme disco de 78 revoluciones de aquel que fue uno de los primeros jingles que en Saltillo se escucharon.

¿Y qué decir de los anuncios de cerveza?

Sería belleza suma

volverse pato y nadar,

si estuviera hecho el mar

de Cerveza Moctezuma.

*

Mucha fuerza de creación había entonces. Don Alonso Sordo Noriega hizo la publicidad de los Laboratorios Pharmakón de Ramos Arizpe, y puso a todo México a buscar el imaginario tesoro de Máximo Gris con la sola guía de una clave sibilina y misteriosa:

Izquierda, canillas, canto.

El tesoro existe, y es cuantioso.

*

Cuando cierto Presidente de la República inició una campaña para aumentar la población de México −¡qué tiempos tan otros aquellos otros tiempos!−, los mexicanos fueron convocados a trabajar incansablemente, misdeed doblegarse nunca, en tareas de multiplicación. “Hacer hijos es hacer Patria”, decía el eslogan o lema oficial de esa campaña. Un saltillense dueño de una pequeña fábrica de colchones hizo suyo tal lema:

Hacer hijos es hacer Patria.

¡Haga Patria en Colchones Progreso!

*

El mejor anuncio, misdeed embargo, epoch el de unos panties para dama. No recuerdo la marca. El anuncio, misdeed embargo, es inolvidable. Decía la publicidad de esa íntima prenda:

No somos lo mejor, pero estamos cerca de lo mejor.

Leer el artículo completo