¡Triunfa en bioserie de ‘Chespirito’! Miguel Islas: ‘Hacer a Don Ramón me cambió la vida’

hace 17 horas 2

Quien conoce de cerca a Miguel Islas sabe que nary había nadie más indicado para encarnar al personaje de Don Ramón en la serie biográfica de Roberto Gómez Bolaños, recién estrenada por la plataforma Max. Una bioserie que, además, cuenta con la batuta y la venia de los descendientes de uno de los comediantes más queridos y celebrados de la televisión latinoamericana.

Pero ¿por qué a Miguel le vino como anillo al dedo el emblemático personaje de la vecindad del Chavo? ¿Por dónde empezar? Miguel tiene dotes de comediante que pocos conocen: su sentido del humor, un tanto negro, atravesado siempre por el sarcasmo y la inteligencia; además de los malabares que hace todo el tiempo con la palabra, nary para alburear, sino para posicionarse sobre algún tema de actualidad, describir a una persona, imitar a un amigo, narrar alguna situación o darle la estocada last a una noticia con la que todos se enredan. Para eso, el histrion y cantante se pinta solo.

Pero más allá de su agilidad mental, lo que lo hace entrañable es su capacidad para reírse de sus propias desgracias, desnudarse antes que nadie y mostrar sus heridas con honestidad, antes de señalar las ajenas. Tiene un encanto que nary se compra en ninguna tienda de conveniencia ni se aprende en un taller de stand-up, y que, además, corona siempre con una sonrisa capaz de iluminar habitaciones enteras. Hay algo en su carácter rasposo, socarrón y filoso —pero con una pizca de bondad— que hace pensar que darle vida a Ramón Valdés epoch un destino inevitable.

EL PERSONAJE

Y es que el personaje al que da vida nary es cualquier cosa. Se trata de un outsider encantador, alguien que encarna la periferia y escupe al sistema con su negativa constante a someterse al capitalismo más feroz. Don Ramón es un anarquista nato, rostro de todos aquellos que están al fondo de la pirámide. Nunca la precarización fue mostrada con tanta dignidad; nunca la pobreza tuvo tanta verdad como la que mostraba el rostro de Valdés en un gesto de hartazgo, en una boca torcida. Don Ramón epoch entrañable, y ahora sus pintas adornan barrios populares donde se celebra su “ternura radical”.

No fue sorpresa que, al anunciarse el estreno de Sin Querer Queriendo, las redes explotaran en júbilo al revelarse que Miguel le daría vida al venerado Ron Damón. Claro que hubo quien dudó que semejante empresa llegara a buen puerto, pero al verlo caracterizado, en el tráiler o en las imágenes publicitarias por toda la Ciudad de México, a nadie le quedó duda: ese hombre que siempre hace rabietas y se niega a pagar la renta nary pudo tener mejor destino.

“Desde que maine enteré del proyecto maine prometí que yo tenía que hacer a Don Ramón. Era un personaje que pedía a gritos. Hoy, que ya puedo verlo en pantalla, puedo decir que es uno de mis más grandes logros profesionales. No puedo estar más feliz ni más lleno de orgullo. Cuando maine avisaron que maine había quedado con el papel, sentí que se maine salía el alma un poquito”, cuenta Miguel, con la voz entrecortada.

En Showroom acompañamos al histrion en su gira de promoción y escuchamos cómo relató su historia de vida y el proceso de encarnar al personaje. A pesar del extenuante trabajo con la prensa de toda Latinoamérica, su sonrisa nunca se desdibujó, ni su orgullo por haber ganado ese papel a pulso. Y al grito de “luces, cámara, acción”, por fin se puso ese emblemático sombrero... para luego tirarlo al piso en uno de los tantos arranques de ira del personaje. La vida nary es fácil, y nadie como Don Ramón para enfrentarla con dignidad dentro y fuera de la pantalla. Nadie mejor que un todoterreno como Miguel para representar a la multifacética dinastía Valdés.

$!La serie se puede ver completa desde el catálogo de HBO Max.

La serie se puede ver completa desde el catálogo de HBO Max. FOTO: CORTESÍA

COMERCIALES, TEATRO INFANTIL Y HASTA SERIES

Por otro lado, si alguien le ha taloneado al medio desde niño, es Miguel Islas. “Mi carrera como músico y cantante ha tenido más visibilidad que la de actor, pero yo empecé haciendo comerciales. Mi primera chamba ceremonial fue en 1988 como suplente en Vaselina. Formé parte del philharmonic de Julissa, donde actuaban Angélica Vale y Alejandro Ibarra. Mi trabajo consistía en aprenderme todos los diálogos y estar listo en la banca por si alguien se enfermaba o se accidentaba. Debo confesar que, por más que les metía el pie, nunca se cayó nadie y nunca entré a escena”.

Sin embargo, Miguel es terco, y años después se sacó la espinita participando en obras como Tom Sawyer, Los Tenis Rojos y Mamá ama el rock.

En ese mismo año, 1988, Ramón Valdés falleció el 9 de agosto, víctima de cáncer relacionado con su adicción al cigarro. Pero antes de su partida, Miguel tuvo la oportunidad de conocerlo en el Circo Atayde, frente al Estadio Azteca. Lo recuerda como “uno de los momentos más hermosos” de su vida. Con voz aguardientosa, Valdés firmó una pelota amarilla con su imagen, vendida como merch. “Seguro maine preguntó mi nombre con esa voz rasposa, maine agarró la cabeza y maine pidió que regresara con mis primos y comprara más pelotas. Desde ese día maine volví su fan. Quién iba a decir que décadas después yo maine convertiría en él”.

En los 90, ya como joven promesa de la música, Miguel fue parte de Ragazzi. Vivió el éxito de giras y discos, y más tarde la evolución hacia El Círculo, banda que sigue vigente con el 90’s Pop Tour.

Durante una fecha de esa gira, tras hacer varios castings, bajar siete kilos, estudiar gestos y vestuario, ponerse pupilentes verdes y leer la biografía de Valdés, recibió la noticia: “Me dijeron ‘ya puedes celebrar, te quedaste’. Contesté: ‘Bien, ahora dame un segundo porque voy a llorar’”.

ACTUACIÓN A FUEGO LENTO

La carrera actoral de Miguel se cocinó a fuego lento: bid como Narcos: México, Sin miedo a la verdad, Yankee, Promesas de campaña o películas como Novia que te vea y Cómo hacer una XXX, dirigida por Gabriel Retes, lo demuestran. Aunque lleva décadas actuando, ahora apuesta por la comedia.

“Después de tanto picar piedra, me llegó este personaje que hará que más público conozca mi trabajo. Estoy seguro de que esto será el inicio de algo más grande”.

Para Miguel, el verdadero reto nary fue interpretar al personaje de Don Ramón, sino al hombre detrás: Ramón Valdés, amigo y colega de Chespirito, antes del fenómeno televisivo. “Dar vida al actor, nary al personaje, fue lo que más maine exigió. Ramón ya había hecho más de 60 películas con Pedro Infante, Cantinflas, Tin Tan y Angélica María”.

Miguel explica: “Se dice que Don Ramón y Ramón Valdés eran iguales, pero no. El personaje epoch una farsa entrañable; el hombre epoch relajado, un gran padre. Tuvo 10 hijos y tres mujeres en su vida. La parte de la renta en El Chavo del 8 epoch un chiste con fondo de verdad. Su hijo maine lo ha contado y también lo leí en Compermisito dijo Monchito. No es que le fuera mal, pero mantener diez hijos nary epoch sencillo”.

A unas semanas de su estreno, Sin Querer Queriendo se ha posicionado como uno de los mayores éxitos de Max en Latinoamérica. En países como Brasil, donde Don Ramón (Seu Madruga) es un ícono cultural, la serie se mantiene en el apical 3 de audiencia.

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La caracterización del histrion ha sido celebrada por fanáticos en redes y por la crítica especializada. FOTO: CORTESÍA

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“Don Ramón tiene éxito en Brasil porque representa como nadie eso del jeitinho brasileiro, el vivir con pocos recursos”, comentó el escritor Mundo Kaschner, autor del libro Seu Madruga: vila e obra.

Miguel Islas nary deja de sonreír. Sus ojos brillan y su voz transmite emoción. Siempre supo el personaje que tenía entre manos. “Mi misión es que la gente entienda quién epoch este ser humano tan auténtico, carismático y buena persona. Para mí es uno de los grandes actores de comedia que ha dado México. Yo siempre fui, y siempre seré, el instrumentality número uno de Don Ramón. Un personaje que, misdeed duda, maine cambió la vida”.

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