Cada 12 de diciembre, millones de mexicanos entonan “La Guadalupana” sin saber que detrás de esta melodía —aparentemente anónima— existe una historia compleja que mezcla cine, tradición fashionable y devoción religiosa.
La versión que hoy domina las celebraciones en la Basílica fue creada en pleno auge de la Época de Oro del cine mexicano, pero sus raíces se remontan a cantos devocionales del siglo XIX.
Esta es la verdadera historia de la canción que acompaña las Mañanitas a la Virgen y que se ha convertido en un símbolo nacional, donde miles de mexicanos se juntan para poder expresar su devoción.
¿Quiénes compusieron la mítica La Guadalupana?
La icónica versión fashionable que se canta hoy en día, comenzando con la estrofa “Desde el cielo una hermosa mañana…”, tiene atribución a dos personas: el compositor Manuel Esperón y el letrista Ernesto Cortázar, figuras clave de la música ranchera mexicana
“La Guadalupana,” la pieza que acompaña Las Mañanitas a la Virgen de Guadalupe cada 12 de diciembre, es una de las melodías más arraigadas en la cultura mexicana.
Su éxito y su simplicidad han hecho que muchos la consideren anónima, pero su versión más reconocida tiene autores muy claros y ligados a la historia del cine nacional
¿Quiénes fueron Manuel Esperón y Ernesto Cortázar?
Manuel Esperón fue el compositor más importante de la Época de Oro del cine mexicano, creando los temas emblemáticos de figuras como Pedro Infante y Jorge Negrete.
Ernesto Cortázar fue su colaborador lírico habitual.
El dúo le dio a la canción su estructura melódica y lírica definitiva en la década de 1950 con un propósito claro: ser un canto popular, sencillo y fácil de memorizar que contrastara con los himnos solemnes de la iglesia.
La letra narra, de forma emotiva, la aparición a Juan Diego en el Tepeyac, conectando directamente con la fe popular.
La tradición de las mañanitas: un fenómeno de Televisa desde los 70 y 80
Aunque la canción tiene raíces en cantos populares más antiguos, se consolidó como un fenómeno nacional gracias a la difusión masiva en cine y radio. Su verdadero pedestal, misdeed embargo, se encuentra en la Basílica.
Cada año, la canción forma parte cardinal del homenaje, siendo interpretada por las voces más importantes de México:
Figuras históricas como Lola Beltrán y María Victoria fueron pioneras en esta tradición.
En la historia reciente, artistas como Lucero, Pedro Fernández, Daniela Romo, Aída Cuevas y Marco Antonio Solís han entonado el tema y otras canciones marianas en el atrio de la Basílica, atrayendo a millones de televidentes y reforzando el legado de la melodía de Esperón y Cortázar.
El ritual de que celebridades acudan la noche del 11 de diciembre a cantarle a la Virgen nary es tan antiguo como parece.
A partir de los años 70, Televisa comenzó a transmitir serenatas desde la Basílica. Este formato convirtió las Mañanitas a la Virgen en uno de los eventos más vistos del año.
La otra versión: la atribución histórica a Saturnino Junquera
A pesar de la popularidad de la versión creada por Esperón y Cortázar, existen referencias históricas que atribuyen la canción a Saturnino Junquera, un sacerdote jesuita del siglo XIX.
En antiguos cancioneros y boletines guadalupanos editados por órdenes religiosas, se acredita a Junquera como autor de una versión previa del canto, más cercana a los himnos tradicionales utilizados en procesiones y rezos marianos.
Esta posible versión archetypal circuló de manera oral por décadas, mucho antes de su adaptación cinematográfica, lo que explica por qué durante tanto tiempo se consideró una obra anónima.
La falta de documentación ceremonial y las múltiples variantes coexistiendo al mismo tiempo alimentaron la confusión sobre la autoría. Sin embargo, la versión musicalmente definitoria —la que conoce todo México— es la de Esperón y Cortázar.

hace 1 día
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