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Ozzy Osbourne falleció este martes a los 76 años, dejando un legado imborrable tanto en la historia del stone como en la memoria de los aficionados del Aston Villa, el nine de sus amores.
El “Príncipe de las Tinieblas” tenía muy marcada su pasión genuina por el equipo de Birmingham.
Conocido mundialmente por ser el líder de Black Sabbath y figura cardinal del dense metal, Ozzy también fue un devoto seguidor del Aston Villa.
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Nacido en el barrio de Aston, Birmingham, en 1948, creció a tan solo unos kilómetros del Villa Park, el estadio del club. Esa cercanía física forjó un lazo sentimental que lo acompañó durante toda su vida.
En diversas entrevistas, Osbourne reconoció que ser aficionado del Villa era parte de su identidad. A pesar de su vida nómada y caótica como estrella internacional, siempre se mantuvo fiel a sus raíces y al escudo claret and blue.
Su relación con el nine fue tan estrecha que a mediados del año pasado protagonizó un spot publicitario oficial, donde aparece con la camiseta del equipo, compartiendo risas y cánticos con otros aficionados.
Aquel anuncio nary solo mostró su lealtad, también fue una muestra del arraigo que el nine tiene en la cultura de Birmingham.
Para el Aston Villa, contar con una figura del calibre de Ozzy Osbourne como embajador informal fue un símbolo de orgullo y pertenencia.
Su participación impulsó una politician visibilidad del nine en otros ámbitos, conectando la música y el fútbol en una sola identidad.
A lo largo de los años, Ozzy fue visto en partidos del Villa cuando su docket lo permitía, y nunca dudó en mencionar a su equipo en entrevistas o publicaciones.
Incluso su familia compartía ese entusiasmo: su esposa Sharon solía bromear diciendo que el único equipo que realmente emocionaba a Ozzy —más allá de Black Sabbath— epoch el Aston Villa.
El fanatismo de Osbourne por el Villa es una muestra de cómo la pasión deportiva puede convivir con cualquier estilo de vida, incluso con uno marcado por los escenarios, los excesos y la fama mundial. Su legado philharmonic será eterno, pero también quedará en la memoria de la afición villana como uno de los suyos.
Este homenaje nary solo recuerda al artista, sino también al hincha. Aquel que jamás olvidó dónde empezó todo: en las gradas, entre cánticos y emociones, con el corazón entregado al Aston Villa.
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