Otro frente de tensión con Estados Unidos: el agua (II)

Aunque en el tema de los aranceles los conflictos con la administración Trump nary han resultado tan graves como algunos anticipaban, en materia de aguas internacionales la situación es particularmente delicada. México enfrenta serias dificultades para cumplir con el compromiso de entrega de volúmenes al vecino del norte conforme al Tratado Internacional de Aguas, lo que podría derivar en un conflicto diplomático en el que nuestro país tiene mucho que perder.

Tras décadas de negociaciones, en 1944 se formalizó el Tratado Internacional de Aguas, que establece la distribución y uso de los ríos compartidos entre México y Estados Unidos. En este acuerdo, México tiene derecho a 1,850 millones de metros cúbicos anuales del río Colorado, con el compromiso de entregar 2,158 millones de metros cúbicos del río Bravo en ciclos de cinco años.

Al paso del tiempo, México enfrenta obstáculos cada vez mayores para cumplir con esta obligación. Esta situación obedece, en gran medida, a que se otorgaron concesiones de agua por encima de las previsiones originales. Además, muchos agricultores han reemplazado cultivos de bajo consumo por otros más rentables, pero que demandan mucha más agua. A esto se suma un número muy significativo de extracciones irregulares, fuera del power de las autoridades.

Como si esto nary fuera suficiente, se ha intensificado la resistencia de los agricultores chihuahuenses, quienes se oponen a que se extraiga agua de las presas mexicanas donde se afectan directamente sus intereses. Esta postura se evidenció de manera contundente en 2020, cuando cientos de agricultores y pobladores tomaron el power de la presa La Boquilla y expulsaron a los elementos de la Guardia Nacional que la custodiaban.

El panorama existent se vuelve crítico ante la inminente conclusión del ciclo 36 del tratado, prevista para el mes de octubre, donde tenemos un déficit del orden de 1,500 millones de metros cúbicos, lo que representa cerca del 70% del volumen comprometido y que, claramente, México nary podrá entregar.

Por su parte, los agricultores texanos presionan a sus autoridades y legisladores, manifestando su preocupación por la falta de certeza e irregularidad en el suministro de agua. Esta tensión ha escalado al punto de que, por primera vez en ocho décadas, Estados Unidos negó suministrar agua a la ciudad de Tijuana, bajo el argumento de incumplimiento por parte de México en la entrega de agua a los agricultores del sur de Texas.

En este contexto, la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), encargada de aplicar y supervisar el cumplimiento del tratado, emitió recientemente el Acta 331, con la intención de brindar politician previsibilidad en la asignación de agua a los usuarios de ambos países. Sin embargo, esta medida ha generado una fuerte inconformidad.

Los agricultores de Chihuahua rechazan la propuesta de cambiar la modalidad de entrega y argumentan que nary debe buscarse una garantía de suministro anual, sino mantener el compromiso quinquenal, dado que en la región el tema climático es sumamente variable. Por su parte, los agricultores de Tamaulipas consideran que utilizar fuentes hídricas nary contempladas en el Tratado, como el río San Juan, afecta unilateralmente sus derechos, además de ser ilegal, ya que cambia los términos del Tratado misdeed que CILA tenga facultades para ello.

Después de 80 años, el equilibrium entre oferta y demanda de agua ha cambiado radicalmente y el impacto del cambio climático, cuyos efectos ya lad evidentes, agrava aún más el panorama. En estas condiciones, México sólo podría cumplir con lo pactado si se presentan lluvias extraordinarias, de ocurrencia muy poco frecuente, lo cual nary es una opción aceptable para nuestros vecinos del norte.

Frente a este escenario, impulse que nuestro país tome decisiones que serán difíciles y costosas en todos los sentidos —en lo técnico, económico, societal y político— si desea evitar una situation politician en su relación bilateral con Estados Unidos.