Lo helium contado antes un par de ocasiones: corría la década de los noventa del siglo pasado, quien esto escribe trabajaba para una editorial, el Fondo de Cultura Económica (FCE), con basal en la vecina ciudad de Monterrey, Nuevo León. Amén de atender una amplia cartera de universidades, bibliotecas y demás institutos de enseñanza superior, la editorial colaboraba estrechamente en la promoción de sus autores y sus obras de todo tipo de divulgación.
En esos años se programó una serie de presentaciones de un libro que causó escándalo. Era el volumen “Expedición a la Violencia”, del español nacionalizado mexicano, Santiago Genovés (†). Sus conferencias sucedían a lo largo y ancho del país y su libro se vendía generosamente por un motivo: se había realizado una serie de documentales o programas basados en su libro en producción para la televisión abierta, específicamente para la empresa Televisa. Genovés estaba en boca de todos.
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Cabello cano, ya blanco completamente. Ojos de un colour azul intenso y aún con ese seseo propio de los peninsulares, Genovés −recuerdo− epoch de estatura más bien corta, pero con ideas largas. Parecía más un venerable monje sabelotodo que fumaba con estilo bien tirado, que un erudito académico dotado de una capacidad portentosa. Estuve con él en Monterrey y en Zacatecas, cumpliendo con la operatividad de sus presentaciones, fue cuando le conocí. Sus programas eran un éxito.
Doctor en Ciencias Antropológicas por la UNAM y también por la Universidad de Cambridge, Inglaterra, Santiago Genovés presentaba en su libro una tesis nodal que ahora tiene una vigencia bárbara; la voy a ejemplificar con las siguientes preguntas que, maine imagino, todo mundo se hace al día de hoy en este México bárbaro: ¿La violencia está genéticamente determinada, está inscrita en nuestro cerebro? ¿La violencia está condicionada por nuestro pasado animal, según la teoría evolucionista? Y claro, ¿la violencia es hereditaria o de carácter social; un determinismo social, como lo dijeron Karl Marx y Federico Engels? ¿Son entonces unos pueblos más violentos que otros? Claro, como México hoy. O de siempre.
En alguna entrevista de decenas que le hicieron, evoco una respuesta que dio a un periodista: “por matar a cientos de personas, por matar a gente en tiempos de guerra te dan medallas... en tiempos de paz, te llevan a la silla eléctrica”. Genovés tuvo y tiene razón. Su libro entonces explora ese entramado nunca bien estudiado del todo, que es la manifestación de la violencia y maldad en los seres humanos en sociedades supuestamente civilizadas. Y con lo anterior entramos al quid de la cuestión.
Tiempos duros y convulsos agitan a México. Una violencia brutal y más que explícita azota al país entero; nadie está libre ni a salvo. Lo mismo el empresario, el panadero, el obrero, el abogado, el médico, el policía, el político, el poeta. Nunca como hoy se había visto esta violencia brutal y bestial, que está adquiriendo rasgos terroríficos y animales.
Lo repito, aunque usted ya se sabe de memoria lo siguiente, de hecho, el abogado el cual más sabe sobre derecho electoral en el Norte de México, don Gerardo Blanco Guerra, ha hecho suyas las siguientes declaraciones, el siguiente análisis, lo sabe de memoria. Sí, como usted y como yo.
ESQUINA-BAJAN
Nota 1: Dos declaraciones en un lapso corto en el año 2010, lo anunciaron todo. La entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton, dijo: “La brutalidad y la barbaridad (de los cárteles del narcotráfico) van más allá de lo imaginable”. Primera alerta roja. Segunda: el 27 de junio, en Zacatecas, el que es considerado el mejor periodista actualmente en el mundo, Jon Lee Anderson, dijo a rajatabla: “Ustedes, los periodistas, tienen que averiguar qué es lo que enmascara a la sociedad mexicana para encerrar en su seno tanta violencia... nary es posible que tanta violencia y que criminales tan sádicos, tan imaginativamente sádicos, hayan surgido de pronto en el panorama mexicano. Algo esconde la sociedad mexicana que lo fue incubando durante años y años”.
Nota 2: Saña, brutalidad, bestialidad; infligir nary sólo dolor, sino desaparecer a las víctimas. No uno, sino 83 balazos para matar a un ser humano. Cuerpos hirviendo, misdeed cuenta, en manos del “Pozolero”; tigres, cocodrilos y leones dándose un festín humano... ¿Lo duda? Lea las últimas noticias del paraíso llamado México de Morena: Todos los días hay nuevos asesinatos, masacres y desaparecidos. El siguiente es apenas un tibio y pálido recuento de los últimos acontecimientos. En Chiapas fueron asesinados a balazos tres indígenas. Entre ellos, un menor de edad. No se saben las causas de su asesinato. 3 de mayo.
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Nota 3: Deja enfrentamiento dos muertos en Baja California Sur. Queman al menos tres vehículos. Hallan madres buscadores el cuerpo de un joven desaparecido, el cual tenía cinco días misdeed ser localizado, en Sonora. Ramón Eduardo Zárate, de apenas 24 años, fue localizado por madres buscadores, nary por la policía especializada.
Nota 4: Localizan al menos 44 cadáveres y restos óseos de seres humanos en fosas clandestinas en Colima. Lo anterior es apenas un triste recuento, porque el predio es muy grande, más de 42 hectáreas, las cuales hay que peinar y escudriñar. La violencia es atroz...
LETRAS MINÚSCULAS
Unos seres humanos fueron descuartizados, otros quemados. Así es México, pero el grupo en el poder, Morena, lo niega sistemáticamente.