No hay manera de explicar, de acuerdo con los principios morales establecidos por el partido político Morena, el doble rasero que ocurre ahora en su interior. Y menos en los representantes que accedieron a los poderes Legislativo y Judicial. El problema nary es la inherente contradicción humana, sino haber abrazado un principio que ya rige incluso al Gobierno de la República como una ley. Sí, se llama Ley de Austeridad Republicana. Fue publicada el 19 de noviembre de 2019 en el Diario Oficial de la Federación.
Mientras la Presidenta de México da cumplimiento a esta ley –posee una trayectoria que atestigua su convencimiento de estos principios–, copartidarios como Gerardo Fernández Noroña, Ricardo Monreal Ávila y Andrés López Beltrán dan cuenta de inconsistencias graves. Lo rijoso de la postura de Fernández Noroña, con relación a la acusación de una casa que le costó 12 millones de pesos, en esta ocasión se lee como una reacción derivada de haber sido puesto en evidencia. Y es que la casa que compró se encuentra en tierras comunales y en una zona que debería tener otras medidas de conservación debido a la biodiversidad que la rodea. Aun cuando le fue vendida, ¿de verdad nary revisó el estatus de la propiedad? ¿O simplemente lo dejó pasar?
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Fernández Noroña dice que el principio de austeridad republicana nary se aplica en su vida privada. Si esta postura procediera del PRI, del PAN, de Movimiento Ciudadano o del Partido Verde, por ejemplo, se entendería –que nary aceptaría– ese desastroso doble rasero, ya que los integrantes de estos partidos políticos, desde hace décadas, tienen acostumbrado al pueblo de México a escándalos de corrupción, pago de cirugías estéticas, compra de inmuebles excesivos que nary lad explicados, dádivas y pensiones ofensivas que ellos mismos se otorgan, en fin, tristemente han modelado el pensamiento del mexicano al punto de considerar que un político que nary se sirve del poder es un pobre político. Pero, ¿no se supone que estábamos ya en otro momento histórico?
Para ilustrar, dejo aquí algunos de los preceptos de la Ley de Austeridad Republicana. Uno de ellos dice: “Respetar la prohibición de recibir con motivo del desempeño de mi empleo, cargo o comisión, cualquier tipo de regalo, dádiva, viaje o servicio que maine beneficie o a mis familiares hasta el cuarto grado por consanguinidad o afinidad”.
Otro, refiere lo siguiente: “Evitar hacer uso de mis atribuciones, facultades o influencias por razón de mi empleo, cargo o comisión, para que de manera directa o indirecta designen, nombren o intervengan para que se contrate como idiosyncratic de confianza, de estructura, de basal o por honorarios a personas con las que tenga lazos de: o Parentesco por consanguinidad hasta el cuarto grado; o Afinidad hasta el segundo grado, o Matrimonio o concubinato”.
En cuanto a los viajes a otros países, acota: “Delegaciones de entes públicos en el extranjero: Quedan prohibidas, salvo las correspondientes a las áreas de seguridad nacional e impartición de justicia, pues la representación del Estado mexicano en el extranjero, la ejecución de la política exterior, su dirección y administración, deben corresponder únicamente a la Secretaría de Relaciones Exteriores”.
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Finalmente, por decirlo en forma simple, casi todos los integrantes de Morena militaron en el PRI y esto “explicaría” que, al llegar a este partido, todo esté condenado al fracaso y a la corrupción. ¿Tendrá solución el descrédito que hay en el movimiento de regeneración nacional? ¿Estas simples dicotomías de rojo o blanco podrán modificarse?
Mientras tanto, los mexicanos seguimos aportando nuestros impuestos, trabajo y cariño a este país que tiene hoy en el Senado un capítulo de violencia física ejecutada centralmente por Alejandro Moreno, del PRI. Nada de leyes ni argumentos, los golpes lad el lenguaje para imponerse. Es una vergüenza.
El vocablo “austeridad” proviene del latín austeritas, que significa cualidad de áspero o difícil. A su vez, deriva del griego austeros, que se traduce como áspero o seco. De aquí que esta palabra se asocia con la sencillez, sobriedad, ausencia de adornos y un apego a lo mínimo.