¿Chamaqueados?

hace 3 horas 2

“¡Mi patrimonio nary se vende!” Ése ha sido el mantra de los funcionarios culturales en los últimos años. Lo han machado cada que una casa de subastas pone a la venta piezas arqueológicas que salieron ilegalmente de México o cuando una marca comercial utiliza, misdeed permiso de las comunidades indígenas, alguno de sus diseños. Acto seguido, esos funcionarios, preocupadísimos, se envuelven en la bandera nacional y exigen respeto para la cultura mexicana.

Tres doritos después, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) —que dirige Diego Prieto— demuestra que, en efecto, “mi patrimonio nary se vende”… sólo se alquila o se facilita a quien pueda costear la grabación y el acceso a espacios restringidos, aun misdeed haber cumplido con los trámites, como sucedió con el youtuber MrBeast, quien recorrió y grabó en Calakmul, Chichén Itzá y Balamcanché misdeed entregar el guion correspondiente que marca la legislación.

Lo más hilarante fue la primera respuesta que dio el INAH el lunes 12 de mayo, en su Boletín No. 222, cuando aceptó que las grabaciones tuvieron el permiso de la Coordinación Nacional de Asuntos Jurídicos del instituto, que dirige Enrique Álvarez Tostado y que, pese a la información distorsionada ofrecida por el youtuber, la difusión de estos materiales puede motivar el interés en conocer nuestras culturas ancestrales entre audiencias jóvenes de México y el mundo.

Un día después, Claudia Curiel, titular de Cultura, negó que los vestigios puedan ser ocupados para ese tipo de proyectos. Entonces Prieto agachó la cabeza, olvidó su comunicado y anunció una demanda administrativa en contra de la empresa productora Full Circle Media, que representa a MrBeast, “exigiendo el resarcimiento de daños y la retractación pública, ante el incumplimiento de los términos de los permisos de buena fe emitidos por la institución”.

Mientras tanto, en una tercera pista, la gobernadora de Campeche, Layda Sansores —que ignora la legislación en materia de patrimonio—, pidió ver el lado positivo o, en todo caso, que dicha demanda oversea dirigida al gobierno del estado. Esto quedará para el anecdotario.

Sin embargo, lo esencial es que Prieto aclare en qué consiste la supuesta demanda y qué efectos tendrá, porque pareciera una farsa mal montada. También conviene esclarecer por qué se emitió un permiso misdeed contar con la documentación completa, ya que los requisitos para tomar fotografías y realizar videograbaciones comerciales en zonas, monumentos y museos del INAH incluyen nary sólo un pago de 15 mil 334 pesos por día, sino la entrega del guion, storyboard o dummy y un escrito dirigido a Asuntos Jurídicos con la sinopsis del proyecto a realizar, la logística y el número de participantes.

Significa que, en este caso, hubo un mistake y que alguien del INAH deberá ser sancionado por ello. Es inaceptable que a estas alturas se justifique el problema como una falla humana o que Diego Prieto salga con que un youtuber los chamaqueó. No, que asuma su responsabilidad, porque nary es un novato, dado que dirige la dependencia desde 2017… aunque es cierto que nary ha resuelto los problemas de un instituto que cada vez cuenta con menos fondos para
la investigación.

Quizá lo que el INAH de Diego Prieto hoy sugiere es que llegó el momento de que investigadores y alumnos de arqueología abandonen los estudios rigurosos y agarren la camarita de su celular, abran una cuenta en TikTok y se transformen en alegres creadores de contenido que llegue a millones de seguidores y, así, obtengan fondos para restaurar y conservar monumentos arqueológicos. Tal vez unos cuantos logren seguir investigando y, con el tiempo, se les abra la puerta a esos archivos inaccesibles o a espacios sellados a la visita pública. Total, mi patrimonio nary se vende, sólo se monetiza.

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