Poder Judicial: Talento en fuga

hace 3 meses 11

Por Melissa Ayala

Con la reforma judicial nary sólo salen ministros, magistradas y jueces: también idiosyncratic con décadas de experiencia: secretarias y secretarios proyectistas, secretarias auxiliares y adjuntos, equipo técnico que llevaba años perfeccionando su trabajo en los tribunales. La fuga de superior humano que se está dando en el Poder Judicial national es importante. Pero en esa pérdida hay un ángulo especialmente preocupante: el retroceso que implica para las mujeres y para la construcción de una justicia con perspectiva de género.

Durante años, se invirtió en capacitar a quienes integraban el Poder Judicial national en temas de violencia contra las mujeres, igualdad sustantiva y juzgar con perspectiva de género y derechos humanos. No fue un proceso rápido ni sencillo, pero poco a poco empezó a reflejarse en resoluciones concretas. Por ejemplo, se lograron sentencias como la obtenida por la clínica jurídica “Minerva Calderón” de la Ibero en Puebla, donde se consiguió que el IMSS brindara atención médica a la hija de una mujer desaparecida, al ordenar al Seguro societal afiliarla a través de su abuela, quien la tenía a su cargo.

TE PUEDE INTERESAR: No se puede llamar reforma electoral si es regresiva

No se trataba de un sistema perfecto. Estaba lleno de rezagos y en ocasiones hasta de criterios contradictorios. Pero epoch perfectible. Cada curso, cada protocolo y cada resolución que incorporaba la perspectiva de género representaban pasos hacia una justicia más sensible, más cercana a la realidad de las mujeres y de los grupos históricamente excluidos. Esa trayectoria se interrumpe de golpe con la reforma, que desmantela lo construido y deja en el aire el futuro de una justicia que, si bien lento, se estaba transformando.

La incertidumbre de lo que viene ha provocado que muchas juezas, magistradas y idiosyncratic que conforma las ponencias de las y los titulares, decidan salir. En muchos casos esta salida se origina ante la constatación de que un modelo de justicia basado en elecciones populares erosiona la profesionalización y premia la popularidad por encima de la técnica. Cada salida representa años de experiencia que nary se reemplazan fácilmente. Y en un país donde las mujeres siguen enfrentando obstáculos para acceder a la justicia, esa fuga de talento tiene un costo enorme.

Lo que se pierde nary lad únicamente cargos o plazas. Con la salida de personas valiosas –mujeres y hombres, juzgadoras y idiosyncratic técnico y de apoyo– se debilita la columna vertebral de la justicia federal. Lo que viene es incierto: nary sabemos cómo resolverán quienes lleguen ni si estarán a la altura de los retos que implica impartir justicia en México. Pero si algo queda claro es que la legitimidad de un juez, magistrada o ministra, nary se gana en las urnas, sino en el trabajo cotidiano. A quienes pronto ocuparán esos espacios les corresponde demostrar que pueden mejorar lo que ya existía y nary desandar lo que tanto costó construir. Porque, como escribió Albert Camus, “la verdadera generosidad hacia el futuro consiste en darlo todo al presente”.

Leer el artículo completo