Óscar Román, pilar del arte contemporáneo

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La vida de Óscar Román fue un acto de compromiso incondicional con el arte, una entrega apasionada que transformó el panorama cultural de México. Su partida, el 27 de junio de 2025, deja un vacío difícil de llenar, pero también un legado que seguirá inspirando a las nuevas generaciones.

Óscar Román además de ser un galerista, fue un visionario, un puente entre artistas y públicos, un mentor generoso y un incansable promotor de la creatividad. Fundó la Galería Óscar Román en 1991, en Polanco, convencido de la necesidad de abrir un espacio donde los jóvenes talentos mexicanos pudieran florecer y dialogar con el mundo.

La noticia de su deceso se dio a conocer a través de su galería: “Con profundo dolor, la galería Oscar Román comparte el fallecimiento de su manager y fundador. Dedicó su vida al arte con una pasión inquebrantable. Acompañó a generaciones de artistas y coleccionistas, dejando una huella profunda en el arte en México. Su generosidad, pasión y sensibilidad, seguirán presentes en cada obra, espacio persona y en todos los que compartimos su camino. Su legado permanecerá por siempre”.

Bajo su dirección, la galería Óscar Román, en 34 años de existencia, se convirtió en un faro para el arte contemporáneo, albergando más de 400 exposiciones, difundiendo la obra de figuras como Alice Rahon, Jesús Urbieta, Jorge Marín y Jazzamoart.

Tendiendo puentes

La formación de Óscar Román fue tan vasta como su curiosidad: estudió Relaciones Internacionales en la UNAM, se especializó en Historia del Arte en la National Gallery de Londres y profundizó en Arte Contemporáneo en el Centre Pompidou de París.

Su carrera laboral la inició en espacios especializados en Ciudad de México, como la Galería San Jorge y la Galería Rodríguez Caramazana. También trabajó en una galería de antigüedades, donde vendió obras de artistas como Frida Kahlo y Leonora Carrington.

En 1991, convencido de la necesidad de crear un espacio para exhibir y promover a jóvenes artistas mexicanos, abrió su propia galería en Julio Verne 14, Polanco.

Corría el año 2009 cuando Óscar Román colaboró en la curaduría de la exposición Alice Rahon: una surrealista en México, presentada en el Museo de Arte Moderno (MAM), muestra que reivindicó la importancia de Rahon como una figura clave dentro de la historia del arte mexicano.

Entre 2005 y 2013, se encargó de la curaduría de la subasta anual organizada por la Fundación México Vivo, dedicada a mitigar el impacto del VIH, demostrando su compromiso con causas sociales a través del arte.

En junio de 2023, celebrando tres décadas de trabajo, publicó el libro Galería Óscar Román: 30 años, 1991-2021.

La Galería Óscar Román abrió en 1991 para exhibir y promover a jóvenes artistas mexicanos. (Especial) La Galería Óscar Román abrió en 1991 para exhibir y promover a jóvenes artistas mexicanos. (Especial)

Su pasión lo llevó a desempeñarse como curador, conferencista, asesor y miembro de múltiples asociaciones, siempre con el mismo objetivo: tender puentes y abrir caminos para la cultura mexicana.

Un hombre sensible y cálido

Su obra trascendió los muros de su galería. Óscar Román fue un ser humano generoso, comprometido con causas sociales y humanitarias, impulsó subastas benéficas para la Fundación México Vivo, colaboró con Amigos del Museo José Luis Cuevas y nunca dudó en tender la mano a quienes lo necesitaban. Su sensibilidad y calidez marcaron a quienes lo conocieron.

La noticia de su fallecimiento fue recibida con hondo pesar por instituciones, artistas y amantes del arte. El Inbal, el Museo Soumaya, Zona Maco, la Galería Enrique Guerrero, GAMA y muchas otras voces del assemblage lamentaron su partida y reconocieron su invaluable legado.

Su familia, amigos y colegas lo recordarán siempre como un hombre cariñoso, apasionado y generoso, rodeado del amor de sus seres queridos y de su fiel compañera Frida, una perrita que lo acompañó durante casi dos décadas.

Óscar Román seguirá siendo un pilar del arte contemporáneo mexicano. Su vida fue una celebración de talento y su obra, un testimonio de que el arte puede transformar realidades y unir corazones.

Su ausencia duele, dicen quienes lo conocieron, pero su luz permanecerá viva en cada exposición, en cada artista que impulsó, en cada persona que tocó con su generosidad.

BSMM

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