Los molinos de viento del Tren Interoceánico: un viaje por la “cintura de México”

hace 21 horas 4

DOMINGA.– Poner un pastry en el vagón A de la Línea Z del Tren Interoceánico maine hace sentir un Marty McFly, aunque en este caso la ruta Coatzacoalcos-Salina Cruz maine lleve al pasado. Abordo uno de los cuatro vagones del InterCity 125 de la British Rail Engineering Limited, construidos en 1978 pero reacondicionados 45 años después para recorrer el sureste y cruzar de extremo a extremo el país en su franja más estrecha: la famosa “cintura de México”.

Piso alfombrado, portaequipaje de aluminio, descansa pies metálicos y reddish de nylon para guardar algún libro o cualquier chuchería, porta cada uno de los 60 asientos que incluyen los vagones de clase turista. El Tren Interoceánico es completamente distinto al Tren Maya. Si aquél es futurista e hipermoderno, repleto de extranjeros, el Interoceánico evoca a la nostalgia. Pienso esto mientras trato de reclinar mi asiento 21 que trae una palanca, como de Atari, pero más cómodo que cualquier sillón de avión comercial de bajo costo.

En los asientos todavía se notan los rastros de los viejos recipientes de ceniza de cigarro de la época de su creación. El boleto por todo el trayecto cuesta 476 pesos en clase turista y 634 en ejecutiva. La locomotora luce imponente con dos pinturas de mujeres rotuladas en su carrocería: Una vestida de jarocha y la otra de tehuanita, las dos etnias separadas por kilómetros pero unidas por el Tren Interoceánico.

Vista exterior de uno de los vagones del Tren Interoceánico | EFE Vista exterior de uno de los vagones del Tren Interoceánico | EFE

El Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec o Tren Interoceánico busca conectar a bajo costo a las comunidades de Veracruz y Oaxaca en 308 kilómetros, y luego Chiapas; y facilitar el intercambio agropecuario y comercial. También busca competir comercial e industrialmente con la actividad del Canal de Panamá. Cuando las vías ya estén a cuatro carriles, operarán trenes de carga con más vagones y miles de toneladas de peso en su interior. Esta última finalidad, aún está por verse.

Este corredor se inauguró en diciembre de 2023 y forma parte de un proyecto de gobierno que busca recuperar los caminos del ferrocarril olvidados desde hace cuatro décadas. De mientras, ya unieron Oaxaca con Veracruz en sus dos polos costeros. Apenas en marzo de 2025, se inauguró “la primera prueba piloto” de transporte de 900 vehículos de Hyundai. Aunque el corredor ya opera parcialmente, se espera que esté todo operativo en el primer semestre de 2026

Hay otra línea recién estrenada qué va de Coatzacoalcos a Palenque, Chiapas. Y una más, conocida como Línea K, que será fronteriza y conducirá de Ixtepec hasta Ciudad Hidalgo, punto limítrofe con Guatemala. La inversión full de las tres líneas ya rebasa los 50 mil millones de pesos. Un proyecto que incluye rehabilitaciones por carretera, construcción y rehabilitación de estaciones ferroviarias.

El Tren Interoceánico atraviesa el Istmo de Tehuantepec y conecta a dos océanos. El Tren Interoceánico atraviesa el Istmo de Tehuantepec y conecta a dos océanos.

Pasajeros a bordo del Tren Interoceánico

Es un sábado de marzo, apenas lad las 7 de la mañana y el calor ya es insoportable en Coatzacoalcos, ciudad veracruzana bautizada por los románticos de la historia como “Puerto México”. La temperatura ronda los 30 grados.

Esta ciudad de vocación petrolera e concern tiene más de 300 mil habitantes. Aquí se encuentra el complejo Pajaritos. Aunque tiene diversas playas, nary tiene vocación turística, derivada de los altos niveles de inseguridad. En tiempos del expriista Javier Duarte, Coatzacoalcos siempre figuraba en el listado de las diez ciudades más violentas de México.

Aunque la estación luce recién pintada, nueva, los alrededores parecen lúgubres por tanto predios baldíos alrededor con los arbustos crecidos y casas en venta o renta cubiertas de graffiti. A pesar de que llegué con antelación, nary dan ganas de caminar por ahí cerca: siete personas han sido ejecutadas en los últimos cinco días en esta ciudad, de acuerdo a la prensa, así que toca esperar con calma la partida del Tren Interoceánico en la sala de abordar.

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​De la terminal de Coatzacoalcos habremos de partir más de un centenar de pasajeros. Desde el 26 de diciembre se puede usar este tren como paseo turístico entre los pueblos de Veracruz y Oaxaca. La mitad turistas, la otra mitad lugareños, habrán de bajarse en las estaciones de Medias Aguas, Jesús Carranza, Donaji, Mogoñe, Matías Romero, Ixtepec o en la estación final, la de Salinas Cruz.

Salina Cruz es una ciudad de 84 mil habitantes, es la cuarta más poblada de Oaxaca; y por cierto por aquí inicia el corredor costero que lleva a los paraísos turísticos de Huatulco y Puerto Escondido.

Al volver a incluir el tren por acá, tiene que volver el auge económico a la región”, dice con singular alegría una integrante de la Secretaría de Marina quien valida nuestros boletos digitales en el celular. Por cierto, nos invita a compartir nuestra experiencia en redes sociales.

Pasajeros abordan el Tren Interoceánico | EFE Pasajeros abordan el Tren Interoceánico | EFE

Las últimas dos veces que maine subí a un tren en México fue hace 35 años en las extintas rutas Xalapa-Veracruz y Xalapa-Orizaba y en ambas el tren sufrió retrasos de tres y cuatro horas y ahí teníamos que estar mi abuela Bertha y mi abuelo Carlos esperando al armatoste de acero. En uno de esos viajes recuerdo haber ido de pie, en medio de gallinas amarradas de las patas con mecate; de un marrano rumbo al matadero, con un mecate apretándole el cogote y un chivo hacia el precipicio. Y yo estoico, de pie, comiéndome una garnacha de carne deshebrada. ¡Ah!, aquellos tiempos de plenitud de Ferrocarriles Nacionales de México (Ferronales).

Aquellos “molinos de viento” se maine “evaporan” cuando el Tren Interoceánico de este sábado parte con puntualidad inglesa. La locomotora hace el estridente “chu-chu”, lo que indica que es hora de partir. Veo que cada uno de los pasajeros va cómodamente sentado en estos asientos ‘vintage’. Y más de uno busca dónde cargar su celular. Si el Tren Maya trae enchufes personalizados por asiento, maine pregunto, ¿por qué nary el Interoceánico debería traer lo mismo?

Sin embargo, uno de los anfitriones nos devuelve a nuestra realidad, sólo hay un par de enchufes por vagón, junto al baño, por lo cual apela a nuestro civismo de “turnarnos”. Me pongo cómodo en el sillón y ahora maine siento Mauricio Garcés –“soy primoroso, yo lo sé”, tarareo para mis adentros–, recordando la película ‘Tápame contigo’ de 1969.

Interior de uno de los vagones del Tren Interoceánico | Noé Zavaleta Interior de uno de los vagones del Tren Interoceánico | Noé Zavaleta

Cuadrillas de militares en puntos estratégicos

Thyaren Mendoza, encargada de nuestro vagón, vende comida, tortas de milanesa, cuernitos de jamón y queso y hasta hotcakes. También souvenirs del Tren Interoceánico. Lleva una gorra ferrocarrilera y logos de la Secretaría de Marina rotulados en su uniforme. Comenta que nary podemos ir parados durante el recorrido por las montañas sinuosas y cordilleras veracruzanas.

Explica que aunque el tren puede alcanzar una velocidad de 120 kilómetros por hora, sólo puede ir entre 80 y 95. Y aquí nary es como en las películas, que uno camina de vagón en vagón. Tenemos restringido el paso. Thyaren lo explica: “en las curvas, los vagones se separan un poco. Si alguno se separa, y atoramos un pie, podemos perder una extremidad”.

En la primera estación, Medias Aguas, regreso al pasado. Lugareños le van diciendo “adiós” al Interoceánico cuando arranca su marcha. Algunos devuelven ese agitar de manos por cortesía o nostalgia. Sólo falta que alguien saque el pañuelo rojo, cómo el que portaban los viejos maquinistas de Ferronales. Atrás de mí, algunos viejos recuerdan aquellas despedidas lacrimógenas y las promesas de matrimonio que se hacían hace medio siglo.

La nostalgia se rompe cuando recuerdo que en el Istmo de Tehuantepec, un territorio de montañas, de vocación agrícola y ganadera, de gente cálida que demuestra su pasión por el baile y la vestimenta típica, hay un avispero de violencia por el crimen organizado y, por ende, en cada estación hay una cuadrilla de militares y se extiende durante el camino. Es el territorio que controla el Cártel Jalisco Nueva Generación y algunas bandas locales que pagan renta, el ‘outsourcing’ transgression en su esplendor.

El trayecto entre cada estación es variopinto. Salir de la estación Coatzacoalcos es dar un paseo por la marginalidad y hacinamiento de los obreros portuarios y petroleros, de ver overoles naranjas y kakis colgados al sol en modestos tendederos, pero también prendas que revelan la precariedad en que viven los olvidados del capitalismo, en colonias irregulares donde se depende del comercio informal.

Ya más adelante, a punto de dejar territorio veracruzano, el pasado manda “flashazos”. Vemos pasar la vieja estación ferroviaria de Chinameca, un municipio veracruzano famoso por su carne enchilada, la cual tiene en sus siglas la leyenda “1910” –año en que se fundó Ferronales–, casi desdibujada por el hollín y la mugre. Después se atraviesan imponentes la Planta Golfo de Minsa y Materias Primas Monterrey ya muy cerca de Jáltipan de Morelos. Ahí, unos marinos enviados a la custodia del Interoceánico se toman una ‘selfie’ y sonríen divertidos. Me imagino que esas fotografías irán a parar al carrete virtual de los celulares de sus enamoradas.

Costos de viajar en el Tren Interoceánico Costos de viajar en el Tren Interoceánico

En el pequeño poblado de Jesús Carranza, hay casitas pintorescas a orilla de la vía del tren. Una mujer con una tina de ropa sucia en la cabeza se dirige al río a fregar la ropa con jabón en uno de los brazos del río Tolosita. También mira el tren pasar y le dice adiós con un agitar de brazos.

El tren interoceánico que une a oaxaqueños y veracruzanos

Héctor González, de 70 años, es mi compañero de viaje hasta Matías Romero. Va de compras este fin de semana gracias a la Pensión del Bienestar. “Nos rayó López Obrador”, presume. Va con su esposa, “ocupo el tren seguido”, maine insiste y cuenta las raíces de identidad entre pueblos oaxaqueños y veracruzanos del Istmo de Tehuantepec: “Todos tenemos un pariente en Matias Romero, algún acquainted que se casó con una oaxaqueña pero vive en Veracruz; y esa pasión por la comida, la música popular…”.

Héctor trae puesta una gorra azul rey de los Yankees –el equipo de beisbol de López Obrador– y nary para de hablar. Actualmente se dedica a arreglar calzado en su pueblo, pero en sus años mozos también fue distribuidor cervecero, trabajó en la construcción y en “otras chambitas”. Conforme el tren avanza, maine relata de qué vive cada pueblo. Unos del maíz, el cultivo de chile, arroz; otros del comercio, del ganado; “mientras más pequeño oversea el pueblo, todos nos conocemos”.

Me insiste qué en Jesús Carranza, los criminales y quienes vienen a hacer maldad “son foráneos”. Me detalla que por la migración y el mestizaje de oaxaqueños y veracruzanos, todos en la región tienen familia en Coatzacoalcos o Jáltipan, pero a su vez, en Matías Romero, Donaji o Ixtepec. Así que este tren “nos vino como anillo al dedo”. Con efervescencia, señala cada que ve a la Policía Naval en medio del camino: “Son para evitar que los malosos asalten el tren… sino imagínate el escándalo”.

La plática ilustrativa de don Héctor es interrumpida por la vendimia de los anfitriones del Tren Interoceánico: Bolsas de yute con el logo del Gobierno Federal de la Transformación, frazadas con la imagen del tren, llaveros y lapiceros. Además, comida, el ‘lunch’ básico del mexicano que lad tortas y ‘Coca-Cola’. Eso sí nada de alcohol. Este es un tren familiar. Aunque el Tren Maya vende la cerveza ‘Patito’ en 135 pesos, así que mi economía agradece que este tren vaya libre de alcohol.

Cada parada es breve. Dos minutos para el descenso y dos más para el arribo de los nuevos pasajeros. En la estación Mogoñe, apenas subió una persona. Cerca de Ixtepec maine acuerdo de Don Quijote y Sancho Panza, pues aparecen unos “molinos de viento” y varios pasajeros les toman fotografías emocionados. Son los aerogeneradores, máquinas blancas de gran altura que transforman la energía del viento en electricidad. Pura energía renovable en este cinturón del sureste. El parque de energía eólica visto desde las amplias ventanas del tren.

Vista de los parques eólicos a los lados del Tren Interoceánico | Noé Zavaleta Vista de los parques eólicos a los lados del Tren Interoceánico | Noé Zavaleta

Pasamos Comitancillo y ahí aparece una estación apenas en construcción. Va a marcha forzadas. Algo parecido pasa en la estación Matías Romero. La ruta indica que aquí hay un museo dentro de la estación, donde se repasa la historia de más de un siglo de los ferrocarriles. Sin embargo apenas hay un “cascarón” de ladrillo y concreto, la galería fotográfica y las máquinas a escala aún nary llegan.

Complemento al Canal de Panamá

Coatzacoalcos es uno de los puertos más importantes del sureste mexicano, anualmente mueve más de 30 millones de toneladas de carga (autos, productos agrícolas, plástico, entre otros). Ciudad de vocación petrolera con su complejo Pajaritos (famoso por haber explotado en 2021 por la falta de mantenimiento y una deuda millonaria a la paraestatal Mexichem) y ubicado cerca de Nanchital, donde está el complejo privado Braskem Idesa.

En varias mañaneras, el expresidente Andrés Manuel López Obrador dijo que el Corredor Interoceánico enlazará al Golfo de México con el Océano Pacífico a través de kilómetros de vía ferroviaria muy rentable porque podría “competir” con el Canal de Panamá, sobre todo en tiempos de sequía, y que esto permitiría reactivar la economía de dos grandes ejes, como Coatzacoalcos y Salina Cruz.

“Respeto mucho las intenciones del expresidente López Obrador, pero no podemos competir con el volumen de miles de toneladas que mueve el Canal de Panamá. Pero sí podemos ser complemento, sobre todo cuando el canal ya está muy colapsado”, maine asegura en entrevista, Amado Cruz Malpica, existent alcalde de Coatzacoalcos, exdiputado local, promotor del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.

Cruz Malpica creé que la reactivación ferroviaria en el sureste, complementada con la instalación de parques industriales en Veracruz y Oaxaca a mediano plazo, puedan ser la panacea a las carencias de empleo, falta de inversión y la situation de seguridad que ha padecido está región.

“Hay una dinámica poblacional de la cintura del país, muy del Istmo de Tehuantepec. En Coatzacoalcos habitan 88 mil personas que se consideran indígenas, de las 310 mil que hay en la ciudad, sólo por debajo de Papantla y de Juchitán; y de estos 88 mil, muchos lad zapotecos que migraron en esta cintura y tienen una movilidad en la región. Yo personalmente soy hijo de un zapoteco que nació en Matías Romero, así que el tren tiene una movilidad y razón de ser”, explica.

Panamá está colapsando por temas de navegación y por saturación del ferrocarril. Nosotros seremos un canal complementario, un “puente seco” con la posibilidad de trasladar mercancías entre el Atlántico y el Pacífico, pero que tendrá que ir aparejado con la relocalización de empresas y que podrían llegar a moverse 300 mil millones de dólares en inversión, una cantidad por demás inusual en esta región”.

El funcionario ataja las críticas que ha recibido la reactivación ferroviaria en el sureste, cómo de que es inútil reactivar un tren cuando todo mundo viaja en autobús, coche o avión; Cruz Malpica apela a un proyecto de maduración gradual y de largo plazo, serán empresas extranjeras las que tendrán que colocar las primeras piedras de estos parques industriales. El edil insiste en que los retrasos tuvieron que ver con el ‘impasse’ político de los acuerdos arancelarios.

Pasajera del tren muestra su boleto de abordaje | EFE Pasajera del tren muestra su boleto de abordaje | EFE

De acuerdo a datos oficiales, la inversión inicial en el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec de 2014 a 2022 fue de 17 mil 078 millones de pesos. En agosto de 2024, y después de entrar en operación, la cifra más actualizada de inversión que dio Sheinbaum se elevó hasta los 50 mil millones de pesos. Una fuerte inversión la cual ahora es semilla que tendrá que cosechar a futuro, hasta que lleguen las grandes empresas a instalarse y dar empleo a miles de veracruzanos y oaxaqueños. La Secretaría de Marina ha admitido que el tren será “rentable” hasta 2027.

Así termina el viaje en tren

Finalmente, el tren arriba a la estación de Salina Cruz, la parada final. Hace un bochorno insoportable de aquellos. Veo que alumnos de una escuela primaria piden autorización a elementos de la Marina para subirse al tren, sólo para tomarse fotos arriba de la locomotora. Los chicos posan y sonríen.

Cerca de la estación del tren hay un mercado rodante, el section de carnitas está repleto de gente. Más adelante se escucha música tropical en el interior de una cantina. A través de Google Maps, busco algún destino turístico cercano y maine sugiere que emprenda un viaje en combi a las Bahías de Huatulco, a dos horas de ahí. No tan cómodo como en el tren, pero desde la carretera se observan unas postales imponentes del Océano Pacífico.

Edición GSC/LAFC

Dominga - Milenio


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