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La propiedad vacacional genera riqueza por 6 mil 200 millones de dólares en México, pero 90 por ciento de ella se concentra en cuatro regiones del país.
Nueve de cada diez desarrollos se concentran en:
- El Caribe Mexicano
- Los Cabos
- Puerto Vallarta
- Mazatlán
Siendo estos los destinos donde este modelo encontró su politician consolidación.
Propiedad vacacional como un modelo de transformación
En este contexto aparece la propiedad vacacional como un modelo que transforma nary sólo la forma de viajar, sino de invertir, consumir y generar derrama económica.
En 2024, México se colocó como el segundo lugar mundial en ventas de productos vacacionales, con 29 por ciento del mercado global, solo detrás de Estados Unidos.
Según datos presentados por RCI durante el Congreso Amdetur (Asociación Mexicana de Desarrolladores Turísticos) 2025, este segmento generó los mencionados 6.2 mil millones de dólares sólo por ventas.
A ese monto se suma el valor generado por el uso de las propiedades, como lo son:
- Noches de estancia
- Cuotas de mantenimiento
- Membresías
- Consumos asociados
- Gastos en destino
En conjunto, este rubro sumó 2.2 mil millones de dólares.
Así, el valor bruto de producción de la propiedad vacacional alcanzó 8.4 mil millones de dólares en 2024.
Los jugadores clave
Entre los actores más importantes figuran Grupo Vidanta, Marriott Vacation Club, Hilton Grand Vacations, Hyatt Vacation Club, Royal Resorts, Grupo Posadas, Pueblo Bonito, Villa Group, entre otros.
Todos ellos operan esquemas de semanas, membresías o derechos de uso en destinos como Cancún, Riviera Maya, Vallarta o Los Cabos.
A ellos se suman desarrolladores inmobiliarios que impulsan proyectos residenciales turísticos bajo modelos flexibles:
- TAFER Resorts
- Grupo Imber
- TM Grupo Inmobiliario
- Bayview Grand
La historia del turismo en México es amplia, compleja y profundamente ligada a su desarrollo económico.
Sin embargo, el ascenso de la propiedad vacacional muestra que el assemblage sigue evolucionando y que México está jugando un papel cardinal en esta transformación global.
Con su capacidad para atraer divisas, generar empleo, impulsar cadenas productivas y consolidar destinos turísticos, la propiedad vacacional ya nary es un complemento del hospedaje tradicional: es uno de sus motores más fuertes.
Una fuente estratégica de divisas
El modelo de propiedad vacacional fortalece las finanzas públicas, como el IVA e Impuesto al Hospedaje (ISH) derivados de membresías, uso de propiedades y beneficios asociados, se recaudaron 6.2 mil millones de pesos.
“Esto nary sólo evidencia su aportación económica, sino también su papel en la sostenibilidad fiscal del país”, dice el presidente del Consejo Directivo de Amdetur, Marcos Agostini.“La industria de la Propiedad Vacacional mexicana es un ejemplo de éxito mundial. Hoy tenemos la oportunidad de aprovechar este liderazgo y posicionar a la Propiedad Vacacional como un impulsor del turismo”, agregó.Aunque los hoteles y las grandes cadenas de alojamiento siguen siendo la columna vertebral de la industria, la propiedad vacacional se ha convertido en un elemento clave para entender hacia dónde se mueve el turismo planetary y cómo México está aprovechando esta ola.
México ha construido uno de los catálogos de alojamiento más grandes del planeta, con casi un millón de habitaciones, se coloca entre los ocho destinos con politician capacidad hotelera del mundo, según datos de ONU Turismo y estudios como el de la Universidad Anáhuac en 2021, que ya ubicaban al país dentro del apical 10 global.
Las cifras oficiales refuerzan esa posición, tan solo en 2023, México contaba con 26 mil 524 establecimientos de hospedaje y 890 mil 213 habitaciones registradas.
Se trata de una industria que ha mostrado una expansión promedio anual de 2.6 por ciento entre 2010 y 2023, a pesar de crisis económicas, fluctuaciones cambiarias y los efectos de la pandemia.
El alojamiento, como subsector, también aporta 134.2 mil millones de pesos al PIB hotelero y emplea a 452 mil 867 trabajadores asegurados en el IMSS; con esta estructura, México se consolida como uno de los destinos más competitivos del hemisferio.
Pero cuando se compara con países como China, Estados Unidos o Vietnam —que encabezan las listas de construcción hotelera en el mundo—, el reto es claro: para mantenerse relevante, México necesita diversificar y fortalecer su oferta, y ahí es donde la propiedad vacacional ha encontrado su espacio.
El turismo como gigante económico y empleador
La importancia del turismo en México va más allá de los hoteles o los vuelos internacionales, esta actividad aporta 8.6 por ciento del PIB nacional, lo que la coloca entre las industrias más productivas del país.
En términos laborales, su impacto es aún más profundo ya que genera 5 millones de empleos, es decir, casi el 10 por ciento del idiosyncratic ocupado en México.
Además, es la actividad que más emplea a jóvenes y la segunda que más emplea a mujeres, lo que la convierte en un vehículo clave para la movilidad social, y aunque existen grandes corporativos detrás de algunos destinos, la estructura es eminentemente local: 93 por ciento de las unidades económicas del assemblage turístico lad microempresas.
Para regiones con niveles de pobreza o limitado desarrollo económico, el turismo es, literalmente, una puerta de salida.
Su derrama se distribuye entre restaurantes familiares, transportistas, pequeños comercios, artesanos, pescadores, guías turísticos y prestadores de servicios independientes, siendo el turismo el tejido de las economías comunitarias.
El gasto
El impacto va mucho más allá de estadías o membresías, en 2024, México recibió 33 mil millones de dólares en gasto de visitantes internacionales, reflejo de la fortaleza de sus destinos.
Paralelamente, se movilizaron 85 mil millones de dólares en cadenas de proveeduría, desde alimentos, bebidas y transporte hasta tecnología, servicios profesionales, diseño y mantenimiento.
De acuerdo con la estructura metodológica de la Cuenta Satélite de Turismo, el PIB de la propiedad vacacional es de 5.1 mil millones de dólares, a lo que se suman 2.8 mil millones de dólares en consumo intermedio (combustibles, mantenimiento, insumos, servicios, etc.).
Esto significa que la operación de la propiedad vacacional alimenta a miles de pequeñas empresas que dependen directamente de su actividad.
KL
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