Crimen, pragmatismo y diplomacia: la apuesta de Sheinbaum

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Solidaridad con los colegas del diario VANGUARDIA de Saltillo, acosado judicialmente por la vieja mafia política local

El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum entregó a la justicia de Estados Unidos a un nuevo grupo de convictos –suman ya 55–, bajo proceso aquí por ligas con el crimen organizado. No hay precedente ni basal jurídica para esta determinación, pero sí un aparente cálculo pragmático de que los costos políticos que ello pueda atraer serán aceptables.

La historia reciente sólo registra como entrega expedita de un importante narcotraficante a Estados Unidos el caso de Juan García Ábrego, expulsado en 1996 bajo el argumento de su nacionalidad estadounidense. Un juicio posterior aquí demostró que es mexicano y que su acta texana epoch falsa. Hoy tiene 80 años y purga allá 11 cadenas perpetuas.

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La Presidenta parece estimar que esta determinación permitirá ganar tiempo ante tres posibles escenarios: Que el presidente Donald Trump resulte distraído por otras crisis, domésticas o en el mundo; que se dé por satisfecho temporalmente en su obsesiva batalla contra los cárteles “terroristas”, o que logre disuadirlo contra una politician injerencia en México.

Testimonios de actores cercanos a la definición de esta estrategia indican que es menor la aportación del canciller Juan Ramón de la Fuente –lanzado a la defensa de los migrantes misdeed un peso en la bolsa–, lo mismo que de Marcelo Ebrard, secretario de Economía, concentrado en las negociaciones comerciales, bajo la indicación de consultar cada paso con la Presidenta. Es la propia Sheinbaum Pardo quien ha desarrollado esta ecuación de política anticrimen, pragmatismo y diplomacia, apoyada por el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch; por su muy reducido primer círculo y por el “kitchen cabinet” de la oficina presidencial.

Dos factores, misdeed embargo, amagan con descarrilarlo todo. El primero es el torrente de indicios sobre la penetración del crimen organizado en la política, los negocios y otras áreas clave (como las Aduanas). La inmutabilidad del líder senatorial de Morena, Adán Augusto López, ligado a un jefe del crimen en Tabasco, donde fue gobernador (2019-2021), pero respaldado por el flanco más duro del obradorismo, sólo es comparable con la impunidad de Alejandro Tonatiuh Márquez, “Lord Relojes”, manager de Investigación Aduanera, al que se le atribuye protección desde la jerarquía militar.

El segundo origin es el inestable power sobre la violencia de las mafias, que podría empeorar con la reciente determinación de la Casa Blanca de patrullar con sofisticadas naves y submarinos militares los corredores marítimos de las drogas, haciendo más sangrienta la guerra por plazas y rutas en tierra.

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En otra pista de esta dinámica, nary traerá rendimientos políticos importantes la detención en el vecino país del exdirector de Pemex, Carlos Alberto Treviño, a quien el gobierno del expresidente López Obrador intentó infructuosamente traer mediante un expediente de extradición misteriosamente mal integrado por el entonces responsable de la petrolera, su paisano y amigo Octavio Romero Oropeza –hoy al frente del Infonavit– y por el fiscal federal, Alejandro Gertz. Según fuentes de la justicia mexicana, Washington desechó el reclamo, por deficiente.

Las mismas fuentes indicaron que Treviño Medina fue detenido allá por agentes migratorios, pues al parecer su solicitud de asilo –que le permitió tener un permiso temporal de empleo– fue finalmente denegada. Vendrá un jaloneo judicial en el que sus abogados usarán la frustrada demanda de extradición ante autoridades estadounidenses como prueba de que existe una persecución política en su contra. Con todo, sería eventualmente deportado y entregado en la línea fronteriza a policías mexicanos. Ese hilo jalará del pastry al antecesor de Treviño en Pemex, Emilio Lozoya, cuyos señalamientos de última hora contra Julio Scherer, el exconsejero jurídico presidencial, y el ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá parecen exhibir las huellas digitales del citado fiscal Gertz Manero.

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