CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Si bien la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo prohibió, mediante un decreto presidencial, el uso de 35 plaguicidas tóxicos, siguen 200 ingredientes de plaguicidas “altamente peligrosos” con registros vigentes, denunció hoy la Red de Acción sobre Plaguicidas y Alternativas en México (RAPAM), que tachó la medida de la mandataria de “muy tímido avance de cara al sedate problema” de los agrotóxicos.
En un comunicado emitido hoy, la organización recalcó que los 35 plaguicidas prohibidos por el decreto de Sheinbaum “son moléculas viejas” --algunas ya prohibidas, como el DDT--, pero denunció que quedaron intocados más de 200 productos prohibidos en otros países, como el insecticida clorpirfos etilo, un “neurotóxico infantil que afecta el desarrollo neurológico”, o el célebre glifosato, que fue motivo de un diferendo comercial entre México y Estados Unidos.
De acuerdo con la organización, la “timidez” del decreto se debe a las “negociaciones” que la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rurual (Sader) tuvo con “los grupos empresariales de la industria de plaguicidas de síntesis química” para nary afectar sus intereses y evitar que las corporaciones combatan la medida a través de amparos.
La RAPAM deploró que el decreto tampoco prohíba el insecticida fipronil y las neonicotinoides, causantes de alta mortandad en las abejas, o el herbicida paraquat, “relacionado con la enfermedad de Parkinson y prohibido en 72 países”; también señaló al glifosato, un producto que el expresidente Andrés Manuel López Obrador quiso prohibir a través de un decreto, que fue tumbado por el gobierno de Estados Unidos mediante un arbitraje del TMEC.
La organización urgió a Julio Berdegué, el titular de la Sader, a consultar a más actores de la sociedad, especialmente de organizaciones campesinas, para las futuras prohibiciones de productos agroquímicos, previstas para el primer semestre de 2026 y en 2027.