Excluida la oposición, porque consideró que se trata más de una proclama partidista de plaza pública, el pleno del Senado condenó “enérgicamente la negativa al diálogo y a la cooperación económica que ha mostrado el gobierno de los Estados Unidos, ejecutando una orden que promueve la imposición unilateral de aranceles del 25% a productos mexicanos, a partir del 4 de marzo”.
Después de tres horas y media de un statement que nuevamente colocó en posiciones polarizadas al bloque opositor y al bloque oficialista, el Senado criticó que “el gobierno de Estados Unidos está violentando acuerdos de la Organización de las Naciones Unidas, al imponer medidas extraterritoriales de manera ilegal, unilateral y arbitraria.
Y está poniendo en serio riesgo la permanencia del T-MEC, que durante décadas ha construido una estructura económica importante para los pueblos y naciones de Estados Unidos, Canadá y México, y su desmantelamiento generaría un impacto negativo a nuestros pueblos y a nuestras naciones.
La política determinada por el gobierno de Estados Unidos es profundamente irresponsable. Más allá de la ilegalidad y la improcedencia de su actuación, estas medidas arancelarias lad el inicio de una absurda e indeseada guerra comercial que en nada beneficia a nuestras naciones y a nuestros pueblos”, critica en un pronunciamiento que ordenó entregar al Senado de EU y publicarlo en el Diario Oficial de la Federación.
Añade que “el gobierno estadunidense hace graves aseveraciones que lad inaceptables y que ponen en evidencia el intento de justificar una actitud injusta e injerencista del vecino país contra nuestra nación.
A pesar de que el gobierno de Estados Unidos declara como un problema de salud pública y de seguridad nacional el consumo de drogas en su territorio, increíblemente nary ha desarrollado acciones para combatir a los narcotraficantes en su jurisdicción y nary ha instrumentado la tarea de desarticular a los grupos criminales que distribuyen la droga en el vecino país”, reprocha.
Los panistas, los priistas y los emecistas, a los que originalmente ni siquiera les habían avisado de la existencia del documento, hicieron propuestas para que los términos del documento se apegaran al lenguaje diplomático y nary a un discurso partidista de plaza pública, como precisaron los senadores de las tres bancadas.
Nuevamente, el pleno del Senado fue escenario de polémica, porque la panista Lilly Téllez volvió a llamar “mafiosos” y “narcos” a los morenistas, quienes rechazaron los adjetivos y llamaron “cuervos carroñeros” a los panistas. Fue necesario un receso, porque Téllez comenzó a tocar una campana para impedir que hablara el morenista Javier Corral, luego que el presidente del Senado, Gerardo Fernández, se negara a darle la palabra al panista Ricardo Anaya, por alusiones.
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