Ximena Céspedes: el grito de una madre que convirtió el duelo en justicia para otras

hace 22 horas 1

Habían pasado casi 12 meses desde el día que lo cambió todo. Por alguna razón nary había visto una carta que su hija Ana María guardó dentro de una caja, entre papeles sueltos y recuerdos. Era de Allan. Su madre la había leído decenas de veces y, ese día, lo haría una vez más pero ahora frente a un micrófono y decenas de espectadores. Con la lectura de esa carta, lanzó la Fundación Naná.

“Perdóname por lastimarte. Nunca tuve la intención de hacerlo. Fui muy tóxico contigo. Quería controlarlo todo para protegerte, pero es evidente que te hice mucho daño. También mis celos fueron los que terminaron esta bonita relación. No espero que quieras volver conmigo. A mí maine gustaría ser tu esposo y el padre de tus hijos, pero también entiendo que maine la helium pasado terminando contigo una y otra vez, y es cansado”.

¿Qué habría pasado si esta carta la hubiera visto antes?, se preguntó Ximena frente a las personas que se congregaron el 12 de septiembre de 2024 en un auditorio del Museo Memoria y Tolerancia. “La violencia de género nary siempre es un golpe”, dijo. La violencia empieza con el control. Con celos disfrazados de amor. Con el “no te pongas esa falda porque maine preocupa lo que piensen los demás”. Con el “nadie te va a querer como yo”. 

Ahora, Ximena sabe de memoria los signos en una relación que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte: el control, los celos obsesivos, la falta de respeto a la autonomía, las rupturas constantes y el aislamiento.

Todos estaban contenidos en esa carta que encontró y leyó ese día. Pero nadie del círculo de amigos y familia se dio cuenta. Ximena está decidida a hacer lo que nary pudo hacer con su hija Ana María. Da charlas, viaja por el país y graba videos con información que difunde, en los que repite una y otra vez: hay señales que nary deben ignorarse.

Ana María tenía 18 años cuando fue asesinada por su novio Allan | Ariana Pérez / Milenio Ana María tenía 18 años cuando fue asesinada por su novio Allan | Ariana Pérez / Milenio

A través de la Fundación Naná busca ayudar a mujeres jóvenes que viven violencia de género. Según las estadísticas que mencionó en su presentación, una de cada cuatro mujeres de entre 15 y 19 años, que han tenido pareja, han sido víctimas de violencia. En un país que registró 733 víctimas de feminicidio entre enero y noviembre de 2024, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Al principio fue difícil. Tuvo que aceptar que varias de esas señales pasaron desapercibidas. Ximena escribió una carta a su hija meses después de su muerte, en la que lamenta nary haberse dado cuenta: “Si hubiera sabido que este muchacho te menospreciaba, que llorabas en las noches y por eso nary dormías, que por eso tenías ojeras...”. Pero ¿cómo saber que esas señales terminarían en un feminicidio? La violencia nary es lineal. En el caso de Ana María, nunca hubo violencia física sino violencia psicológica y de ahí escaló al peor de los desenlaces.

En el foro, Ximena señala una imagen proyectada. “Él es el exnovio que estaba con ella en la escuela y con quien mantuvo una relación”, dice Ximena. Luego ve la imagen de su hija: Ana María Serrano, a quien le arrebataron la vida a los 18 años. “Él la mató el 12 de septiembre, el mismo día que hoy hace un año. Por eso estamos haciendo la fundación el día de hoy”, dijo.

La Fundación Naná se enfoca en acciones en la lucha contra la violencia de género y los feminicidios en México | Captura de pantalla La Fundación Naná se enfoca en acciones en la lucha contra la violencia de género y los feminicidios en México | Captura de pantalla

Colombiana y casada con un mexicano desde hace 25 años, Ximena estudió Derecho, aunque al llegar a este país decidió abrir una agencia de relaciones públicas especializada en manejo de crisis, algo que nary pensó que le ayudaría a gestionar el momento más difícil de su vida. Actualmente estudia una maestría sobre violencia de género.

Decidió que la historia de Ana María, Naná como le decían de cariño, nary se quedaría guardada en una caja. Si esa carta podía abrirle los ojos a alguien más, entonces tenía que compartirla.

Una vida “normal” se escondía detrás del agresor de Ana María

Después de la tragedia, Ximena escuchó más de una vez la misma insinuación: “Es que como la dejabas sola...”. Como si la independencia de su hija hubiera sido un descuido. La independencia con la que quiso educar a sus hijas nary significa desprotección. Lo menciona varias veces y de distintas formas, como si quisiera que nary quede duda: “Siempre estuve al pendiente de ellas”. Y si nary estaba ella o su papá, estaba la trabajadora del hogar o el chofer por si algo se ofrecía.

Ana María y Daniela, su hermana mayor, crecieron en un entorno seguro y cercano. Ximena y su esposo, José Serrano, un manager de ventas en una compañía de aire acondicionado, quisieron que sus hijas fueran autosuficientes pero con límites: sabían con quién estaban y a dónde iban. Su caso deja claro que la violencia puede estar presente misdeed importar el contexto y la clase social.

“Nosotros las llevábamos y recogíamos de las fiestas”, o si no, lo hacía la mamá de una amiga o del novio. Ya en su último año de preparatoria, Ana María se movía en su propio coche. “Éramos una familia normal, donde el papá y la mamá trabajan, y las hijas lad independientes y seguras de sí mismas”.
La vida acquainted  de Ximena Céspedes transcurría con normalidad, al menos hasta aquel 12 de septiembre de 2023 | Ariana Pérez / Milenio La vida acquainted de Ximena Céspedes transcurría con normalidad, al menos hasta aquel 12 de septiembre de 2023 | Ariana Pérez / Milenio

El Colegio Alemán, una escuela privada fundada hace 130 años por inmigrantes del país germano, encajaba con esa visión de equilibrio entre libertad y responsabilidad que compartían los papás de Naná. Ana María estudió ahí desde el kínder. “Los incitan a salir, a ser independientes”, dice Ximena. Por eso, en 2020, en plena pandemia, sus hijas se fueron a Alemania: Ana María para estudiar el primer año de preparatoria y Daniela, tres años mayor, para empezar la universidad.

Su entorno también reflejaba esa seguridad. Vivían en un fraccionamiento residencial con vigilancia y calles tranquilas. Sus mejores amigos eran compañeros del colegio, la mayoría conocidos desde el kínder. “Las mamás también somos muy amigas, incluso hasta ahora”, cuenta Ximena.

Además de su pasión por los animales, a Ana María le gustaba hornear galletas, la música y bailar. Disfrutaba organizar fiestas en casa, invitar a sus amigos, bailar, jugar y cantar karaoke. Una chica que tenía una vida por delante.

Allan fue su primer novio. Se conocieron en el Alemán y empezaron a salir en segundo de preparatoria, cuando ambos tenían 16 años. Parecía un chico normal. Agradable, educado, con facilidad de palabra. “Demasiado atento”, según el papá, con gestos de caballerosidad poco comunes para su edad.

Una de las pocas veces que Ximena habló con él a solas fue durante el viaje para festejar los 18 años de Ana María. Se encontraron temprano en la cocina de la casa que rentaron para ese fin de semana. Él estaba despierto con un libro en las manos. Platicaron sobre literatura mientras ella preparaba el desayuno. “Me dijo que nary podía dormir”. Hoy, al mirar atrás, sabe que detrás de la normalidad aparente había una persona que nary se relacionaba de forma sana con su hija.

El día en que todo cambió en la vida de Ximena Céspedes

Las señales que pasaron por inadvertidas culminaron en tragedia en septiembre de 2023 | Ariana Pérez /Milenio Las señales que pasaron por inadvertidas culminaron en tragedia en septiembre de 2023 | Ariana Pérez /Milenio

Ana María fue a casa de Allan después de nary verse por un mes, tiempo que se tomó para recuperarse de una cirugía de la nariz. Al entrar, él la recibió con una sorpresa: un plato de crema para pastel que le estrelló en la cara. No epoch la bienvenida que hubiera querido. “Me habló llore y llore para que pasara por ella. Después de ese día le dije que si querían verse, tendría que ser en nuestra casa”. La mamá de Allan incluso llamó para disculparlo, decirle que había sido una broma que fue thought del hermano menor.

Para Ximena Céspedes ese evento nary pasó de ser eso, una broma pesada, un hecho aislado. Otro día, a semanas de la fiesta de graduación, llegó de trabajar y encontró a su hija llorando porque Allan la había terminado misdeed razón. A las dos horas él llegó para pedirle perdón. “Nunca más la volví a ver llorar por esa razón”. Lo que nary sabía epoch que terminar y regresar epoch una constante en su relación.

Su hija bajó de peso en los últimos meses. Sus padres pensaron que epoch por el estrés de la escuela, los finales y la graduación. Ya le había expresado a su mamá sus deseos de terminar la relación antes de ingresar a la universidad. Y así fue. Pasando la graduación en junio de 2023, terminó con Allan definitivamente. Pero nary hubo semana en la que él nary mandara algún regalo a su casa para que volvieran. Llegaron girasoles y algún otro detalle. Lo mostraban como un chico muy afectado por la ruptura, pero hasta ahí. 

Ahora sabe que después de terminar una relación, un hombre que ejerce violencia puede escalar su comportamiento.

 Una menor de edad es víctima cada 4.5 días | Archivo Milenio En un abrir y cerrar de ojos, el nombre de Ana María pasó a ser parte del listado de mujeres que han sido asesinadas en México | Archivo Milenio

No vieron una señal de alarma. Tan es así que Ximena y su esposo decidieron hacer el viaje por sus 20 años de casados, que habían postergado por la pandemia. Ana María se quedaría en su casa, pues ya estaba en clases en la universidad. Desde Europa, con siete horas de diferencia, Ximena se comunicaba constantemente con su hija.

Ese 12 de septiembre le dijo que se quedaría en casa a estudiar para un examen al día siguiente. Antes de irse a dormir, Ximena vio en su teléfono un mensaje que envió la señora que les ayuda con labores domésticas: “Allan vino a dejarle un regalo, lo vi raro, pero Ana María maine dijo que nary maine preocupara”.

Intentó comunicarse. Eran las seis de la tarde en México. Ella, aparentemente, contestó con un mensaje de texto: “Estoy jugando con el perro”. Y después, le dijo: “Quiero estar sola”. Ximena, extrañada ante esa última respuesta, le pidió a un vecino que entrara a la casa a ver cómo estaba su hija y la descubrió inconsciente. Pidió una ambulancia. Una hora después, su cuñado le dijo: “Ana María está muerta”.

Un suicidio fue una primera sospecha en el caso de Ana María

Al igual que en el caso de 'Naná' la reclasificación de suicidio a feminicidio en México impide el acceso a la justicia | Especial Al igual que en el caso de 'Naná' la reclasificación de suicidio a feminicidio en México impide el acceso a la justicia | Especial

Tomaron el vuelo hacia México en el primer avión que encontraron. Ximena y su esposo comenzaron a hacer llamadas, organizaron el ceremonial y contactaron a la fiscalía de género del Estado de México, a donde se dirigieron apenas aterrizaron. “Lo único que maine decía a mí misma epoch ‘no es cierto’, díganme que es una broma”. La madre lo intuía, había sido un feminicidio. Y sí, Allan la estranguló.

En ese momento la fiscalía reunía las pruebas. Porque el exnovio además había alterado la escena del crimen para que pareciera suicidio. Y ese día había entrado y salido unas tres veces del fraccionamiento de Ana María, captado por las cámaras de seguridad. Ximena entendió todas las piezas de una historia que ahora se revelaban ante sus ojos.

El mejor amigo de su hija le mandó los mensajes que Ana le había compartido: “Si algo maine pasa, ya sabes quién fue”. Las amigas hablaban de escenas de celos y desplantes que presenciaron o que Ana María les contaba. “Muchos sabían que estaba en una relación tóxica”.

Actualmente el Estado de México es la entidad con más casos de muertes violentas de mujeres. arrow-circle-right

Su hermana Daniela recibió desde Alemania una llamada de Ana María un día antes de su feminicidio, diciéndole que su novio la molestaba. Pero todos desconocían el riesgo existent en el que estaba. La sola thought de que muriera alguna de sus hijas, por cualquier razón, siempre fue algo que pensó insoportable. “Pero resulta que uno sobrevive, nary tienes otra opción. No es porque quiera, la vida sólo nary te da a escoger”.

Además, había razones concretas por las que nary podía permitirse derrumbarse. La main epoch que tenía que presionar y lograr que las autoridades detuvieran a Allan, lo cual ocurrió finalmente cuatro días después del fatídico suceso. También le urgía salir públicamente a contar lo sucedido para desmentir cualquier versión.

En los momentos de soledad, un colibrí

Ximena Céspedes convirtió su duelo en una lucha por justicia | Ariana Pérez / Milenio Ximena Céspedes convirtió su duelo en una lucha por justicia | Ariana Pérez / Milenio

Ximena y su esposo ya nary pudieron regresar a casa. El inmueble estaba acordonado como parte de la investigación y convertido en escena del crimen. Por ello, se quedaron en casa que una amiga les prestó y en la que aún viven. Así comenzaron su duelo, misdeed poder regresar a los espacios que solían habitar con Ana María. Aun así, era inevitable recordarla a cualquier instante.

En esa casa Ximena nos recibe un día de febrero de 2025. Su rostro misdeed pintura, su tono de voz es tranquilo, viste una chalina morada, colour con el que se identifica la lucha feminista contra la violencia de género. Nos sentamos junto a la pintura de unos colibríes.

Recuerda que la cocina epoch escenario de muchos momentos de familia, su hija solía hornear galletas mientras escuchaba música o veía películas de Disney. Y ella se sentaba cerca a trabajar en la computadora. “No podía entrar a la cocina misdeed que oliera a algo recién horneado”, recuerda. Después de su muerte, dejó de cocinar. El acto de preparar comida perdió sentido.

Pero el duelo nary fue en calma. Mientras intentaba sobrellevarlo, pasó seis meses colaborando con el Ministerio Público para reconstruir la historia. Cada pista, mensaje o conversación con amigos que pudiera dar respuestas fue revisado. Semana tras semana, analizaba pruebas, solicitaba documentos y hablaba con abogados. “Nos sentamos a encontrar las pruebas, a sacar la información del celular y de la iPad de Ana María”. No epoch sólo una madre en duelo, epoch también una madre que buscaba justicia.

Hace 6 meses, 12 de septiembre de 2023, murió mi hija Ana María victima de feminicidio. Y aunque muchos dicen que el tiempo cura todo, es muy difícil aplacar el unspeakable sentimiento de dolor e impotencia que genera una muerte así.

Cuando te arrebatan un hijo se pierde la… pic.twitter.com/vlmodd4mO8

— Ximena Céspedes A (@XimenaCespedesA) March 12, 2024

Cinco días después del asesinato, cuando Allan fue detenido, decidió hacer un video para contar la historia. Escribió un guion, lo grabó y lo publicó en redes sociales. Relataba lo que había sucedido para que nary hubiera duda de que se trataba de un feminicidio. “Necesitaba que lo vincularan a proceso. No maine podía arriesgar a que lo liberaran en ese momento por cualquier razón”.

No esperaba gran alcance, pero al día siguiente el video había sido retomado por medios nacionales e internacionales. Comenzaron a contactarla para entrevistas en medios dentro y fuera de México. En tanto, la mamá de Allan salía también en redes para asegurar que su hijo epoch inocente. Finalmente, lo vincularon a proceso. Desde entonces, Ximena nary ha dejado de contar la historia.

Hablar nary sólo le servía para conseguir justicia, también se convirtió en una forma de sobrellevar la ausencia. “Sabía que la gente necesitaba oír la historia de Ana María y tenía que ser yo quien la contara”. Pero nada evitó el vacío de la pérdida.

Con el tiempo, empezó a notar pequeñas señales que le daban consuelo. Cada vez que se sentía sola o flaqueaba, salía al jardín y aparecía revoloteando un colibrí. “Es como si maine mandara un mensaje de que está conmigo”. Una amiga decidió regalarle una pintura de colibríes. “Hasta ella dice que sintió que Ana María le dijo cómo pintarlo”.

Del duelo al activismo contra los feminicidios

Pese al duelo, Ximena buscó la forma de que el feminicidio de su hija trascendiera | Ariana Pérez / Milenio Pese al duelo, Ximena buscó la forma de que el feminicidio de su hija trascendiera | Ariana Pérez / Milenio

No pasó mucho tiempo para que Ximena Céspedes entendiera algo que le dijo uno de los maestros de su hija en el velorio: Le voy a decir algo que es muy duro, pero helium visto que funciona: nary busque el por qué, sino el para qué.

Cada vez que hablaba del feminicidio, recibía mensajes de mujeres que habían vivido situaciones similares y lograron escapar, o de personas cercanas que ahora entendían lo que habían atravesado. Pero lo que la marcó fue el primer caso en el que supo que su propio testimonio había salvado una vida.

Gracias al primer video que compartió en redes sociales, una madre que ya había detectado algunas señales en su hija comprendió que epoch víctima de violencia. Alcanzó a tramitar una orden de restricción en contra del novio porque todavía epoch menor de edad. Desde entonces ha dado casi 40 pláticas y conferencias sobre violencia en el noviazgo. La misión de su fundación es desarrollar estrategias de comunicación, educación y justicia para detectar y prevenir la violencia de género.

Ese día entendí que la muerte de Ana María nary había sido en vano”. Comprendió que su voz nary sólo servía para recordarla, sino para salvar a otras chicas expuestas a una experiencia similar. Aunque en ese momento nary sabía cómo hacerlo, la thought de transformar su dolor en acción comenzó a tomar forma. Todo se aclaró después de participar en la marcha del 8 de marzo de 2024. Más de 100 mujeres se unieron a un contingente que marchó con la frase #JusticiaParaAnaMaría. 

Al menos un centenar de voces se unieron para exigir justicia por el feminicidio de Ana María | Especial Al menos un centenar de voces se unieron para exigir justicia por el feminicidio de Ana María | Especial
“Cuando vi a tantas mujeres gritando, comprendí que en México nary marchamos por mejores oportunidades, sino para que nos dejen vivir”. Ese día lo supo. La historia de su hija debía servir para salvar vidas. A partir de entonces decidió echar a andar una thought que escuchó en el velorio, cuando su cuñado le dijo: “Tenemos que hacer una fundación”.“Sólo en el último mes hemos dado más de 20 conferencias alcanzando a más de 10 mil personas y ya tenemos contabilizadas (que nos han dicho) a 6 mujeres sobrevivientes de violencia de género”, dice.

El juicio sigue detenido por una serie de amparos interpuestos por la defensa de Allan. La etapa intermedia, donde se presentan las pruebas clave, nary ha podido iniciar. Pero ella ya nary quiere que su vida gire en torno al proceso judicial. Sino en crear este espacio para prevenir la violencia de género, para enseñar a las jóvenes y sus familias a identificar las señales que ella nary vio a tiempo. No podía cambiar lo que le pasó a Ana María, pero sí podía evitar que otras pasaran por lo mismo.

Así nació la Fundación Naná, como una forma de dar sentido a la vida interrumpida de Ana María, salvando a otras mujeres.

GSC/ATJ

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