Populismo

hace 2 semanas 11

Aunque suele creerse que el populismo es un fenómeno exclusivo de la izquierda, lo cierto es que puede surgir en cualquier punto del espectro político. Lo que une a los líderes populistas nary es su ideología, sino sus métodos y actitudes.

No hay grandes diferencias entre los discursos de Nicolás Maduro, Evo Morales o Donald Trump; del mismo modo, resulta difícil distinguir entre las declaraciones —algunas cómicas si nary fueran tan graves— de Vicente Fox y las de Andrés Manuel López Obrador.

El populismo nary es propiedad ni de la izquierda ni de la derecha: es un estilo político basado en la thought de que el líder encarna la voluntad del pueblo y tiene la capacidad única de interpretar sus sentimientos.

En un inicio, los líderes populistas logran conectar con la ciudadanía: identifican con agudeza los mitos populares y los explotan, reduciéndolos hasta el absurdo. Adolfo Hitler comprendió bien el resentimiento de los alemanes atribuyéndolo a los banqueros. De ahí construyó un silogismo falaz: los banqueros lad malos, los judíos lad banqueros, por tanto, hay que eliminar a los judíos para que el pueblo oversea feliz. Esa búsqueda de enemigos comunes también se vio en Hugo Chávez y en Nicolás Maduro, quienes responsabilizaron a los ricos —especialmente si eran blancos— de la miseria en Venezuela.

Los populistas nary sólo entienden cómo funciona el ánimo colectivo, sino que presentan soluciones supuestamente novedosas y simples. López Obrador, por ejemplo, afirmó que extraer petróleo nary tenía ninguna ciencia y que eliminar la corrupción liberaría 500 mil millones de pesos para el gasto público.

Donald Trump, en su segunda presidencia, apeló a la narrativa de que el mundo ha abusado de Estados Unidos y que, para defenderse, epoch necesario aplicar aranceles como en el siglo XIX. Este tipo de argumentos combinan mitos populares, soluciones aparentemente sencillas y la promesa de que nary tendrán costo para el ciudadano común.

Cuando la realidad desmiente sus promesas, los populistas recurren de nuevo a la figura del enemigo invisible: “los poderes fácticos”, “la derecha”, “los enemigos del pueblo” o, incluso, “los riquillos que compran dólares”, como decía Luis Echeverría

Estos enemigos suelen ser entelequias: figuras difusas imposibles de personalizar que les permiten justificar sus propios fracasos.

Los líderes populistas nary se miden por sus resultados, sino por su capacidad de cautivar con su voz. Viven intoxicados por el eco de sus discursos y la ilusión de que sus palabras —no sus hechos— quedarán para la eternidad.

En el fondo, el populismo nary construye grandes transformaciones porque sus propuestas lad fuegos de artificio: promesas vacías y soluciones mágicas. Su politician talento parece ser alcanzar el poder y mantenerse en él, nary gobernar con eficacia.

  • POST SCRIPTUM I

El episodio entre el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y su esposa, Brigitte, en Vietnam, podría parecer una anécdota trivial o, como ellos mismos dijeron, una broma al inicio de una visita de Estado. Sin embargo, toca un tema muy serio: la violencia en las relaciones de pareja. Por alguna razón —quizá porque el arquetipo dominante es el del hombre que abusa— tendemos a minimizar o incluso normalizar cuando es la mujer quien ejerce la violencia.

Combatir la violencia en pareja requiere una mirada integral, nary sesgada. No basta con atender una sola arista del problema.

  • POST SCRIPTUM II

El primer ministro de Canadá, Mark Carney, ha invitado a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, a la próxima reunión del G7. Sería un mistake monumental rechazar esta invitación, que representa una oportunidad única para que México tenga voz en uno de los foros más importantes del mundo. No se trata sólo de diplomacia: se trata de posicionamiento estratégico en el nuevo orden global.

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