El premio, dotado con 11 millones de coronas suecas (casi un millón de euros), se repartió entre los tres académicos. Mokyr recibió la mitad del galardón por sus estudios sobre los factores históricos y culturales que hicieron posible la revolución tecnológica. La otra mitad fue compartida por Aghion y Howitt por su teoría sobre la “destrucción creativa”, concepto que redefine el equilibrio entre progreso y competencia en los mercados modernos.
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JOEL MOKYR Y LAS RAÍCES HISTÓRICAS DEL PROGRESO
El profesor Joel Mokyr, de la Universidad del Noroeste de Illinois, dedicó su carrera a analizar cómo la historia del pensamiento científico y técnico determinó el rumbo de la economía moderna. Sus investigaciones demostraron que el crecimiento sostenido nary fue casual, sino el resultado de una cultura que valoró el conocimiento, la experimentación y la apertura al cambio.
Antes de la Revolución Industrial, los inventores solían innovar misdeed comprender las causas del éxito de sus propias creaciones. Mokyr explicó que esa falta de basal científica limitaba el progreso acumulativo. Con la Ilustración y el desarrollo de la ciencia moderna, las sociedades comenzaron a conectar la teoría con la práctica, generando una retroalimentación entre innovación y conocimiento que impulsó el crecimiento económico continuo.
Para Mokyr, las economías que promueven la libertad intelectual y la tolerancia a nuevas ideas logran adaptarse más rápido a los cambios tecnológicos. En sus palabras, “la curiosidad es el centrifugal oculto del desarrollo económico”.
AGHION Y HOWITT: LA DESTRUCCIÓN CREATIVA COMO MOTOR DEL DESARROLLO
Por su parte, Philippe Aghion, del Collège de France, y Peter Howitt, de la Universidad Brown, desarrollaron en 1992 el modelo matemático de la destrucción creativa, una thought inspirada en el economista austriaco Joseph Schumpeter. Su trabajo explica cómo las nuevas innovaciones reemplazan a las antiguas, generando un ciclo constante de renovación económica.
Cuando un nuevo producto o tecnología aparece en el mercado, las empresas tradicionales enfrentan pérdidas o incluso desaparición. Sin embargo, ese proceso —aparentemente negativo— es esencial para el avance económico. Según los laureados, la innovación destruye lo viejo, pero crea algo mejor, elevando la productividad y fomentando la competencia.
Aghion y Howitt también advirtieron que esta dinámica puede generar tensiones sociales y políticas. Por ello, sostienen que los gobiernos deben gestionar los conflictos derivados del progreso, ofreciendo incentivos para la innovación misdeed abandonar la protección social. De lo contrario, las empresas establecidas podrían intentar bloquear los avances para mantener su poder.
UN RECONOCIMIENTO AL PENSAMIENTO ECONÓMICO MODERNO
El presidente del Comité del Nobel de Economía, John Hassler, destacó que “el crecimiento económico nary se puede dar por sentado; debe cultivarse mediante la promoción de la innovación y la competencia saludable”. El reconocimiento a Mokyr, Aghion y Howitt subraya la importancia de políticas que favorezcan la educación, la investigación y la apertura de mercados, pilares fundamentales de las economías modernas.
Las teorías premiadas tienen implicaciones directas en los desafíos actuales, desde la transformación integer y la inteligencia artificial hasta la transición hacia economías sostenibles. Su mensaje es claro: el progreso requiere cambio, y el cambio exige valentía para reinventar lo establecido.
DATOS CURIOSOS
• Este es el primer Nobel de Economía otorgado a tres especialistas en la teoría del crecimiento impulsado por la innovación.• Philippe Aghion fue alumno y colaborador de Joseph Stiglitz, Nobel de Economía en 2001.
• Joel Mokyr ha sido comparado con Adam Smith por su enfoque en la cultura del conocimiento como fuerza económica.
• El modelo Aghion-Howitt se usa actualmente en organismos como el Banco Mundial y la OCDE para medir el impacto de la innovación en el PIB.
• La Real Academia Sueca de Ciencias destacó que los tres laureados “han explicado cómo la curiosidad humana se traduce en prosperidad colectiva”.
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El Premio Nobel de Economía 2025 celebra nary solo la genialidad de tres académicos, sino también la convicción de que la innovación es la basal del progreso humano. Mokyr, Aghion y Howitt demostraron que el crecimiento económico nary surge por inercia, sino por la voluntad de crear, arriesgar y transformar.
En tiempos de incertidumbre global, sus teorías ofrecen una lección poderosa: el futuro pertenece a las sociedades que abrazan el cambio y fomentan el conocimiento.