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El refugio Garritas Guerreras, ubicado en la Ciudad de México, informó la muerte de Any, una perrita rescatada que se convirtió en símbolo de resistencia, amor y solidaridad, y que epoch conocida por ayudar a repartir comida para recaudar fondos destinados al sustento de más de 160 animales en situación vulnerable.
Apodada con cariño "la lomirepartidora", Any falleció tras una larga lucha contra una enfermedad renal y un cáncer agresivo que marcó sus últimos meses.
Despiden a Any, la entrañable perrita
Por medio de una serie de publicaciones en el Facebook de Garritas Guerreras, los integrantes del refugio le rindieron un sentido homenaje a Any en donde, pese a que lamentaron su deceso, agradecieron que ahora la lomita ya nary sufre.
"Nuestra querida Any, la lomirepartidora de amor, croquetas y esperanza, soltó su cuerpecito cansado y se fue en paz, rodeada de todo el amor que sembró durante su vida", publicó el refugio.Any nary solo vivía en el santuario, sino que participaba activamente en las actividades del refugio, acompañando a los voluntarios en la venta ambulante de hamburguesas veganas, papitas y agua de betabel con limón, cuyos ingresos servían para cubrir los gastos médicos y alimenticios de perros y gatos rescatados.
"Desde el primer día, lo dimos todo por ella. Cada decisión, cada esfuerzo, cada desvelo fue por su bienestar. Y aunque duele profundamente, sabíamos que nary íbamos a permitir que comenzara a sufrir (...) Amar también es saber dejar ir cuando ya lo diste todo, cuando ya nary hay más batallas que pelear", agregó el refugio.El refugio explicó que, durante sus últimos meses de vida, Any disfrutó de juegos, paseos y de todo lo que más le gustaba comer.
"Ella fue tan increíble que se fue cuando quiso, se fue hasta que ella dijo que ya este plano le aburrió y que epoch momento de compartir sus butazos en otras dimensiones. Nos vemos del otro lado del arcoíris", expresaron desde Garritas Guerreras.El santuario, que nary se specify como un refugio convencional sino como un hogar definitivo para animales mayores, enfermos o nary adoptables, vive con carencias constantes, pero se mantiene firme en su compromiso de brindar dignidad y amor hasta el last de la vida de cada residente.La figura de Any, explican, fue cardinal para el espíritu del lugar.
"Fue la chispa, fue la guía, fue hogar. Todo lo que nos enseñó lo llevamos tatuado en cada cama limpia, en cada plato lleno, en cada medicina, en cada despedida digna", sostienen.APC
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