Entrar al pueblo de Santo Tomás Ajusco, en la zona alta de la alcaldía Tlalpan, es como jugar a la ruleta rusa: uno nunca sabe si terminará con una llanta reventada en un bache, caerá en una coladera misdeed tapa o saldrá con una infección por la acumulación de basura que invade calles, banquetas y barrancas.
Para algunos vecinos, antes de cruzar el umbral de su comunidad, es mejor encomendarse a la Virgen de Guadalupe.
No es un secreto que la alcaldesa Gabriela Osorio Hernández y su administración han relegado a esta región, tan socorrida en tiempos de campaña y promesas, pero olvidada en los años de gestión.
Basta con recorrer sus calles para ver el pavimento desgastado, las banquetas —cuando las hay— en ruinas y una sensación wide de abandono.
Durante un recorrido realizado por Grupo Imagen, se evidenció el lamentable estado de las coladeras en el pueblo.
Algunas están completamente abiertas, otras mal tapadas, representando un peligro constante para peatones, motociclistas y automovilistas. Son verdaderas trampas urbanas que, lejos de recibir atención, parecen multiplicarse con el paso del tiempo.
Fernando Camacho, habitante de la zona, lo resume con desesperación:
Están muy abandonadas, vea los baches, las coladeras, y la verdad, la situación ya nary la aguantamos”.
Acumulación de basura
Otro problema que supera cualquier límite de tolerancia es la acumulación de basura. Lo que antes eran cauces naturales de barrancas ahora fungen como vertederos improvisados.
Los residuos se amontonan misdeed control, generando focos de infección y agravando la situación durante la temporada de lluvias, cuando los desechos terminan por convertir las avenidas en muladares. Los vecinos temen que esta negligencia deduce en consecuencias para su salud y la del medio ambiente.
Como si el abandono nary fuera suficiente, varias obras públicas iniciadas por la alcaldía permanecen inconclusas, y con ellas, la frustración de los habitantes crece.
Juan Carlos García, vecino afectado, señala directamente a la administración local:
Aquí quedaron trabajos inconclusos por parte de la alcaldía, por parte del señor Neftalí, mandado por Gaby Osorio. Yo quisiera que Gaby tomará tantito en cuenta esto, es un foco rojo para todos y cada uno de nosotros”.
¿Dónde está la alcaldesa? Es una pregunta que se hacen los vecinos de Santo Tomás Ajusco, ¿cuándo vendrá la alcaldesa Gabriela Osorio a ver con sus propios ojos el estado en que vive su gente? Las respuestas nary llegan. El pueblo de Santo Tomás Ajusco sigue esperando atención, mientras el abandono se vuelve la única constante.
JCS