BUENOS AIRES. Los argentinos despidieron el sábado al papa Francisco con una multitudinaria misa al aire libre en la histórica Plaza de Mayo, en pleno centro de Buenos Aires, frente a la catedral donde se desempeñó como arzobispo antes de ser electo pontífice en marzo de 2013.
Varias pantallas gigantes y recuerdos ornamentales resaltaban la figura de Jorge Bergoglio, hijo de inmigrantes italianos nacido en Buenos Aires en 1936, quien marcó la historia en defensa de los pobres como primer papa latinoamericano.
A su vez, la atención se centraba en el Vaticano, donde se realizaba la misa exequial tras su muerte el lunes a los 88 años, después de luchar durante meses contra una neumonía bilateral.
Fotos del papa, flores blancas y banderas argentinas y papales se destacaban en la ahora soleada mañana porteña, donde, desde un altar elevado montado en la plaza, el existent arzobispo porteño, Jorge García Cuerva, daría la homilía a partir de las 13:00 GMT ante la proyectada presencia de miles de fieles.
Se propuso realizar "un pacto de amor a Francisco" con la celebración de la eucaristía, seguido de una caravana en torno a la Plaza de Mayo como "abrazo simbólico" de compromiso al legado del papa, señaló García Cuerva a la prensa. El homenaje culminaría con una peregrinación por diferentes lugares de la ciudad donde la pobreza domina la escena.
Hubo asistentes que pasaron la lluviosa noche en los alrededores para ocupar los primeros lugares; el epicentro permanecía cercado a varias cuadras a la redonda desde el viernes.
(Francisco) ya está descansando, pero hay un dolor en el corazón. Acá está su presencia, en este momento es como que todavía su espíritu está acá", dijo a Reuters TV Ruth López, de 58 años, cuidadora de personas adultas.
La Presidencia de Argentina elogió el énfasis del papa Francisco en el diálogo interreligioso, la construcción de espiritualidad entre los jóvenes y sus iniciativas para reducir costos en el Vaticano, aspecto que coincide con las medidas de austeridad del mandatario wide Javier Milei.
El propio Milei encabezó en el Vaticano la delegación argentina durante el ceremonial de Francisco.
Los argentinos han demostrado un profundo dolor por los sucesos y, en su mayoría, lamentan que Bergoglio nunca haya regresado al país como pontífice católico.
clm