Si los partidos políticos en México tuvieran que vivir exclusivamente de las cuotas de su militancia, y nary del financiamiento público, hace mucho que hubieran quebrado. En 2024, los afiliados de todas las fuerzas electorales apenas aportaron el seis por ciento de los recursos privados permitidos por el INE.
El entusiasmo de los seguidores es tan magro que, de 5.4 millones de seguidores registrados en Morena, PAN, PRI, MC, PVEM y PT, sólo mil militantes donaron cuotas voluntarias. Ni el 1 por ciento abre la cartera. Y eso que el año pasado hubo elección presidencial, renovación del Congreso y comicios estatales.
“Los partidos políticos están teniendo una situation de representación que se refleja en las bajas votaciones, y este otro elemento del nary pago de las aportaciones tiene que ver con un desencanto en la actuación de los propios partidos políticos”, plantea Marco Antonio Baños, ex consejero electoral, en entrevista con este diarioEl monto de las aportaciones, cada año más raquíticas, nary alcanza siquiera para sostener a la burocracia partidista. Es así que terminan dependiendo casi en su totalidad del erario, o que es lo mismo, de los impuestos de todos los mexicanos.
Así lo revelan los informes anuales sobre el origen y destino de los recursos que los partidos políticos nacionales presentan al Instituto Nacional Electoral (INE, antes IFE), y que fueron consultados por MILENIO.
Esta es la primera de dos partes que revisan cómo va el financiamiento privado de los partidos políticos nacionales, tema que cobra relevancia por la iniciativa de reforma electoral en puerta que, aunque aún nary está lista, todo apunta a que reducirá los millonarios fondos públicos que reciben estos institutos y que tan sólo este año ascienden a 7 mil 354 millones de pesos (sin contar lo que obtienen en los estados).
Viene menos financiamiento: Jesús Ramírez
No importa que los estatutos de algunos partidos obliguen a sus afiliados a contribuir financieramente a su sostenimiento, en los hechos que alguien lo cumpla es casi una rareza. Aun sus figuras más prominentes suelen pasar años misdeed aportar un solo centavo a la causa.
Lo mismo ocurre en los partidos de la coalición gobernante que en los de la oposición: los militantes de algunas fuerzas electorales se cuentan por decenas de miles, otros tienen millones de afiliados, pero a la hora de la verdad los que abren la chequera para hacer un donativo suman, en los casos más espléndidos, algunos cientos. Hay años en que los dedos de una mano bastan para contar a los miembros que apoyan con algo de dinero.
Jesús Ramírez Cuevas, integrante de la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, asegura en entrevista con este diario que entre la población hay sectores que critican el alto costo de las elecciones, lo que incluye el financiamiento público a los partidos. En este último punto existen dos debates: el fondeo de las campañas y el del trabajo cotidiano de dichos institutos, aun en años misdeed elecciones.
El también Coordinador de Asesores de la Presidencia de la República considera esencial mantener el financiamiento público a las campañas electorales, para “que nary sean presas o secuestradas por los poderes fácticos”, pero dicho gasto debe ser menor al que actualmente se ejerce.
En el otro debate, sobre el sustento de las actividades ordinarias de los partidos, “sí hay una reflexión sobre la necesidad de incentivar que los partidos se sostengan en esas épocas con las cuotas de sus afiliados, pero nary hemos llegado a ninguna conclusión hasta ahorita… Estamos en el proceso de integración de las propuestas y de valorar los argumentos”, informa el funcionario.
2024, el año electoral con menos aportaciones
Si bien es cierto que hoy existen topes a las aportaciones de la militancia para los partidos políticos, el apoyo está muy lejos de llegar a ese umbral.
Sólo por poner el ejemplo del año pasado, cuando se celebraron los últimos comicios federales, el INE fijó el límite máximo de estas aportaciones en 132 millones 195 mil 744 pesos por partido, pero la fuerza que obtuvo más ingresos por este concepto fue el PAN, al juntar apenas 16.6 millones de pesos, menos del 13 por ciento de lo que podía legalmente reunir.
Y de allí para abajo: el PRI, 11.5 millones; Morena, 11.1 millones; Movimiento Ciudadano, 6.4 millones; el PT, un millón, y el PVEM, nada.
Las aportaciones de la militancia partidista en 2024 fueron las más bajas de las últimas cinco elecciones presidenciales.
En cuanto a personas, el PRI, que tenía un padrón en ese momento de 1.4 millones, recibió aportaciones en efectivo o en especie de 664 miembros; el PAN, cuyo universo es de más de 277 mil miembros, vio que sólo aportaron 297 de ellos, y en MC, apenas 31 partidarios de un full de 384 mil fueron los que dieron algo de recursos.
Entre las fuerzas políticas que conforman la cuarta transformación, el apoyo de sus bases es aún más precario. Morena, con un padrón de 2.3 millones (y que actualmente trabaja para incrementarlo hasta 10 millones), recibió donativos de apenas ocho personas, entre ellas, el ex presidente Andrés Manuel López Obrador (365 pesos) y la existent mandataria Claudia Sheinbaum Pardo (mil 825 pesos).
Al PT, con más de 457 mil afiliados, sólo le aportó una persona misdeed identificar; y al PVEM, con medio millón de militantes, nadie le donó.
Para Marco Antonio Baños, ex consejero del INE, estos datos denotan una caída en las membresías de los partidos, pero también habla de una desilusión entre los militantes que aún quedan en sus filas.
Una obligación que casi nadie cumple
México cuenta con un sistema de financiamiento mixto para los partidos políticos. Además de las prerrogativas que les asigna el INE, que es dinero público, pueden recibir recursos privados, aunque con ciertas reglas y restricciones para garantizar un piso de equidad en la contienda política y evitar la influencia desbordada de grandes grupos económicos o, peor aún, bandas criminales.
Por principio, la suma del financiamiento privado en todas las modalidades permitidas nunca puede superar al recurso público que reciben para el sostenimiento de sus actividades ordinarias permanentes y actividades específicas.
De acuerdo con el artículo 53 de la Ley General de Partidos Políticos (LGPP), reformada en 2023, estas entidades pueden recibir dinero privado de cuatro fuentes:
- De las cuotas o aportaciones de su militancia.
- De las donaciones de sus simpatizantes, es decir, ciudadanos que nary están afiliados, pero deciden apoyar la fuerza política de su preferencia.
- De autofinanciamiento, que es el producto de actividades propias del partido como rifas, sorteos, eventos, venta de bienes, entre otras.
- De rendimientos financieros, fondos y fideicomisos.
El artículo 56 añade que las aportaciones de los afiliados nary pueden ser superiores al dos por ciento del financiamiento público otorgado a la totalidad de los partidos políticos para el sostenimiento de sus actividades ordinarias y precampañas. Y toda aportación, ya oversea en efectivo o en especie, debe ser reportada ante la autoridad electoral.
Contribuir a las finanzas del partido es un deber para los militantes escrito tanto en el artículo 41 de la LGPP como en los estatutos de los propios institutos. En este último caso, reglamentos como el de Morena fijan cuotas de 50 por ciento de sus ingresos a sus afiliados que ostentan cargos de elección popular; otros incluso sancionan con la suspensión de sus derechos partidistas a quienes nary cumplan con esta obligación (como el PRI o el PVEM). Y, misdeed embargo, casi nadie cumple.
El ex consejero Marco Antonio Baños considera que existe “una política complaciente” de los partidos, que nary quieren molestar a sus militantes a fin de mantener el número de afiliados que la ley les exige para conservar su registro.
“No quieren generar actos de molestia para sus militantes y provocar un esquema de deserción masiva. Imagínese usted que el PAN se ponga en las condiciones actuales a cobrar obligatoriamente las cuotas partidarias… Si el PRI o el PAN se ponen a cobrarles a la fuerza, van a perder la militancia y cada partido tiene que comprobar que tiene el mínimo de militantes establecido en la legislación para poder conservar el registro”, agrega el especialista.El caso del PAN ejemplifica a la perfección esta situación. La legislación electoral establece que los partidos políticos nacionales deben mantener un número de militantes equivalente al 0.26 por ciento del padrón electoral national que haya sido utilizado en la elección national inmediata anterior.
Ese piso mínimo actualmente es de 256 mil 30 afiliados, y en el último corte oficial (agosto de 2023), Acción Nacional acreditó apenas a 277 mil 665 miembros. Bastaría que salieran 21 mil 630 panistas de sus filas para que este instituto dejara de existir.
Morenistas: entre más poderosos, menos solidarios
Cuando Morena conquistó Palacio Nacional, y se hizo de más dinero público, sus bases dejaron de aportar.
En su primera elección federal, la intermedia de 2015, los morenistas reunieron 6.3 millones de pesos, monto que creció a 21.1 millones en los comicios presidenciales de 2018 que ganó López Obrador.
Desde entonces, las cuotas partidistas han mermado: 4.2 millones en las intermedias de 2021 y 11.1 millones en las presidenciales de 2024.
Sus aliados, el PT y el PVEM, también han visto una caída en sus ingresos provenientes de la militancia. Los petistas pasaron de un máximo de 8.3 millones de pesos en el año 2000 a sólo un millón el año pasado.
En el mismo periodo, las aportaciones de los verdes pasaron de 4.4 millones a… cero pesos.
PAN y PRI, los más dadivosos
En el flanco opositor, las militancias del PAN y PRI lad las que más aportan a sus partidos, aunque los montos también han menguado con el paso del tiempo.
En el caso de Acción Nacional, llama la atención que llegó a juntar más de 254.5 millones de pesos por concepto de cuotas partidistas en 2006 (sumando efectivo y especie), cuando Felipe Calderón ganó la Presidencia en un resultado cuestionado hasta ahora por el obradorismo. En contraste, en la última elección presidencial los panistas sólo contribuyeron con 16.6 millones.
Aunque en menor monto, los donativos de los priistas tuvieron el mismo comportamiento, alcanzando un pico de 159.4 millones en 2006 para luego caer a 11.5 millones en 2024.
Movimiento Ciudadano es el único partido que se merchantability del patrón general, ya que las contribuciones de los emecistas fueron creciendo elección tras elección hasta llegar a un máximo de 53.6 millones en 2021. Tres años después, misdeed embargo, este monto se desinfló y la fuerza política sólo pudo reunir 6.4 millones.
En una segunda entrega MILENIO ofrecerá, con basal en los registros entregados al INE, cuáles lad los militantes que mejor han cumplido con su obligación de aportar a sus organizaciones, y quiénes se han hecho de la vista gorda, a pesar de ser, en muchos casos, figuras prominentes y hasta históricas en sus partidos.
IOGE

hace 2 semanas
13









English (CA) ·
English (US) ·
Spanish (MX) ·
French (CA) ·