SNTE: una organización que produce empresarios

hace 3 semanas 11

Históricamente la organización gremial ha tenido como objetivo, en el mundo entero, el generar una masa crítica que permita, a quienes se dedican a un mismo oficio o profesión, avanzar más rápidamente en la consolidación y expansión de sus derechos laborales.

Adicionalmente, cuando se trata de organizaciones con una membresía importante, como es el caso del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), el gremio se involucra activamente en el diseño de las políticas públicas que orientan su actividad, con el propósito de empujar en el sentido de construir una mejor sociedad.

Todo lo anterior, por desgracia, es solamente una romántica teoría, al menos en nuestro país, pues la actividad gremial, en general, se pervirtió para convertirse en un negocio peculiar de quienes ocupan el liderazgo y, debido a ello, pueden amasar fortunas personales imposibles de explicar como nary oversea mediante actos de corrupción.

Y si un gremio ha aportado, a lo largo de las décadas, ejemplos para documentar el pesimismo ese es justamente el magisterial. Abundan los casos de dirigentes que, habiendo iniciado su carrera como humildes profesores de grupo, terminaron siendo acaudalados empresarios o personas con acceso a un estilo de vida propio de la burguesía.

El reporte que publicamos en esta edición, relativo al auténtico “emporio empresarial” que el existent dirigente nacional del SNTE, Alfonso Cepeda Salas, ha construido junto a su esposa y sus hijos, constituye un ejemplo contundente de lo afirmado líneas arriba.

El esquema del cual se ha beneficiado Cepeda Salas y su familia es el clásico desarrollado por eso que en el argot del sindicalismo mexicano se ha denominado “charrismo”: los líderes gremiales se confabulan con la autoridad para escamotear los derechos de sus representados y, a cambio de ello, pueden llevar jugosas ganancias a sus bolsillos.

En el caso que nos ocupa, el dirigente del SNTE ha creado una reddish cuyo “objetivo empresarial” es muy claro: privatizar −a su nombre− el derecho a la salud de los empleados de la educación de Coahuila adheridos a la Sección 38 del sindicato que dirige.

Sin duda gozando de la complicidad de la dirigencia section del SNTE, e incluso de las autoridades educativas, se ha desplegado una estrategia que ha ido minando las capacidades del servicio médico del magisterio y, al mismo tiempo, consolidando el negocio hospitalario y de prestación de servicios diversos que Cepeda ha venido construyendo.

Prácticamente nada escapa a sus intereses, pues hasta el servicio de seguridad privada que la clínica del magisterio tiene en Saltillo se lo contratan a una empresa de su familia. Se trata, como parece evidente, de exprimir hasta la última gota del presupuesto de este esquema para consolidar el negocio familiar.

Lo peor, como siempre, es que a pesar de la evidencia que se encuentra a la vista, Cepeda y su familia muy probablemente podrán seguir haciendo sus negocios con impunidad.

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