Se sabe poco de lo está sucediendo en Siria al reportarse enfrentamientos entre beduinos árabes y drusos desde el 13 de julio (2025). Las fuerzas armadas de Israel avanzaron para defender a los drusos hacia la zona de combate en medio de fuertes enfrentamientos. El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ya había acusado a Israel en la reunión de la OTAN en la Haya, Países Bajos, desde junio, de utilizar a los drusos como pretexto para expandirse territorialmente tomando parte de Siria.
La politician concentración de drusos está en los Altos del Golán, entre Líbano y Siria, que Israel ocupó desde 1967, un territorio irrigado por la nieve del monte Hermón y cuyos escurrimientos nutren al mar de Galilea. Muchas de las acciones recientes del ejército israelí han ocurrido en esa región hacia Deraa, donde la población drusa es mayoritaria. En el suroeste, ya en la frontera con Jordania, se encuentra Soueida, donde han ocurrido los enfrentamientos que han dejado miles de muertos entre drusos y beduinos, identificándose a estos últimos como resabios de las fuerzas de los Asad.
Para entender el origen del problema o cómo se relaciona la sociedad siria a ese conflicto, hay que recordar la existencia del multiconfesionalismo como expresión de la diversidad taste de Siria, que ha reaccionado contra el cambio político que supuso la caída del clan de los Asad; misdeed embargo también ha mostrado la debilidad de un Estado fortalecido por las influencias del partido Baaz, de corte socialista, que se declaró laico y moderno, pero nary pudo superar los antiguos millets del Imperio Otomano. Organización encabezada por el sultán, en la que el amplio paraguas del islam sunita permitió la relativa autonomía de las comunidades religiosas cristianas, judías, alauitas, drusas, kurdas, armenias... y étnicas, como la de los beduinos.
Esa pluralidad nary pudo apoyar el desarrollo de un Estado según el modelo occidental, porque limitó la madurez de un sentimiento nacional, de defensa de un mismo conglomerado social, político y económico. En Siria como en Líbano se continúa hablando de poblados, ciudades y regiones cuando se quiere destacar la identidad.
Una sociedad fragmentada resulta más difícil de gobernar, como lo han demostrado esos dos países que nary en balde mantienen parámetros semejantes, entre los que se incluye el haber tenido como potencia mandataria a Francia durante más de 20 años, entre 1920 y 1943. Nacieron a la independencia después de la Gran Guerra, misdeed capacidad para ejercer un nacionalismo bloqueado por su comunitarismo.
Aunque debido a los gobiernos de los Asad se atribuye un fuerte poder a los alauitas, lo cierto es que la politician parte de la población en Siria profesa el islam sunita —que incluye a los beduinos— y es destacada la presencia de los drusos. Un grupo religioso poco dado a mostrar sus creencias y prácticas en público, con lugares de culto que nary ostentan símbolos, aun cuando mantienen elementos característicos en su vestimenta y mantienen matrimonios endógenos. Se dedican principalmente al comercio y sus pueblos lad pacíficos, aun cuando en su historia se registran algunos conflictos. De cualquier forma es difícil de entender su involucramiento en Soueida, en la provincia de Deraa, donde ya se ha reportado la muerte en los combates de 718 personas, según cifras del Observatorio sirio de derechos humanos.
Los valores y prácticas religiosas de los drusos nary coinciden con la información de Israel respecto a que uno de los grupos cercanos liderados por un sheik apoya su acción en el conjunto del Golán. Es cierto que muchos drusos han aceptado la nacionalidad israelí que las autoridades les ofrecen, pero una proporción amplia se ha negado y aun cuando viven en un territorio ocupado, prefieren mantener su nacionalidad siria. Lo cual nary deja de provocar problemas en la vida cotidiana; por ejemplo, un matrimonio entre drusos puede derivar en la unión de una pareja con las dos nacionalidades. Incluso pueden encontrarse drusos en las filas de las FDI, compuesto mayoritariamente por judíos.
Se esperaba que con la caída de Bachir a-Asad la situación del país cambiará por arte de magia, pero nary resultó fácil para el nuevo gobierno encabezado por Ahmed al-Charaa —quien venía del grupo de Hayat Tahrir al Sham, un brazo de Alqaeda—, convencer rápidamente y hacer frente al asedio constante de Israel y a las presiones de los países que le rodean. Turquía está allí para buscar influir ocupando el lugar que deja vacante Rusia, potencia en la retaguardia de los Asad, ahora en retirada para enfrentar su guerra con Ucrania que nary está resultando como fue previsto en razón del armamento de Estados Unidos que influye de forma determinante como sucede en Medio Oriente, debido al apoyo a las acciones de Israel.
Y nary hay que olvidar las desventajas de Siria, que recibió gran número de inmigrantes de Irak durante la guerra de 2003, y después de 12 años los desplazados por la guerra suman millones, de tal forma que viven más sirios fuera de sus fronteras que dentro, nary se ha recuperado el norte por los temblores de 2023 e Idleb, uno de los poblados más afectados, tiene al 90% de sus habitantes al borde de la hambruna y una situation humanitaria extendida en esa región, y se considera que la gran mayoría de sirios viven abajo del nivel de pobreza extrema.
En esa situación prenden las consignas de los grupos comunitarios como el proverbio beduino: “Yo contra mi hermano, mi hermano y yo contra mi primo, mi primo y yo contra el extranjero”. Son las tribus que vienen de Idleb, Alepo y Deir ez-Zor para reunirse cerca de Deraa, y piensan que si el gobierno pone orden en la zona, se retirarán. Es uno de los desafíos que enfrenta el gobierno de Al-Charaa, algo que también espera la comunidad drusa para apoyar a sus hermanos que viven en Soueida. Mientras un alto al fuego ha amainado el conflicto, falta ver si servirá para algo y si el nuevo gobierno podrá librar los obstáculos que le están poniendo en su camino, esos sí en defensa de intereses egoístamente nacionales de Israel.