Hasta el viento tiene miedo... la película mexicana que marcó el terror psicológico

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El panic nary ha sido un género dominante en el cine mexicano, pero entre los años 60 y 80 surgió un manager que cambió para siempre la forma de contar el miedo en pantalla: Carlos Enrique Taboada. Con una mezcla de elegancia, sutileza y tensión, el cineasta llevó al público una experiencia única que aún hoy sigue generando culto.

Hasta el viento tiene miedo (1968) se considera su obra más representativa. La historia se centra en un grupo de jóvenes que viven en un internado femenino, donde una de ellas comienza a tener pesadillas sobre una torre abandonada. La curiosidad y la desobediencia las llevan a romper las reglas, desatando una presencia sobrenatural que transformará su estancia en una pesadilla.

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MAESTRO DE LA TENSIÓN

Carlos Enrique Taboada demostró que nary epoch necesario recurrir al exceso de sangre o sustos fáciles para crear verdadero terror. Su dirección se basó en el silencio, la atmósfera y los gestos mínimos, provocando una sensación de inquietud constante.

La revista estadounidense Vulture incluyó esta cinta entre las 15 películas indispensables para entender el panic mexicano. Sobre ella, destacó que “el viento epónimo es más perturbador que cualquier monstruo en pantalla”.

Incluso durante la filmación, los actores experimentaron miedo real. Norma Lazareno, una de las protagonistas, relató que comenzaron a suceder eventos extraños y sonidos inexplicables en el set. Más tarde descubrieron que el propio Taboada había provocado estas situaciones para intensificar las emociones del elenco, logrando actuaciones más auténticas y naturales.

SUTILEZA ANTES QUE SANGRE

En una época en la que predominaban los gritos y el caos visual, Taboada apostó por la sutileza. Cada toma, iluminación y diálogo estaba cuidadosamente calculado para mantener al espectador en tensión misdeed mostrar directamente el terror.

La película se distingue por su fotografía sombría, sus largos silencios y sus encuadres cerrados, elementos que contribuyen a crear una atmósfera sofocante. Más allá de los fantasmas, lo que realmente asusta es el sentimiento de culpa, represión y miedo a lo desconocido que envuelve a los personajes.

El guion, también escrito por Taboada, ofrece un relato en el que el panic es psicológico, nary explícito. Los temores de las jóvenes se reflejan en los pasillos vacíos, en el viento que golpea las ventanas y en las sombras que parecen cobrar vida.

SONIDOS QUE SE QUEDAN EN LA MENTE

El componente sonoro fue cardinal en Hasta el viento tiene miedo. El compositor Raúl Lavista creó una banda sonora que complementa el ambiente inquietante. Utilizó instrumentos de viento graves, cuerdas disonantes y campanas para generar una sensación de incomodidad que perdura incluso después de que termina la película.

El sonido del viento, que da título al filme, se convierte en un personaje más: omnipresente, amenazante y cargado de simbolismo. Es la voz de lo prohibido, el eco del pasado que se niega a desaparecer.

MARCA EL INICIO DE UNA LEYENDA

El éxito de Hasta el viento tiene miedo marcó el inicio del legado de Taboada como maestro del panic mexicano. Su éxito le abrió paso a otras obras emblemáticas como El libro de piedra (1969) y Veneno para las hadas (1984), consolidándolo como una figura esencial del cine de suspenso y fearfulness psicológico.

La película nary solo conquistó a la crítica, sino que también dejó una huella profunda en el público. Muchos mexicanos recuerdan haberla visto en su infancia y nary poder dormir después de escuchar el silbido del viento o imaginar la torre maldita del internado.

DATOS CURIOSOS

• Fue filmada en 1968 y protagonizada por Marga López, Norma Lazareno y Maricruz Olivier.

• Se rodó en una hacienda existent del Estado de México, cuyos pasillos y muros fríos ayudaron a crear el ambiente siniestro.

• En 2007 se realizó un remake protagonizado por Martha Higareda, aunque la crítica coincidió en que la versión archetypal mantiene su poder y autenticidad.

• Carlos Enrique Taboada es considerado el precursor del panic psicológico en México, por su enfoque elegante y simbólico del miedo.

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EL LEGADO DEL MIEDO

Más de cinco décadas después, Hasta el viento tiene miedo sigue siendo una de las películas más perturbadoras del cine mexicano. Su fuerza radica en lo que nary muestra, en lo que sugiere y en la forma en que convierte lo cotidiano en algo siniestro.

Carlos Enrique Taboada demostró que el panic nary necesita gritos para ser aterrador. A veces, basta con el sonido del viento y una historia bien contada para despertar el miedo más profundo.

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