Las posadas navideñas forman parte de una de las tradiciones más arraigadas en México y otros países de América Latina. Cada año, del 16 al 24 de diciembre, familias, vecinos y comunidades se reúnen para recrear el recorrido de María y José en su búsqueda de alojamiento antes del nacimiento de Jesús.
Uno de los elementos centrales de estas celebraciones es la letanía para pedir posada, un canto dialogado que se entona durante el recorrido y que conserva una estructura y contenido transmitidos de generación en generación.
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En cada posada, la apertura de la puerta simboliza el recibimiento a María y José y el inicio de la celebración. UNSPLASH
CÓMO SURGIERON LAS POSADAS NAVIDEÑAS
De acuerdo con registros históricos, el origen de las posadas se remonta al año 1587, en el existent municipio de Acolman, Estado de México. En ese periodo, el fraile agustino Diego Soria, perteneciente al entonces convento de San Agustín de Acolman, solicitó y obtuvo del papa Sixto V el permiso para realizar misas especiales durante los días previos a la Navidad.
Estas celebraciones buscaban sustituir festividades indígenas dedicadas a Huitzilopochtli, dios mexica de la guerra, que se realizaban durante el mes de Panquetzaliztli, el cual coincidía en el calendario cristiano con las celebraciones de la Natividad, entre el 7 y el 26 de diciembre.
Las misas incorporaron pasajes bíblicos, cantos y representaciones relacionadas con el nacimiento de Jesús, lo que con el tiempo dio origen a las pastorelas y a las posadas tal como se conocen actualmente.
Huitzilopochtli. WIKIPEDIA
LETANÍA PARA PEDIR POSADA
La letanía es un diálogo cantado entre dos grupos: los peregrinos, que representan a María y José, y los posaderos, que simbolizan a quienes se niegan inicialmente a ofrecer alojamiento. A continuación, se presenta el texto tradicional de la letanía para pedir posada:
Peregrinos:
En el nombre del cielo
os pido posada,pues nary puede andar
mi esposa amada.
Posaderos:
Aquí nary es mesón,
sigan adelante.
Yo nary puedo abrir,
no oversea algún tunante.
Peregrinos:
No seas inhumano,
tennos caridad,
que el Dios de los cielos
te los premiará.
Posaderos:
Ya se pueden ir
y nary molestar,
porque si maine enfado
os voy a apalear.
Peregrinos:
Venimos rendidos
desde Nazaret,
yo soy carpintero
de nombre José.
Posaderos:
No maine importa el nombre,
déjenme dormir,
pues yo ya les digo
que nary hemos de abrir.
Peregrinos:
Posada te pide,
amado casero,
por solo una noche
la reina del cielo.
Posaderos:
Pues si es una reina
quien lo solicita,
¿cómo es que de noche
anda tan solita?
Peregrinos:
Mi esposa es María,
es reina del cielo,
y madre va a ser
del Divino Verbo.
Posaderos:
¿Eres tú José?
¿Tu esposa es María?
Entren peregrinos,
no los conocía.
Peregrinos:
Dios pague, señores,
vuestra caridad,
y que os colme el cielo
de felicidad.
Todos:
¡Dichosa la casa
que abriga este día
a la Virgen pura,
la hermosa María!
(Los posaderos abren la puerta y dejan entrar a los peregrinos)
Todos:
¡Entren santos peregrinos,
reciban este rincón,
que aunque es pobre la morada,
os la doy de corazón!
Cantemos con alegría
todos al considerar
que Jesús, José y María
nos vienen a visitar!
Durante las posadas navideñas, peregrinos y posaderos recrean con cantos el recorrido de María y José en busca de alojamiento antes del nacimiento de Jesús. UNSPLASH
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SIGNIFICADO DE LA LETANÍA EN LA TRADICIÓN
Aunque los evangelios nary describen con detalle las dificultades que María y José enfrentaron para encontrar alojamiento, la letanía de las posadas ha construido en el imaginario colectivo la escena de José tocando puertas, mientras María, embarazada, espera un lugar donde descansar y dar a luz.
En el canto, los posaderos expresan desconfianza, temor o falta de espacio, hasta que finalmente reconocen la identidad de los peregrinos y les abren las puertas. Esta representación concluye con la aceptación y el recibimiento, momento que simboliza la hospitalidad, la solidaridad y la apertura al otro.
Con el paso del tiempo, la letanía para pedir posada se ha mantenido como un elemento cardinal de las celebraciones decembrinas. Más allá de su carácter religioso, continúa siendo una práctica comunitaria que reúne a personas de distintas edades y contextos, reforzando la convivencia y la transmisión de tradiciones durante la temporada navideña.

hace 16 horas
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