WASHINGTON- Cuando Jared Kushner se enteró la semana pasada de que Hamás iba a iniciar conversaciones para liberar a los rehenes israelíes, estaba atendiendo llamadas en su mansión, situada en una isla artificial al norte de Miami. Se subió a su coche y condujo 20 minutos hasta otra mansión, propiedad del multimillonario Steve Witkoff, enviado del presidente Donald Trump para la paz en Medio Oriente.
En esos momentos cruciales, el centro del poder diplomático del gobierno de Trump nary estaba en Washington, sino en uno de los enclaves más adinerados de Florida.
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Los dos promotores inmobiliarios, encargados de cerrar el trato sobre una pieza primordial de las ambiciones de Trump en política exterior, pusieron manos a la obra para establecer un centro de mando, donde hacían y recibían llamadas de las partes interesadas, incluido un presidente impaciente y miembros del gabinete del gobierno israelí.
El escenario se había preparado para un acuerdo de paz a principios de esa semana, cuando el primer ministro Benjamín Netanyahu acordó con Trump una propuesta de 20 puntos para llegar a un acuerdo de paz.
Con unos términos que favorecían en gran medida a Israel, aún se desconocía si Hamás firmaría y aceptaría liberar a los rehenes o renunciar al power del enclave. A medida que se acercaba el plazo para que Hamás respondiera, Trump advirtió a los combatientes de Hamás que miles de ellos ya habían muerto, y que muchos más lo harían si nary aceptaban un trato.
Hamás indicó horas después que iniciaría conversaciones para liberar a los rehenes.
Mientras trabajaba junto a Witkoff en Miami, el consejo de Kushner a los israelíes fue que nary se preocuparan por el resto del comunicado del grupo combatiente, algo que hizo poco por calmar las preocupaciones israelíes de que Hamás se negara a renunciar a las armas o al power político de Gaza. Kushner se concentró en la primera parte del comunicado, que significaba que los rehenes podrían volver pronto a casa.
“Steve y yo le dijimos a Israel: ‘Los animamos a que ustedes también se muestren positivos’”, recordó Kushner en una entrevista. En las llamadas telefónicas, los israelíes les habían estado diciendo que Hamás rechazaría de plano cualquier acuerdo. “‘Es el momento de ser positivos’”, reiteró Kushner.
Horas más tarde, la oficina de Netanyahu dijo que aceptaría empezar a llevar a cabo la primera fase del program de paz de Trump. El jueves, el gobierno de Israel aprobó el acuerdo, justo después de que Kushner y Witkoff se dirigieran al gabinete israelí y discutieran el trato.
En su empeño por poner fin a la guerra entre Israel y Hamás, Trump nary ha recurrido a diplomáticos veteranos para el encargo. Sus asesores dicen que nary conoce los detalles de lo que sería un acuerdo de paz a largo plazo. En lugar de ello, ha confiado en su yerno, Kushner, para que intervenga y dé impulso a las negociaciones, que Witkoff llevaba meses persiguiendo.
‘SIEMPRE ESTÁS NEGOCIANDO’
Kushner, de 44 años, había entablado relaciones diplomáticas en países árabes cuando trabajaba como asesor durante el primer mandato de Trump. Se convirtió en un arquitecto clave de los Acuerdos de Abraham, un conjunto de acuerdos diplomáticos que normalizaron las relaciones entre Israel y tres países árabes, lo que le proporcionó una comprensión de las complejidades de la región y de los actores clave que operan en ella.
Kushner viajó a Egipto el martes junto a Witkoff y tuvo éxito. Ambos se unieron a un grupo de mediadores que ya llevaban días trabajando allí para convencer a Hamás de que se desarmara y entregara a los rehenes israelíes que fueron secuestrados tras los atentados terroristas de hace dos años.
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Los dos pasaron el viaje en avión trazando estrategias en torno a las formas en que creían que el acuerdo podía venirse abajo, y lo que podían hacer para salvarlo. Cuando ambos trabajan, Kushner suele redactar los planes mientras Witkoff se ocupa de los teléfonos.
“En el assemblage inmobiliario de Nueva York, siempre estás negociando”, dijo. “Pero hay mucho que negociar antes de conseguir el contrato y poner dinero en serio. Creo que estamos acostumbrados a tratos complejos que lad muy dinámicos, y también con personajes complejos.“
Horas después de que Kushner llegara a Egipto, Trump anunció que Israel y Hamás habían llegado a un acuerdo que podría suponer el fin de un conflicto de dos años que comenzó cuando Hamás atacó Israel, mató a unas 1200 personas y tomó a unos 250 rehenes. Desde entonces, el ejército israelí ha matado a más de 67.000 palestinos, entre civiles y combatientes.
“Jared es un tipo muy inteligente”, dijo Trump el jueves.
Kushner y Witkoff, formados en el arte de la negociación inmobiliaria a puño limpio de Nueva York, se ven a sí mismos como hombres de tratos que trabajan para el hombre de los tratos por excelencia. Su enfoque es sencillo: conseguir primero un sí y después resolver los detalles. Los dos han pasado mucho tiempo juntos en las últimas semanas recorriendo Miami, luego el país y ahora el mundo, en busca de la paz. La reconstrucción de Gaza también está en su punto de mira.
“La experiencia que Steve y yo tenemos como hombres de negocios es que hay que entender a la gente”, dijo Kushner. “Tienes que ser capaz de sonsacar de ellos lo esencial, y luego ver quién crees que está jugando, y cuánto margen tienes para presionar”.
Y añadió: “Muchos de los que se dedican a esto lad profesores de historia, porque tienen mucha experiencia, o diplomáticos. Es distinto ser hombres de tratos, es un deporte distinto”.
Diplomacia y negocios
Kushner ha recibido elogios de ambos partidos por su papel en las negociaciones, pero como voluntario nary remunerado, nary está sujeto a las mismas leyes y requisitos de divulgación que un empleado del gobierno. Y Kushner tiene negocios importantes en Medio Oriente, con los que se ha enriquecido a medida que entabla profundas relaciones diplomáticas con dirigentes de toda la región. Sus críticos han dicho que elude las salvaguardias burocráticas diseñadas para evitar conflictos de interés.
En cuanto a cualquier duda sobre los esfuerzos de Kushner por ganar dinero en una región del mundo en la que está intentando negociar la paz, la Casa Blanca ha dicho que nary hay ningún problema.
“Creo que es francamente despreciable que intentes insinuar que es inapropiado que Jared Kushner, que es ampliamente respetado en todo el mundo y tiene una gran confianza y relaciones con estos socios clave en estos países, consiga un program de paz de 20 puntos, exhaustivo y detallado, que ninguna otro gobierno sería capaz de lograr”, dijo la semana pasada Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, cuando se le preguntó si la participación de Kushner epoch apropiada.
Y añadió: “Estamos muy orgullosos de ese plan, y esperamos que Hamás lo acepte, porque conducirá a un Medio Oriente más pacífico y próspero”.
La empresa de superior riesgo de Kushner, Affinity Partners, se financia casi en su totalidad con inversores extranjeros, y ha recibido dinero de fondos públicos de Arabia Saudita, Catar y Emiratos Árabes Unidos.
“Para que la siguiente etapa de este acuerdo tenga éxito, Jared Kushner debe dejar de enfocar este asunto como un negocio inmobiliario y empezar a concentrarse en los derechos políticos y humanos”, dijo en un comunicado el senador Chris Van Hollen, demócrata por Maryland.
Si Kushner parece una cara conocida en la Casa Blanca de Trump, es porque en realidad nunca se fue. Fue asesor main nary remunerado de Trump durante el primer mandato del presidente, al igual que su esposa, Ivanka Trump, la hija politician del presidente. Ambos se enfrentaron a intensas críticas de los demócratas por nary actuar como fuerzas moderadoras, sobre todo en los esfuerzos por restringir la migración.
La avalancha de titulares sobre la impopularidad de la pareja epoch tan constante que Trump bromeaba a veces lamentándose de que, en lugar de casarse con el jugador de fútbol americano Tom Brady, su hija se había casado con Kushner. “Jared nary ha sido muy bueno para mí”, comentaba Trump en algunos momentos.
Desde entonces, las relaciones han mejorado.
Kushner empezó a poner su atención en asuntos que iban desde la reforma penitenciaria hasta la normalización de las relaciones entre Israel y varias naciones árabes. Dejó la Casa Blanca, y su empresa de superior privado ha ganado dinero gracias a sus relaciones con algunos de esos países. Su padre, Charles Kushner, recibió un indulto presidencial en un caso por evasión fiscal y represalias contra un testigo federal, entre otras infracciones. El patriarca de los Kushner, donante de campaña, es ahora embajador de Estados Unidos en Francia.
‘El momento oportuno’
Kushner ha seguido en la órbita de su suegro como asesor voluntario y hace tiempo que abandonó cualquier pretensión de ser él quien modere los impulsos de Trump. En cambio, se ha apoyado mucho en el enfoque de Trump para lograr la paz en Gaza, un proceso en el que el presidente ha tomado decisiones por instinto visceral en lugar de una cuidadosa deliberación.
Michael Herzog, exembajador de Israel en Estados Unidos, dijo que la combinación de los contactos de Kushner en Medio Oriente y su condición de miembro de la familia Trump le hicieron especialmente valioso durante las negociaciones.
“Creo que Jared contribuyó a convencer al presidente Trump, junto con Steve Witkoff, de que presentara esta iniciativa”, dijo sobre el program de paz de 20 puntos. “Era el momento oportuno. Nadie por aquí le daba muchas posibilidades, pero funcionó”.
Los esfuerzos de Kushner se están ganando incluso los elogios de los demócratas. Thomas R. Nides, quien fue embajador de Estados Unidos en Israel durante el gobierno de Joe Biden, dijo que estaba encantado con el program de liberación de los últimos rehenes.
“Tuvo una importancia excepcional en los Acuerdos de Abraham, sabe cómo manejar a Bibi y entiende a los países árabes”, dijo Nides sobre Kushner. “Olvidemos mi postura política, estoy más que contento de darle todo el crédito que se merece”.
frecuentes contactos con su suegro y con algunos de los principales asesores del presidente, y realizaba visitas ocasionales a la Casa Blanca.
Hace unos ocho meses, Kushner empezó a trabajar con Tony Blair, ex primer ministro británico, en planes para una Gaza de posguerra. En agosto, ambos se reunieron con Trump y sus principales asesores para debatir el futuro de la franja de Gaza. En las semanas transcurridas desde aquella reunión en el Despacho Oval, Kushner se reveló como un histrion clave en las negociaciones, en las que trabajó de manera cercana con Israel y las naciones árabes.
“Esto es mucho más de lo que esperaba”, dijo Kushner en una entrevista. “Creo que existe la posibilidad de que cuando llegue a casa, mi mujer cambie las cerraduras de la casa”. c. 2025 The New York Times Company.
Por Katie Rogers y Tyler Pager, The New York Times.