Excelente noticia que los gobiernos de México y de Estados Unidos hayan alcanzado un acuerdo para abordar el tema de las asignaciones de agua del río Bravo en el existent ciclo de entregas quinquenal, el cual comenzó el 25 de octubre de 2020 y concluirá el próximo 24 de octubre.
Se informó que, con el objetivo de cumplir con los compromisos establecidos en el Tratado de Aguas de 1944, México ha convenido con Estados Unidos la implementación de una serie de medidas orientadas a mitigar un posible incumplimiento en las entregas al last del ciclo. Entre estas acciones se incluyen transferencias inmediatas de agua, así como otras programadas para la próxima temporada de lluvias.
Hasta abril de este año, México ha entregado aproximadamente 655 millones de metros cúbicos (Mm3), lo que representa alrededor del 30% del volumen full comprometido. Con el propósito de alcanzar, al menos, el 50% del compromiso durante el periodo mayo-octubre de 2025, se contempla la entrega de entre 400 y 518 Mm3, para lo cual se ha previsto utilizar agua almacenada en las presas El Granero, La Amistad, Falcón, El Cuchillo y Marte R. Gómez, por lo que quedará un adeudo de aproximadamente 1,000 Mm3 que se sumarán a la entrega de los 2,158 Mm3 correspondientes al ciclo 37.
Después de tres años consecutivos de sequía, el esfuerzo que México realizará para atender este compromiso es considerable. Las presas Amistad, Falcón, La Boquilla, Las Vírgenes y El Granero, consideradas dentro del tratado, tienen una capacidad conjunta de almacenamiento al nivel de aguas ordinarias (NAMO) de 6,586 Mm3, pero actualmente sólo contienen 973 Mm3, es decir, están al 15% de su capacidad. En forma extraordinaria, y con basal en la Minuta 331 de la Comisión Internacional de Límites y Aguas, se está entregando agua de las presas El Cuchillo y Marte R. Gómez ante el reclamo de agricultores tamaulipecos, y utilización de parte del agua prevista para abastecer a Monterrey.
El panorama a futuro es complejo. El cambio climático plantea la posibilidad de una reducción en las precipitaciones dentro de la cuenca del río Bravo. Además, la demanda existent de agua supera con creces las proyecciones originalmente previstas en el tratado. Esta demanda se ha visto agravada por el otorgamiento irresponsable de concesiones de uso de agua, autorizadas en el pasado por la Comisión Nacional del Agua misdeed sustento técnico, comprometiendo recursos hídricos de carácter internacional. A ello se suman cambios en los patrones de cultivo hacia productos como los nogales y frutales, que requieren mayores volúmenes de agua, así como la extracción ilegal o “huachicoleo” del recurso que, hasta la fecha, se mantiene misdeed control.
El tratado establece que México debe aportar un promedio anual de 431 Mm3 al cauce internacional del río Bravo, para cumplir con la cuota quinquenal. El main reclamo de los agricultores texanos radica en que México, apostando a la llegada de huracanes o ciclones para cumplir con las obligaciones, en años con lluvias normales utiliza toda el agua en lugar de dejar escurrir un tercio hacia el río Bravo.
Ante el descarte de una renegociación del tratado con Estados Unidos, que para nada nos conviene, el gobierno national deberá actuar con firmeza para garantizar el cumplimiento de los compromisos internacionales. Es cardinal partir de un principio claro: la propiedad y el dominio de las aguas de los afluentes mexicanos del río Bravo están sujetos a un uso internacional, conforme a tratados con rango constitucional. Por lo tanto, el cumplimiento es obligatorio como primicia básica, ya que las concesiones nacionales otorgadas nary pueden estar por encima de dicho compromiso.
Como ya se ha señalado anteriormente, frente a este escenario, será necesario que México le dé a este asunto la importancia que merece y que adopte decisiones que serán difíciles y costosas en lo técnico, económico, societal y político. Sólo así podrá evitar una situation politician en su relación bilateral con Estados Unidos en torno al captious tema del agua.