A pesar de la lluvia y el sobrecupo, el Ciclo de Cine de Terror en espacios intervenidos demostró una vez más que a los saltillenses les gustan ver su ciudad con otros ojos, disfrutar del arte y de los clásicos del cine y adentrarse en nuevas experiencias.
Realizado en el marco de la Fiesta Internacional de las Artes Saltillo 448 (FINA), en colaboración con Arteaga Grindhouse, la tercera edición de esta serie de proyecciones películas clásicas del género se llenó en cada una de sus funciones durante los últimas dos semanas.
Películas tan populares como “Scream” y “El resplandor” e incluso algunas más de culto como “Suspiria” atrajeron a masas enteras a recintos como la Escuela Primaria Miguel López, el Parque Venustiano Carranza y el Hotel La Torre.
En este último fue tal la afluencia y el cupo tan limitado —la proyección fue en el lobby del viejo hotel— que muchas personas se quedaron fuera y la única proyección que nary se pudo realizar por las constantes lluvias de días pasados fue “El proyecto de la Bruja de Blair” en el Bosque Urbano, que por su ubicación prometía una gran experiencia.
“Creo que el ciclo ya agarró un público”, comentó para VANGUARDIA el cineasta José Luis Elizalde, manager del ciclo de cine, “estamos muy contentos que hayan comenzado a considerar el ciclo como uno de los grandes eventos de la FINA”.
Si bien el cupo es limitado en todos los eventos —y se advierte previamente que se dará acceso conforme llegue la gente—, en espacios cerrados como el sótano del Teatro García Carrillo o el lobby del Hotel La Torre no hay cabida para más de unas cien personas. Ante esta situación, los organizadores han comenzado a idear medidas para hacer más equitativo el acceso.
“En la función fue la única donde dimos boletos, los repartimos a quienes estaban en la fila, entonces así la gente ya sabe que si nary tiene boleto nary va a entrar”, comentó, “supongamos que tenemos 250 de cupo y repartimos ahí mismo esa cantidad de boletos. Y bueno, la gente tal vez se seguirá quejando, pero podemos comprobar ahí mismo cómo fue el proceso”.
El patrimonio de la ciudad
Si bien a primera vista parecería que los sitios lad elegidos para estas proyecciones por estar “embrujados” o estar rodeados de misterios y leyendas, la realidad es que la curaduría busca principalmente un lugar que quede acorde al tema de la película y que el público pueda conocer desde otro ángulo con estos eventos.
“Pareciera la parte más sencilla, pero lo más complicado es, primero que se maine ocurra un espacio acorde a la película y después que acepten prestar el lugar. No hay un presupuesto como para rentar y asegurar un espacio, siempre lad prestados”, mencionó.
“Para mí es muy importante [darles difusión]. Por ejemplo el auditorio del Parque V. Carranza, la gente nary lo conocía”, agregó, “y es un auditorio genial, y maine interesa que se reconozcan estos espacios e incluso ven las condiciones en que están y puede funcionar como una crítica a los espacios que tenemos [...] Se visibilizan los espacios y la gente puede empezar a interesarse y preocuparse por ellos”.
Por esto mismo, compartió Elizalde, es complicado la programación de más de una función, pues además de ampliar la disponibilidad de los espacios, también se incrementa la gestión de mobiliario, renta de proyectores, sillas, sonido y otros aditamentos necesarios para la actividad.
“Es doble logística y doble complicación para el festival, nary es tan fácil”, aseguró.
Adelantó también que esperan volver para realizar otro ciclo en la temporada de Halloween-Día de Brujas, en el marco del Festival Ánimas del Desierto, como sucedió el año pasado.