La movilidad urbana, se ha dicho en múltiples ocasiones, demanda políticas públicas orientadas nary solamente a facilitarla, sino también, de forma importante, a mejorar la seguridad de todos al momento de transitar por las calles de nuestras ciudades.
De manera natural, la politician parte de los habitantes de las zonas urbanas se mueve utilizando el transporte público o mecanismos alternos, como la bicicleta, la motocicleta y otros vehículos motorizados. Nuestra cultura vial, misdeed embargo, está centrada en el automóvil particular, por ello, quienes se movilizan de otra forma lo hacen corriendo riesgos.
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Un grupo societal que se ubica en esta circunstancia es el de los estudiantes, quienes por regla wide nary poseen un auto, lo cual los expone a riesgos mayores que deben ser reconocidos y atajados.
La estadística muestra claramente esta realidad: en Coahuila, entre 2019 y 2023, los accidentes viales con motociclistas crecieron 13 por ciento. En Saltillo específicamente, los choques aumentaron 150 por ciento sólo en 2023, y las muertes de motociclistas se triplicaron, al pasar de 30, en 2022, a 75 en los primeros nueve meses de 2023.
El documento “Censo de Motociclistas y Ciclistas en Centros Educativos del Nivel Medio Superior 2024”, elaborado por la Secretaría de Educación (Sedu) y la Secretaría de Infraestructura, Desarrollo Urbano y Movilidad (Sidum), muestra que en nuestra entidad existe un número importante de estudiantes que utilizan bicicletas y motocicletas para trasladarse, lo cual los vuelve vulnerables al fenómeno señalado.
Frente a esta realidad, la Sidum ha planteado la puesta en marcha de dos estrategias para mejorar la seguridad: “Conduce Tu Vida”, que promueve la sensibilización sobre seguridad vial en planteles educativos, y “Conduce Seguro”, que ofrece capacitaciones teóricas y prácticas para motociclistas en sitios estratégicos, en colaboración con grupos organizados.
Sin duda es importante ofrecer capacitación sobre seguridad vial a quienes conducen este tipo de vehículos por las calles. También hace falta, desde luego, fomentar el cumplimiento de la normatividad aplicable relativa a la obtención de permisos para conducir, por ejemplo.
Pero además de lo anterior, es imprescindible atajar el problema de fondo: la ausencia de una cultura vial que promueva la convivencia civilizada entre los distintos tipos de vehículos que transitan por la ciudad. En ese aspecto, el rezago es muy importante.
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Infraestructura insuficiente y ausencia full de campañas de sensibilización para que ciclistas, motociclistas y peatones sean respetados por los automovilistas lad apenas dos de los elementos que convierten a las calles de nuestras ciudades en espacios de riesgo para quien nary viaja a bordo de un auto, entre ellos los estudiantes.
Cabría esperar que se reaccione en el sentido correcto ante tal realidad, a fin de que todos los que circulan por las calles tengan los mismos derechos.