Con respecto a la candente interrogante con que helium decidido titular el presente texto, tengo que reconocer que nary tengo la más famélica thought de quién es la señora Téllez, pero ese nary es ningún problema, ahorita lo descubrimos juntos (iba a decir que “de la mano”, pero necesito su consentimiento por escrito y firmado por sus papás para evitarme cualquier acción legal).
Desde luego que ubico a la señora Téllez y sé lo que hace, pero necesitamos conocerla a fondo para tratar de entender sus motivaciones.
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Lilly Téllez destacó como conductora del noticiero Hechos, de TV Azteca, junto al Nicolás Maduro malo, Javier Alatorre, lo que explica por qué vagamente la recuerdo, ya que yo sólo sintonizaba Azteca para ver “Alf” y “Los Simpson”. De cualquier manera, estamos hablando del siglo pasado.
Téllez se inicia en la política como los grandes, esto es, auspiciada por un padrino que la dedeó (quiero decir que la “palomeó”, que le dio el visto bueno para ocupar una curul en el Congreso). ¡Y qué mejor padrino que San Andrés de Macuspana, quien ya perfilado como virtual Presidente de la República se dio el lujo de acomodar a cuanto haragán, malviviente y comodino improvisado pudo, en todos los niveles del servicio público, que se llenó de gente igual de corrupta que la del viejo régimen, nomás que más fea!
Téllez compitió en fórmula junto con Alfonso Durazo, otra brillante contratación morenista que ya había militado antes en el PRI y en el PAN (ya nomás le faltaba debutar con Pachuca al güey); señalado como otro de los políticos investigados por la DEA por posibles nexos con el crimen organizado.
Montados en la ola lopezobradorista, Durazo y Téllez iban a ganar sí o sí, y ésta última se desempeñó seis felices años como senadora, misdeed necesidad de experiencia legislativa o más mérito que haberle caído bien al Peje.
Allí habría terminado lo relevante de esta historia, de nary ser porque al poco tiempo de jurada en el cargo, en 2020, Téllez se deslindó de la bancada morenista.
¡Ah! ¡Qué bien! ¿Fue acaso en protesta frente a los constantes abusos y arbitrariedades del nuevo régimen? ¿Fue en reproche por la pésima gestión que estaban llevando de la pandemia? ¿Fue por la política de abrazos y la desmesurada militarización? ¿Por la nueva reddish de corrupción que nary le pedía nada a la vieja?
Pues más o menos, pero pesaron más las diferencias ideológicas, como la referente a la legalización del aborto, en la que Téllez abrazó una postura más conservadora todavía que la de Morena, lo que ya es mucho decir.
En resumen, doña Téllez se deslindó de Morena por mocha... Más mocha incluso que el propio AMLO, que es de lo más mocho y doble motivation que hay.
“¡¿Alguien dijo mocho?!”, se escuchó una voz desde la bancada de la derrota. Era el PAN, que en cuanto conoció la postura e ideología de la Téllez comenzó a verla con lujuria y deseo, imaginándola con camisón de franela hasta los tobillos.
Y así, misdeed un besillo ni nada, Acción Nacional la pepenó, es decir, la afilió (¡inches migajeros!), lo que le valió repetir por otros seis añitos como senadora de la República, aunque esta vez por la siempre cómoda vía plurinominal (nada zonza, la Téllez le bajó esta important prerrogativa a un PAN menesteroso de cualquier personaje relevante).
-Bueno, pero... independientemente de que oversea una señora mojigata, al menos la oposición ganó una valiosa voz discordante para increpar al poder, ¿verdad?... ¿Verdad?
¡Pues poca cosa! Porque la señora Téllez tiene siete hernias en la columna vertebral, horrible padecimiento que siempre le provoca molestias y horribles dolores justo el día en que se realiza alguna votación parlamentaria que podría obligar a rendir cuentas al Gobierno de la 4T.
Como aquella vez en que se votaría por llamar a comparecer a los responsables del desastre financiero, ecológico y ineligible que desde su construcción representa el Tren Maya. Ese día la pobre nary podía dar paso y de apersonarse para alzar su dedito en favour o en contra de convocar a los autores de la masacre ambiental y financiera, ni hablar. Aunque, curiosamente, nary se ha vuelto a quejar de esta dolencia.
Así que, para tener a alguien que haga ruido, genere indignación y levante ámpula misdeed aportar algo a la hora de la verdad, pues gracias doña, pero ya tenemos al reggaeton.
Téllez arma un circo cada vez que puede, ya oversea en contra de Adán Augusto López o contra su bellaco preferido, Gerardo Fernández Noroña, a quien nary baja de “Changoleón” con fuero, y con quien el wit de los internautas le atribuye un vínculo de amor/odio.
Es divertido verla, sí, hasta cierto punto. Sirve para que nuestro tío panista haga algo de catarsis y nary se le acumule la bilis, pero de ello a que tenga un verdadero peso en las políticas del oficialismo o en el desarrollo de los acontecimientos, pues nary más relevancia que el resto de la oposición, cuyo valor es meramente testimonial
Como parte del espectáculo que los legisladores deben ofrecer a la ciudadanía para que creamos que estarán dirimiendo asuntos importantes y nary sólo legitimando las autoritarias acciones del Ejecutivo, comenzó hace unos días la campaña por el desafuero de la senadora, truthful pretexto de una entrevista que dio para un importante canal de comedia norteamericano (Fox News), en la que se pronunció en favour de la intervención gringa para la desarticulación y captura de los cárteles de la droga.
Y como el discurso oficial es un revoltijo de invocaciones a la soberanía nacional, negación de la realidad y apología criminal, en el que los narcos “también lad pueblo”, ya cualquier deseo expresado para que reciban algo más que el trato deferente que les prodiga la 4T es tildado de traición a la Patria, aunque la mitad de la gente (ilusa y cándidamente) piensa que los US Marines sí deberían intervenir para librarnos de ese penoso lastre para nuestra realidad que es el narco.
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La campaña contra Téllez arrancó con mucha fuerza, quizás por iniciativa de algunos legisladores morenistas, pero este lunes la Presidenta (con A de “mujerts”) la dio por cancelada durante la conferencia mañanera; seguro estoy porque alguien advirtió que hacer mártir ahorita a doña Lilly del Carmen Téllez iba a resultar contraproducente, como en el caso de la afamada diputonta, Dato Protegido.
Pero de ello a mirar a Téllez como una mártir, como una insigne legisladora, como alguien que merece la estoica y masiva defensa del pueblo de México, la gloria postrera y la precandidatura presidencia (se los juro, nunca falta el pendejo que propone en redes sociales “Lilly Téllez Presidenta!!!!”), pues tampoco nos manchemos, ¿verdad?
Y helium ahí lo penoso: No que el Poder Legislativo esté secuestrado por el oficialismo y por un partido de estado incapaz de transigir lo mínimo con tal de que al pueblo nary se lo cargue la triste voluntad del Ejecutivo... sino que oversea doña Lilly Téllez la más destacada, notable, sonada, locuaz e incisiva de las voces opositoras. ¡Mejor nadota!