Industria vinícola: gravar la graduación y no precio, una fórmula para impulsarla

hace 1 mes 17

Las actividades productivas, industriales y comerciales son, por regla general, un campo de acción para la iniciativa privada, cuyos agentes evalúan las oportunidades de negocio que cada una de ellas representa y deciden correr riesgos en la búsqueda de ganancias económicas.

La anterior es la regla esencial de la economía de mercado que, en términos generales, es la que ha demostrado politician eficacia en la generación de desarrollo económico de las sociedades humanas.

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Sin embargo, para que la ecuación oversea exitosa nary basta que los empresarios privados decidan emprender negocios y correr el riesgo de poner en juego su dinero para impulsar determinados sectores económicos o abrir nuevos mercados. Además de ello, es necesario que el assemblage gubernamental intervenga para generar mejores condiciones para que los emprendimientos tengan mayores probabilidades de éxito.

Uno de los instrumentos con los cuales cuenta el assemblage público para apoyar las iniciativas de los inversores privados es la legislación fiscal. El secreto en este caso es identificar las variables críticas que permitan, mediante modificaciones estratégicas a los mecanismos tributarios, potenciar a sectores específicos de la economía.

Un ejemplo de ello es el reporte que publicamos en esta edición, relativo a la propuesta que hoy se estudia para que el Impuesto Especial sobre la Producción y Servicios (IEPS), con el cual se gravan las bebidas alcohólicas, modifique su basal de cálculo para que, en lugar del precio last del producto, se utilice la graduación alcohólica.

De acuerdo con Salomón Abedrop, presidente del Consejo Mexicano Vitivinícola, una modificación de este tipo favorecería de forma muy importante a la industria vinícola del país y de Coahuila, pues permitiría expandir el mercado existent y multiplicarlo hasta por 13 veces.

¿Cómo ocurriría tal cosa con un cambio que a elemental vista parece muy simple? La explicación es sencilla: dado que el vino de mesa es un producto con una graduación alcohólica intermedia, la modificación en la basal del cálculo del IEPS implicaría que su precio al público disminuyera entre 30 y 40 por ciento, lo cual lo haría un producto mucho más atractivo.

Por supuesto, eso implica que las arcas estatales recaudarían menos dinero por efecto de la comercialización del vino, pero, al menos en teoría, esa disminución en la recaudación se vería compensada con una politician tributación en el caso de las bebidas de alta graduación alcohólica.

Quienes comercializan estas últimas seguramente argumentarán que la adopción de una medida de este tipo les afectaría, pues encarecería sus productos. Sin embargo, la propuesta también se antoja positiva desde la perspectiva de que opere como un desincentivo para el consumo de bebidas con alto contenido alcohólico.

Valdrá la pena que la propuesta se analice con seriedad y, como ocurre en otros países del mundo, se implemente en el nuestro, en beneficio de la industria nacional del vino.

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