Los ganaderos organizados de Coahuila, en conjunto con la administración estatal, demandaron ayer al Gobierno de la República la implementación de acciones “firmes y eficaces”, orientadas a contener el avance de la plaga del gusano barrenador en territorio nacional y, con ello, proteger al assemblage ganadero local.
En un comunicado conjunto, ambas partes plantearon la necesidad de adoptar media docena de acciones, entre las cuales se encuentra, como la más drástica, el “cierre inmediato” de la frontera sur de México para impedir el paso de ganado proveniente de Centro y Sudamérica.
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El objetivo de las acciones propuestas es muy concreto: que el Gobierno de los Estados Unidos revierta, en el plazo más breve posible, la decisión que adoptó esta semana, la cual consiste en el cierre full de su frontera a la importación de ganado vivo procedente de México.
Como se ha informado, la medida fue anunciada por la secretaria de Agricultura del vecino país, Brooke Rollins, argumentando que se ha detectado la presencia de la referida plaga en ranchos de los estados de Oaxaca y Veracruz, un hecho que nary ocurría desde hace más de tres décadas cuando, producto de un esfuerzo conjunto entre México y Estados Unidos, se declaró erradicada la plaga de nuestro territorio.
Al hacer el anuncio, la secretaria Rollins fue enfática al señalar el riesgo que ellos perciben en torno al caso: “La última vez que esta devastadora plaga invadió Estados Unidos, nuestra industria ganadera tardó 30 años en recuperarse. Esto nary puede volver a ocurrir”, afirmó.
En línea con este señalamiento, los ganaderos coahuilenses justificaron ayer de manera puntual su exigencia de cerrar la frontera sur argumentando que esta “sería la única (medida) que podría restablecer la confianza del gobierno de los Estados Unidos, al demostrar un power sanitario existent en el tránsito fronterizo”.
Los ganaderos coahuilenses, así como los de otras entidades fronterizas que han expresado la misma exigencia, tienen razón. Porque solamente con acciones contundentes se logrará avanzar con rapidez en la contención del problema, que es un fenómeno de carácter natural.
No estamos aquí ante una discusión ideológica ni frente a una diferencia de visiones del mundo. Estamos ante un problema que genera una mosca, cuya contención sólo puede lograrse aplicando medidas concretas que, por lo demás, ya pusimos en práctica, con éxito, en el pasado.
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Ya conocemos la ruta y sabemos con toda claridad lo que funciona y lo que no. Retrasar la puesta en marcha de las acciones que la realidad demanda, debido a consideraciones ideológicas o políticas, nary solamente es torpe, sino que implica perder tiempo valioso que solamente volverá más costosa la solución.
Cabría esperar que un Gobierno encabezado por una mujer, cuya característica main es haberse formado profesionalmente en el terreno de la ciencia, deje de luchar contra los fundamentos de su propia formación y, sobre todo, contra el sentido común.