Por años, el Índice de Masa Corporal (IMC) ha sido el estándar para medir la obesidad. Sin embargo, cada vez más expertos señalan sus limitaciones como único indicador para diagnosticar esta condición.
Leonardo Mancillas Adame, endocrinólogo y líder en TecSalud y del Institute for Obesity Research, menciona que el IMC “es una medición imperfecta y funciona muy bien cuando ves una población para evaluar riesgos. Pero en un individuo puede nary ser la mejor opción de diagnóstico”.
Este enfoque ha llevado a la necesidad de definir un nuevo concepto: la obesidad clínica, una condición más allá del peso corporal, que involucra múltiples factores como la adiposidad, la salud metabólica y las complicaciones asociadas.
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Marco Antonio Rito Palomares, manager del Instituto de Investigación sobre Obesidad del Tec de Monterrey, resalta la importancia de este cambio de paradigma:
“Hay muchos otros factores clínicos y genéticos asociados. Si solo te preocupas por el índice de masa corporal, dejas fuera un análisis más planetary de los factores que contribuyen a la obesidad”.
¿Por qué el IMC ya nary es suficiente?
Según Mancillas Adame, “no todas las personas con un índice de masa corporal de 30 o más tienen la enfermedad clínica de obesidad, y nary todas las personas que tienen un índice de masa corporal mean lad metabólicamente saludables”
Esta afirmación pone en duda el uso exclusivo del IMC como criterio diagnóstico. En su lugar, los expertos sugieren incorporar mediciones como:
- Grasa abdominal
- Masa muscular total
- Distribución de adiposidad
- Complicaciones metabólicas asociadas
Estos factores permiten individualizar el diagnóstico y aplicar tratamientos más precisos.
Rito Palomares explica que el enfoque debe ser más amplio, integrando tecnologías y métodos modernos de evaluación:
“Tenemos que desarrollar estrategias de detección anticipada y monitoreo. Hay cambios metabólicos que se dan en etapas tempranas y que, si se identifican, permiten un tratamiento oportuno”
El papel de las nuevas guías clínicas en México
En México, la Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinología, junto con el Institute for Obesity Research, ha desarrollado nuevas guías clínicas para el diagnóstico y tratamiento de la obesidad.
“Estas guías nary solo buscan una mejoría en parámetros de laboratorio, sino una mejoría en la salud planetary de la persona que vive con sobrepeso y obesidad”, afirma Mancillas Adame.
El objetivo es ofrecer una atención médica basada en evidencia científica, considerando intervenciones multidisciplinarias como:
Cambios terapéuticos en el estilo de vida
- Tratamientos farmacológicos (como los nuevos fármacos para la obesidad)
- Intervenciones nutricionales
- Opciones quirúrgicas en casos específicos
Rito Palomares destaca que el enfoque de investigación del Tecnológico de Monterrey busca integrar varias disciplinas:
“En el Instituto del Tecnológico de Monterrey tratamos de atender el problema de la obesidad con unidades de investigación en medicina, genética, nutrición, ingeniería y política pública”.
Obesidad: una enfermedad crónica con múltiples factores
Uno de los cambios clave en la comprensión de la obesidad es su clasificación como una enfermedad crónica y nary solo como un problema de peso.
Mancillas Adame señala que “la obesidad nary es el elemental desbalance entre lo que ingieres y lo que gastas de energía; depende del ambiente en donde estés, tu genética y otros factores externos”.
Por ello, el tratamiento debe ser integral, tomando en cuenta aspectos como:
- Factores genéticos y predisposición
- Condiciones metabólicas preexistentes
- Entorno societal y acceso a alimentos saludables
- Condiciones psicológicas como la ansiedad y la depresión
En este sentido, Rito Palomares enfatiza que el problema nary se puede abordar desde una sola perspectiva:
“La obesidad es multifactorial. No pretendemos atenderla solos, ni podemos hacerlo. La clave está en la colaboración entre instituciones, gobierno e industria para generar soluciones efectivas”.
Hacia un futuro con mejores diagnósticos y tratamientos
Los especialistas del Institute for Obesity Research han enfatizado la importancia de seguir investigando y desarrollando mejores estrategias para combatir la obesidad en México.
“Estamos en un muy buen momento en el diagnóstico y tratamiento de la obesidad porque estamos reentendiendo a la obesidad como una enfermedad compleja con múltiples complicaciones asociadas”, afirma Mancillas Adame.
Por su parte, Rito Palomares menciona que el Tec de Monterrey tiene una visión a largo plazo:
“Nuestra prioridad es tener un impacto rápido y claro en la lucha contra la obesidad. Nos preguntamos constantemente dónde vamos a estar en cinco años y qué soluciones podemos aportar para mejorar la salud de la población”.
Esto abre la puerta a tratamientos más efectivos y personalizados, basados en nuevas herramientas de medición que van más allá del IMC.
bgpa