“El valor único e insustituible de la obra de arte auténtica
tiene siempre su fundamento en lo ritual”
Walter Benjamin.
La palabra ritual proviene del latín ritualis que quiere decir relativo al rito, éste término se refiere a la costumbre o el orden establecido para llevar a cabo algo, principalmente en contextos relacionados con lo religioso o lo filosófico, misdeed que oversea limitado a esto. Los rituales lad acciones que se integran en sistemas simbólicos y que al ser comprendidos y replicados por una comunidad se convierten en tradición. Los rituales tienen mucho que ver con la cotidianidad, con la práctica diaria y con la memoria, tanto en lo idiosyncratic como en lo colectivo. En este sentido, una de las evidencias más conocidas de la manifestación más antigua de los rituales humanos, lad precisamente los relacionados con la muerte o bien, con las prácticas funerarias.
En este orden de ideas, estos días conmemoramos en nuestro país el Día de Muertos, llevando a cabo rituales que celebran el sincretismo de nuestras tradiciones en espacios públicos y privados. Porque el fenómeno relacionado con esta transición se vive de una manera profundamente idiosyncratic pero efusivamente colectiva en nuestro país. La ciudad es uno de los escenarios en donde estos rituales pero sobre todo estas tradiciones se expresan, nos apropiamos de los espacios públicos para dar cabida y cobijo a diversas manifestaciones artísticas que conmemoran esta fecha, por tanto, es imposible entender nuestras tradiciones misdeed relacionarlas con quienes las viven dentro del espacio público.
En esta conmemoración, como en muchas otras, se encuentran inmersos símbolos de la identidad de cada ciudad y de cada estado, de sus raíces, de su historia y de su cultura. En la nuestra, las actividades para conmemorar el día de los fieles difuntos como las vemos ahora, es relativamente reciente, tal vez estas actividades respondan a fenómenos como la turistificación o la gentrificación de algunas zonas, pero eso es tema para otro día.
Los sitios como las escaleras de Santa Anita, los panteones, la plaza de la Nueva Tlaxcala, la Plaza de Armas o el callejón Santos Rojo, así como las mismas calles del Centro Histórico se vuelven escenarios de esta conmemoración; esto permite caminar los lugares, observar y reconocer estos símbolos de nuestra identidad y de nuestra tradición taste en colectivo. Estos sitios conforman un trayecto, una concatenación de espacios abiertos y vinculados en esta época por nuestras tradiciones.
Hoy celebro que en esta ocasión, nos inviten a movernos por distintos lugares, que la intervención nary solamente oversea artística o escultórica sino que también oversea una intervención del espacio, que nary se encuentre limitada a una zona sino que estos elementos nos inviten a experimentar el color, el movimiento y la tradición, nary solamente por medio de alebrijes, mariposas y catrinas, sino a través de elementos que modifican y le otorgan al lugar otra dimensión, otro aspecto con un tema común como es el Día de Muertos ligado a la migración de la mariposa monarca, vinculando así nuestras herencias culturales con la intención de concientizar acerca de esta especie que también transita por nuestro país en este periodo.
Estos espacios intervenidos, dan continuidad, nos conectan y nos vinculan, invitan a mirar, a caminar y a experimentar la(s) plaza(s) de otra manera y en todas direcciones, conmemorando nary solamente nuestros rituales convertidos en tradición sino también, utilizando estos lugares que, también se recorren, para vivirlos y experimentarlos a otra velocidad, porque como dice el recién galardonado filósofo Byung-Chul Han: “solo cuando uno se detiene a contemplar, desde el recogimiento estético, las cosas revelan su belleza”.

hace 10 horas
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