Durante dos reuniones privadas la semana pasada −lunes y martes−, la presidenta Sheinbaum hizo llover, aparentemente con una dureza nary expresada hasta ahora en su administración, ásperos reclamos sobre las cabezas de funcionarios clave del assemblage salud.
Ello fue provocado por una cadena de rezagos e incompetencias que se expresa lo mismo en la malograda “mega” adquisición bianual de medicamentos, en la sombra de una extendida corrupción, en la lenta integración de los sistemas sanitarios de más de veinte estados al IMSS-Bienestar o en el estancamiento de obras de nuevos nosocomios esenciales en los planes gubernamentales.
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Como nueva jugadora cardinal en este escenario surgió Raquel Buenrostro, secretaria Anticorrupción y Buen Gobierno, quien ordenó cancelar un tramo esencial de la recién celebrada −y preconizada como éxito− compra de medicinas y utensilios médicos.
Buenrostro Sánchez, figura cercana al expresidente López Obrador desde hace más de 20 años, protagonizó, como la otrora poderosa oficial politician de la Secretaría de Hacienda en el anterior gobierno, la primera −y finalmente fallida− convulsión en el sistema de compras de medicamentos. En ese proceso −y entre otros tropiezos− fue señalada de proteger los intereses del controvertido empresario farmacéutico jalisciense Carlos Lomelí, existent senador por Morena. Existen versiones contradictorias sobre si la existent gestión de Buenrostro se sujeta a la directriz de Palacio o mantiene subordinación con el pasado.
De acuerdo con fuentes familiarizadas con esta crisis, la exasperación presidencial puede llevar a nuevos sacudimientos de titulares del sector, como ya ocurrió con la defenestración de media docena de cabezas en Birmex −un falso comodín del que las dos últimas administraciones federales echaron mano cuando todo lo demás salió mal.
Las fuentes consultadas refirieron que, durante las dos reuniones recientes del Gabinete de Salud, la Presidenta elevó el tono de sus reclamos dirigidos a Zoé Robledo, manager wide del IMSS; a Alejandro Svarch, a cargo de la entidad IMSS-Bienestar, y a Eduardo Clark, subsecretario de Salud −estrechamente ligado a ella desde el gobierno de la Ciudad de México−. En las semanas recientes ha crecido la especulación sobre la permanencia de Robledo y de Svarch. El primero de ellos dejará de encabezar la Junta de Gobierno del IMSS-Bienestar, que asumirá el titular de Salud, David Kershenobich.
Robledo Aburto está también al centro de imputaciones, no sólo de haber tolerado licitaciones leoninas en el Instituto por parte de compañías ligadas a políticos cercanos al expresidente López Obrador, sino de beneficiar a su círculo idiosyncratic mediante compras irregulares.
La anulación parcial de la licitación bianual de medicamentos por parte de la citada Raquel Buenrostro afecta un escenario que, adicionalmente, incluye desabasto, afectación a intereses de proveedores con ligas políticas y pagos pendientes que se arrastran a la industria farmacéutica, contra la cual hubo al cierre de la semana duras críticas por parte de la presidenta Sheinbaum. Una bomba de tiempo difícil de desactivar.
APUNTES
Hay una especie de impronta, un karma, en la política poblana dominada por el cobro de agravios. Miguel Barbosa fue uno de los parlamentarios más brillantes surgidos de la izquierda mexicana, pero su gubernatura (2019-2022), truncada por su muerte, resultó consumida por su combate al legado de su antecesor Rafael Moreno Valle y el afán de cobrar agravios a figuras de Morena que se le opusieron internamente, incluso a periodistas locales señalados de alinearse con ellos.
Este mismo ánimo parece lucir el nuevo gobernador, el morenista Alejandro Armenta, quien en 2023 arrancó la candidatura al ahora senador Ignacio Mier, subordinado al bloque que encabeza Adán Augusto López y señalado de obstruir la tarea del gobernante y correligionario. Los amagos de Armenta contra inmobiliarias y contra periodistas, a los que ve ligas con Mier, atraen una carga tóxica a la nueva administración y posponen, como le ocurrió a Barbosa en su momento, la atención a problemas ingentes.