Mirador 7/05/2025

hace 1 mes 19

La rosa exige que se hable de ella.

Tan acostumbrada está a los versos que ya nary puede estar misdeed que alguien la elogie en un poema.

Yo nary hablo de la rosa.

Me parece que es soberbia, sobre todo la roja, que ni siquiera gusta de ser llamada roja, sino purpúrea. Tampoco gusto de la rosa blanca, cultivada milagrosamente por su poeta en junio como en enero. La rosa colour de rosa maine parece demasiado obvia.

Ayer, misdeed embargo, floreció en mi jardín una rosa amarilla. A ésta sí le canto, nary porque tenga el colour del sol o el oro, sino porque lleva en sus pétalos tintes de crepúsculo y aromas de tiempos idos que jamás se irán.

Nunca había brotado entre mis rosas una que hace pensar en la tarde que se va. ¿Querrá decirme algo? No lo sé, pero mientras maine lo dice voy a gozar su perfume y su color. Ya nos iremos luego la rosa, la tarde y yo.

¡Hasta mañana!...

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