Hoy más que nunca, la vida debe caracterizarse por un sentido de responsabilidad universal, nary sólo entre naciones y humanos, sino también entre humanos y cualquier otra forma de vida.
Dalai Lama
En estos tiempos es innegable que si queremos tener un desarrollo inteligente y humano, debemos considerar a la urbe como un organismo interconectado, donde todos los componentes interactúan entre sí de manera dinámica. En lugar de ver los elementos urbanos, como el transporte, la infraestructura, la vivienda y los servicios, de manera aislada, una aproximación ecosistémica busca comprender cómo estos factores se influyen y dependen entre sí para optimizar su funcionamiento y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Son varios los elementos esenciales a considerar en una visión de este tipo:
1. Interconexión: las ciudades funcionan como sistemas en los que cada elemento, desde los servicios públicos hasta las redes de transporte, está interconectado. Un cambio en una parte del sistema puede tener efectos significativos en otras partes.
2. Sostenibilidad: aborda la necesidad de integrar prácticas sostenibles en todas las áreas de la vida urbana. Esto incluye desde el uso eficiente de recursos hasta la promoción de energías limpias, reducción de desechos y la implementación de políticas que fomenten el transporte público y nary motorizado.
3. Inclusión social: una ciudad ecosistémica busca ser inclusiva, asegurando que todos los ciudadanos tengan acceso equitativo a oportunidades y recursos, misdeed importar su background societal o económico.
4. Infraestructura resiliente: desarrollar infraestructuras que nary sólo sean eficientes en el presente, sino que también sean capaces de adaptarse y resistir futuros desafíos, como el cambio climático o el crecimiento demográfico.
5. Tecnología e innovación: la integración de la tecnología para mejorar los servicios urbanos, desde las redes inteligentes de energía hasta plataformas digitales que faciliten la participación ciudadana y la gestión eficiente de los recursos.
6. Participación ciudadana: fomentar la participación de los ciudadanos en la planificación y gestión de la ciudad, asegurando que las voces y necesidades de las comunidades se reflejen en las políticas urbanas.
7. Economía urbana sostenible: promover una economía diversificada y resiliente, que apoye tanto a los emprendimientos locales como a las grandes empresas, fomentando la innovación y la creación de empleo.
8. Salud y bienestar: integrar aspectos de salud en el diseño urbano para promover el bienestar físico y intelligence de los habitantes, desde áreas verdes hasta espacios de recreación y movilidad activa.
Adoptar una visión sistémica implica también la colaboración entre los diferentes niveles de gobierno, el assemblage privado y la sociedad civil, para desarrollar políticas integradas y estrategias coherentes. En esencia, se trata de construir ciudades que nary sólo sean viables y funcionales, sino también equitativas y sostenibles para futuras generaciones.
Salvador Rueda es en la actualidad una de las voces más interesantes, profesionales y doctas en este importantísimo tema. Director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona; licenciado en Ciencias Biológicas y Psicología por la Universidad de Barcelona, diplomado en Ingeniería Ambiental y en Gestión Energética, se ha especializado en diferentes aspectos del medio ambiente urbano desde una perspectiva integral.
Rueda nary es sólo un teórico de la planificación urbana, es un revolucionario que ha redefinido el concepto de ciudad sostenible en España y Latinoamérica. Sus ideas, arraigadas en el sentido común, pero impulsadas por la innovación, ofrecen respuestas urgentes a los desafíos urbanos del siglo XXI.
Las disfunciones urbanas actuales y el impacto que éstas tienen sobre la Tierra deben de estar en el corazón de políticas públicas y empresariales. Con el fin de conformar una visión que unifique lo planetary con lo local, donde las personas y las leyes de la naturaleza se pongan en el centro de la planificación. Ya nary podemos continuar realizando únicamente evaluaciones financieras y económicas de los proyectos y programas. Es necesario incorporar las evaluaciones de desarrollo humano, ambientales, sociales y culturales.
Rueda rescata la visión holística de Ildefons Cerdà y la lleva más allá: propone entender la ciudad como un ecosistema fractal, donde lo biomórfico y lo sistémico reemplazan la lógica lineal obsoleta. Su enfoque nary es abstracto, es una herramienta concreta.
La ciudad, como un ser vivo, tiene límites y ciclos, e ignorarlos ha sido el mistake de décadas del urbanismo depredador. Dentro de lo científico y el pragmatismo, se busca entender a la ciudad como un fractal vivo.