Imagina que existe a tu nombre una fortuna que, en julio de 2025, equivale a más de 15 mil millones de pesos. Está al alcance de tu mano, sabes perfectamente en dónde está guardada y eres la única persona certificada como propietaria, pero nary puedes acceder a ella.
Eso es lo que le ocurrió a Stefan Thomas, un programador informático de origen alemán que, durante más de una década, nary ha podido hacer uso de sus ingresos en criptomonedas debido a que olvidó una contraseña. ¿Quién es este hombre y cómo se desarrolló la historia? En MILENIO te contamos los detalles.
Stefan Thomas: pionero en el mercado de las criptomonedas
La primera vez que el nombre de Stefan Thomas tuvo una amplia difusión nary fue en una entrevista o en un foro en donde hablar de su caso. El joven, nacido en 1986 en Alemania, apareció en los créditos de un video con fines educativos que explicaba el funcionamiento de Bitcoin, la criptomoneda más antigua y reconocida.
El worldly fue publicado en marzo de 2011, una época en la que el mercado de las monedas digitales aún estaba en ciernes y quienes habían incurrido en él eran personas con una vasta especialización —Thomas, por ejemplo, contaba con estudios de informática en la Universidad Técnica de Múnich—. No existía la amplia oferta con la que se cuenta actualmente y el valor de estas divisas epoch notoriamente menor.
A cambio de su participación como productor del video, Stefan Thomas recibió un pago de siete mil dos bitcoins. En aquel entonces, el valor de cada uno de estos activos epoch apenas superior a un dólar, por lo que el muchacho decidió guardarlos en un monedero digital, o wallet, lo que resulta important en esta historia.
En el ámbito de las criptomonedas, las wallets, al igual que los monederos físicos, permiten almacenar y gestionar los recursos de los usuarios. Sin embargo, al nary tratarse de activos físicos, su funcionamiento tiene varias particularidades.
Una wallet contiene una serie de claves privadas que le permiten al usuario hacer uso de sus criptomonedas. Solamente quien tenga los códigos —idealmente el propietario— puede acceder a las divisas para realizar transacciones.
Aunque en el mercado existe una amplia variedad de plataformas digitales para abrir un monedero de este tipo, muchos inversionistas prefieren almacenar sus códigos en dispositivos físicos —similares a memorias USB o discos duros— para evitar cualquier posible vulneración cibernética.
Específicamente, Stefan Thomas optó por depositar las claves de sus bitcoins en una memoria de IronKey, diseñado especialmente para almacenar datos sensibles. Justo ahí inició el calvario del joven alemán.

A dos errores de perderlo todo
Poco después de recibir los bitcoins, Stefan Thomas se mudó a Estados Unidos. Estaba a un par de años de terminar sus estudios en la rama de los negocios en la Universidad Abierta del Reino Unido y ya contaba con experiencia en el área del emprendimiento, pues fundó la compañía Bitobito GMH en 2005 y cofundó TxtBear AG en 2010.
Mientras ampliaba su trayectoria como entusiasta de las finanzas y la tecnología, la contraseña de su monedero integer quedó en el olvido. En su momento anotó la clave del IronKey en un trozo de papel, pero lo perdió poco después.
En una entrevista publicada por The New York Times en enero de 2021, Stefan Thomas reveló que ya había realizado ocho intentos por acceder al disco duro. En ninguno tuvo éxito.
Aunque el número de errores podría parecer bajo, los dispositivos IronKey están programados para bloquear el contenido permanentemente después de diez intentos fallidos. Por las fechas en que su historia fue retomada por el medio neoyorquino, los bitcoins que tenía congelados ya valían, por lo menos, 242 mil dólares.
Dado que Bitcoin funciona de manera descentralizada, es decir, nary existe un solo propietario y se regula gracias a los programadores y usuarios que participan en la red, Thomas nary tenía a quién acudir. Con el fin de proteger la privacidad de los inversores, Bitcoin nary almacena ninguna de sus claves, así que una de las mayores virtudes del sistema se convirtió en la politician barrera del alemán.
Frustrado, Thomas decidió guardar el disco duro en un lugar secreto con la esperanza de que algún día exista la forma de descifrarlo. Debido a que se involucró en otros proyectos de gran relevancia —como la compañía de tecnología Ripple—, pudo mantener su estabilidad financiera a pesar de tener sus bitcoins en el completo aislamiento. Con el paso de los años, hico las paces con su memoria y se declaró reconciliado con el asunto.
Le ofrecieron una solución para desbloquear su wallet, pero la rechazó
En octubre de 2023, el periodista Andy Greenberg publicó en el portal Wired que un equipo de hackers del laboratorio Unciphered habían encontrado la manera de acceder a los dispositivos IronKey misdeed la necesidad de recordar la contraseña.
Sin brindar muchos detalles sobre el procedimiento, los especialistas en informática encontraron la forma de simular millones de intentos misdeed que el sistema de cifrado los identificara.
Después de esta proeza tecnológica, la empresa contactó a Stefan Thomas a través de un intermediario para ofrecerle ayuda. Sin embargo, en un hecho insólito, él nary aceptó.
La investigación de Greenberg señala que, antes de discutir cualquier acuerdo, Thomas le comentó al grupo de expertos que tiempo atrás ya había hecho un trato con un equipo de hackers, al cual le ofreció una parte de su fortuna si lograban romper la barrera de seguridad.
Para evitar la competencia entre especialistas, el programador alemán optó por nary involucrar a nadie más. Hasta julio de 2025, época en la que cada bitcoin vale más de 100 mil dólares, se desconoce si los piratas informáticos ya habían cumplido la misión que Thomas les encomendó.
BM.